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En todo caso, es claro que la tarea a los K. les queda enorme. No tienen deseo social, tienen problemas personales. Deseo de poder, inevitable en todo lo que vive (como explica Nietzsche), pero de una calidad muy pobre. Hay mucho de cosa irresuelta en ellos, en sus individualidades, como para que puedan dar lugar a un paso nacional. Mucha muñeca en el uso del poder pero para lograr nada, vacía preponderancia, infeliz resentimiento.
Pensándolo bien, no es tan difícil, ¿no? Tener ganas de hacer las cosas bien, congratularse con lo que uno pudo ayudar al contento general, a la felicidad y la expansión de las personas (por eso dígo que la idea de “pueblo” es fascista, estas cosas no se pueden decir con ella, la idea tira para un lado kirchnerista de confrontación, amargura, nopodermiento como diría Gombrowicz).
"To produce the meat we eat now, 75 to 95 percent of what we feed an animal is lost because of metabolism and inedible structures like skeleton or neurological tissue," Jason Matheny, a researcher at Johns Hopkins and co-founder of New Harvest, a nonprofit that promotes research on in vitro meat, told Wired.com. "With cultured meat, there's no body to support; you're only building the meat that eventually gets eaten."
A mí la idea de las “ganas de vivir”, parienta de la del “entusiasmo”, me parece sensacional. Logra transmitir, permite hacer sensible, lo que podemos identificar como más deseable, la situación de salud, la mejor posición vital. No creo que se trate en la vida de buscarle la vuelta a todo por el lado del “bien”, de la justicia, la racionalidad, el orden,
De donde surge, sí, una especie de política algo hippie, a mi gusto por eso más valiosa, uno de cuyos objetivos básicos es la desneurotización de la sociedad, paso imprescindible para despejar las tinieblas de la inhibición y
(Increíbles los Chagall que aparecieron esta semana en el catálogo de Shoteby´s).
Bueno, anoche soñé que los Kirchner habían caído anticipadamente y que Ruckauf era el presidente. El diario comentaba que estaba muy enojado, el presidente, que había tenido tratos llenos de ira. Las retenciones habían sido canceladas.
No es una utopía realizada, la verdad, Ruckauf presidente. Si salimos de los K para caer en eso, la verdad… Lo de las retenciones eliminadas era muy liberador. No nos reteníamos más, éramos pura libertad, se habían acabado las inhibiciones…
El vacío mental del gobierno
La situación recuerda la de una película en la que la trama se sale de curso y empiezan a producirse hechos que no se podían prever, que resultan insólitos, al filo de
El enfrentamiento debe leerse como el que se da entre las personas que producen y trabajan y las que viven del dinero público. De un lado problemas de la producción; del otro problemas de la demagogia, la necesidad
El odio que la presidenta encarna (que expresa, que recoge, que relanza, que corona) produce una desazón total. No hay respeto por la producción (no se la entiende, no interesa), ni por el esfuerzo de trabajo (sólo se valora el heroicismo simbólico de una lucha maniquea, simplista e irreal), ni por la gente de verdad. Una vez más, la Argentina eligiendo el camino de la victimización y el fracaso, antes que el del logro y el crecimiento.