miércoles, agosto 31, 2011

Liberación de creencias, un humano divino rosarino en Bs.As.

Rodrigo Joaquín del Pino es un amigo rosarino que desde los 17 años hasta los 33 vivio como monje en la India, estudiando sánscrito y los antiguos Vedas.

Rama, como le dicen, ayuda a observar los procesos ilusorios de la mente y estará en Buenos Aires haciendo una jornada de 9 horas de Liberación de Creencias. Enseña técnicas de meditación profundas y habla sobre temas de espiritualidad y nueva conciencia.

Lo conocí en las charlas TEDxRosario del 2010 donde en 20 minutos se explayó sobre su Nueva Visión del Mundo: http://youtu.be/cml3WsWQVw4


Día de LIBERACIÓN DE CREENCIAS,
SÁBADO 17 de SEPTIEMBRE | 9 a 18 hs. | descuento por reserva hasta 9/9
con Rodrigo Joaquín del Pino | www.humanodivino.com
+ info: click aquí
Informes, Inscripción y reserva de vacantes: llamar a Maxi al 15-6207-7403 y/ó info@poderama.com.ar

Y pueden escucharlo en http://humanodivino.podomatic.com/
Muy recomenable para desprenderse de ideas viejas y renovar el panorama.

martes, agosto 30, 2011

Declaración docente

Esta proclama de enseñanza la escribí en 2007 y me dan ganas de volver a publicarla.


La idea es sencilla y no me acuerdo qué lectura me la hizo ver: todo en el mundo -las cosas que uno hace, los objetos mismos- pueden ser pensados como si fueran ayudas, como si todo ayudara a algo.

Ejemplos:

Un auto te ayuda a ir de un lado a otro.
Un diario te ayuda a estar informado.
La radio te ayuda a escuchar música, o te ayuda a pasarla bien o a sentirte acompañado.
Un cajero te ayuda a que puedas pagar lo que querés comprar.
Un bife te ayuda a estar alimentado.
Un amigo te ayuda a conocerte, a pasarla bien, a estar contento.
Una novia te ayuda a desplegar intimidad, a sentirte bien, a sentir tu cuerpo, a sentir el suyo.

Esta idea propone una óptica, una manera interesante de pensar las cosas. Su interés está en que revela el lazo que conecta a las personas, y a las personas con las cosas. Según la perspectiva de la ayuda, todo es relacional.

Desde esta perspectiva me pregunto por mis clases:

¿A qué ayudo yo en mis clases? ¿A qué ayudo con mis cursos?

No puedo decir exactamente a qué ayudo, pero puedo responder estas preguntas diciendo qué quiero lograr con mis cursos, para qué quiero que sirvan.

Las respuestas son estas:

1) me gusta tratar de que mis clases sean una fiesta, es decir, que los que vienen pasen un gran momento, un momento pleno, divertido y veloz,

2) me gusta dar ideas y perspectivas que apoyen el despliegue personal del entusiasmo de cada alumno (entiendo que el pensamiento filosófico tiene que ver con ese movimiento personal)

3) busco que las preguntas y los temas que generan angustia y temor dejen paso a posturas vitales, de atrevimiento,

4) quiero lograr que los alumnos sintonicen con lo más afirmativo en ellos,

5) que mis cursos den más ganas de vivir,

6) quiero desarrollar un pensamiento inteligente, capaz de pensar al mundo como es y de zafar del truco crítico (esas posturas que parecen inteligentes pero no lo son)

7) trato de dar palabras e ideas para que los asistentes logren expresar su mundo interno,

8) trato de ofrecer textos interesantes, de dar a conocer bibliografía estimulante, textos que den ganas de seguir leyendo,

9) busco contagiar la avidez por leer, pensar, entender

10) quiero contribuir a aclarar el estado caótico del cual todo pensamiento naturalmente parte y debe partir

11) que quienes vienen a clase puedan vivir ese caos con confianza y hasta con cierta felicidad

12) que disfruten planteándose y planteando problemas y preguntas y encontrando soluciones para ellos,

13) busco ayudar a que encuentren su estilo, sus temas, las ideas que les resulten más atractivas y movilizantes

14) que tengan recursos afectivos para buscar el camino de su deseo en la vida

15) que se saquen de encimas perspectivas paralizantes

16) que disfrutemos de pensar juntos, con sutileza y humor

¿Para qué decir todo esto?

Creo que uno suele creer que las cosas que piensa son evidentes. Pero me doy cuenta de que hacerlas explícitas tiene mucho más sentido del que parece.

Si uno no dice lo que siente y piensa, la mayor parte de las veces el otro no se entera.

viernes, agosto 26, 2011

Futuristas / La bici y la ciudad



¿Cómo se logra la intimidad?


No me acuerdo cuándo escribí este texto, pero lo encontré ahora y me gustó. No olvidemos que la intimidad es la principal variable de la que depende nuestra capacidad para sentirnos reales y la piedra fundamental de toda felicidad posible. Yalom lo dice, y todos lo verificamos...

