
Ahora que pasaron unos días, y como algunos amigos me preguntaron por el episodio por distintas vías, voy a aclarar el tema de mi twit sobre la muerte del muchacho chino en el derrumbe de Villa Urquiza.
El twit es mio y dice:
“El muchacho chino que murió en el derrumbe me dio mucha pena, me hizo dar cuenta que a los chinos los quiero un poco”
Se dijo que era un twit contra los chinos. Me parece evidente que no lo es. Cuando ví que era tan malinterpretado y que lo habían tomado como la oportunidad de hacerme blanco de su furia hipócrita, lo borré, porque no me gusta que me tergiversen ni que me tomen de punto. Lamentablemente, no pude evitarlo.
Sentí especialmente la muerte del chico chino. ¿Por qué? Porque sí. Porque quiero a la comunidad china. Porque los veo luchar y trabajar y pelear su vida en un país tan distinto y lejano como el nuestro. Dije que los quería “un poco”, tal vez tendría que haber dicho “mucho”, para que no me hicieran problema. Si en algo me equivoqué fue en la redacción de la frase. El “un poco” queda mal, sugiere algo distinto a lo que siento. ¿Tan grave es, realmente? Me parece evidente que no.
¿Todos quieren a los chinos? No. Yo me la paso defendiéndolos de los comentarios ignorantes de muchos de mis conciudadanos, que los critican tal vez por envidia o por temor a lo diferente.O porque los chinos trabajan sin parar y logran ocupar un espacio importante en la comunidad nacional, merecido.
Querer no es simplemente respetar. Todas las personas, sean de donde sean, son respetables, pero uno quiere especialmente a algunos. Una cosa son los derechos, y otra los afectos. Yo siento afecto por los chinos. ¿Es criticable? Además, las personas se identifican por cualidades visibles: hay argentinos, hay chinos, hay norteamericanos, hay guatemaltecos, hay gordos, hay altos, hay bajos, etc. No creo que utilizar estos términos descriptivos deba considerarse discriminación. Me parece un uso demasiado corto de la inteligencia, o una falta de ella, creer que es incorrecto decir “los chinos” cuando uno habla de “los chinos” o decir “los gordos” cuando uno habla de “los gordos”.
Además, admiro la cultura china, su tradición, su arte, su refinamiento. Lejos de despreciar al pueblo chino, por el contrario, los creo un pueblo especialmente valioso. Probablemente hasta más destacado que el mismo pueblo argentino, si lo miramos bien. O más importante: tienen más historia, más cultura propia, más arte, más capacidad productiva, más tradiciones y personalidad, etc.
Sí, entiendo que desde otra perspectiva el comentario puede parecer discriminatorio, pero esa es una perspectiva incorrecta y un poco miserable. Es la perspectiva del fascismo que con la excusa de no tolerar discriminaciones las ve por todos lados y luego pone en marcha un mecanismo de persecución incansable. Con la excusa de que el fascista soy yo, recibo amenazas de agresión e incluso amenazas de muerte. Los “buenos” no toleran la diferencia, y entonces amenazan a los que demonizan, incluso con el peor modo represivo. ¿Alguien cree en esos falsos “buenos”?
Creo que la causa del despelote que se armó con mi twit está en que yo trabajo con Mauricio Macri y que apoyo sinceramente su propuesta política. Como Mauricio crece, los K se vuelven locos y ya sabemos cómo creen ellos que se hace la política. Creen que la política se hace mediante la agresión, prepotentemente, patoteando al que piensa distinto. Eso es un rasgo fascista, y por más que digan “pueblo” todo el día representan un autoritarismo nefasto.Usan a la idea de pueblo para perseguir y asustar a los que piensan de otra forma. A los que creemos que al pueblo se lo beneficia con más eficacia con mejores políticas, con menos persecución y más trabajo.
Además, no soy funcionario del Gobierno de la Ciudad ni hablo en su nombre, como también es obvio.
Creo en la espontaneidad, en la autenticidad, y me enerva la actitud impostada tan común hoy en día de hacerse el bueno todo el tiempo y decir sólo cosas supuestamente correctas. Muchos de los que se abalanzaron a criticarme no deben ser buenas personas, porque de serlo no se hubieran cebado con una idiotez. Están a sueldo, o son fascistas espontáneos, pero esa impostura del bien, que produce catástrofes, no me parece nada respetable.
La imagen es una obra de Shi Guorui, uno de los muchos artistas chinos contemporáneos.