• Estando cerca del otro
• Mostrándote tal como sos, siendo auténtico
• Hablando con soltura, sin pensar tanto antes de decir cada cosa
• Contándole al otro cómo te sentís
• Diciendo qué querés, qué te gusta
• Deseando también explorar y conocer cómo es el otro y qué siente
• Destinando tiempo y espacio para el encuentro
• Aceptando las propias emociones, aunque sea difícil
• Acentando las emociones ajenas, aunque sea difícil
• Permitiéndonos ser como somos, como nos sale ser
• Sintiendo la emoción de gustar o querer a alguien, sea pareja, parientes. Amigos o incluso personas que tenemos cerca ocasionalmente
• Entendiendo que podemos ser queridos, que otro puede sentir cosas por nosotros
• Queriéndolo al otro como es. Dejando de esperar que sea como uno quiere.
• Acercándote a gente que te interesa, aunque no los conozcas, buscando establecer lazos nuevos con atrevimiento y tranquilidad
• Teniendo vida propia, adquiriendo autonomía, desarrollándose uno mismo
• Bancándose los malos momentos que vivimos todos sin alejarnos de los demás, sin sentir que tenemos que rendir examen frente a ellos
• Dejando de sentir que los otros son críticos potenciales o que lo que piensen de nosotros es una verdad definitiva
• Buscándole la vuelta a los problemas que surgen en toda relación, sin asustarse.
• Viviendo con humor
• Recordando que la intimidad es un proceso, que tiene sus vaivenes, que es algo que tiene movimiento, dejándonos llevar

lunes, agosto 15, 2011

Entusiasmo y motivación



“Uno no puede motivar a cualquiera para cualquier cosa. Y muchas veces las experiencias de motivación fracasan porque pretenden lo imposible: que uno se entusiasme con cosas que realmente, auténticamente, le importan poco. La alternativa entonces es impostar un entusiasmo, fingirlo, y de ahí surgen actitudes personales poco útiles”.


LA EXPERIENCIA DEL ENTUSIASMO
MIÉRCOLES 17 de AGOSTO | Horario: 20 hs. | Costo: $100
Lugar: Bar Abierto (Jorge Luis Borges 1613, y Honduras, 1er.piso, en Palermo, frente a plaza Cortázar o Serrano)
Y se transmite en vivo ONLINE, pedí tu acceso.
Informes, Inscripción y reserva de vacantes: llamar a @MaxiGalin al 15-6207-7403 y/ó talleres@bienvenidosami.com.ar

jueves, agosto 11, 2011

El agradecimiento como metodología


En psicología positiva, y en ciertos textos espirituales, se promueve el uso del agradecimiento como una forma de hacer contacto con la riqueza de nuestra vida real. Al agradecer, uno parece darse cuenta de lo que de otra forma quedaría enterrado en la obviedad. La atención positiva del agradecimiento despierta a la realidad.

La idea es buena, y funciona.

Tiene que ver con la celebración tal como la plantea Osho. Los ambiciosos buscan en otro lado, los celebrantes festejan lo concreto de la realidad, y producen asi la riqueza. Celebrar o agradecer es una forma de estar plenamente aquí.

En psicología positiva, de manera más científica, esta aparición del sentido motivada por un cambio de actitud es evaluada como el impulso inspirador de todo crecimiento y el principio que opera en la base de la felicidad.

Pregunto: ¿qué opinan?

Y otra cosa: ¿alguien se anima a escribir en los comentarios su lista personal de agradecimientos?

lunes, agosto 08, 2011

Chiste que me mandaron


Doctor.....
no levanto cabeza,
me río solo,
no hablo con la gente,
me hablan y no pongo atención...
parezco un idiota...
¿qué tengo Doctor.?
—Un Black Berry."

Pensamiento vertical y lateral (capítulo 1 de “Pensar bien”, de Edward De Bono)


"El pensamiento vertical siempre ha sido el único tipo de pensamiento respetable. En su forma más acabada, como lógica, es el ideal hacia el que, se recomienda, todas las mentes deben esforzarse, sin importar su corto alcance.

Para ilustrar en forma gráfica lo que es el pensamiento vertical, diríamos que es como tomar unos cubos de juguete y hacer una construcción hacia arriba, en la que cada cubo descansa firmemente sobre el de abajo. En el pensamiento lateral, los cubos están diseminados. Pueden estar conectados entre sí o no, pero el patrón que podría surgir puede ser tan útil como la estructura vertical.

Todas las personas se han topado con la clase de problema que parece imposible de resolver hasta que de repente se revela una solución sorprendentemente simple. Una vez que se piensa en ella, parece tan obvia que no se puede entender porqué fue tan difícil descubrirla. Esta clase de problemas puede ser sumamente difícil de resolver cuando se utiliza el pensamiento vertical.

El pensamiento lateral no solo se aplica a la solución de problemas: también tiene que ver con nuevos enfoques y toda clase de ideas nuevas.

Con los mejores ejemplos del pensamiento lateral, la solución parece obviamente lógica una vez que se descubre. Es muy fácil olvidar que se llegó a ella por medio del pensamiento lateral y no por el vertical. Una vez revelada la solución, muchas personas intentan explicar cómo se pudo llegar a ella por medio del pensamiento vertical. En retrospectiva, la secuencia lógica del problema puede parece muy fácil."

miércoles, agosto 03, 2011

Tunein


TuneIn es una web que permite escuchar en vivo radios de todo el mundo…

Link: TuneIn

martes, agosto 02, 2011

"Fortunata y Jacinta" de Pérez Galdós


Desde hace mil años tenía pendiente la lectura de Galdós. Finalmente, gracias al Kindle, llegó la hora. Me bajé gratis la novela mencionada y empecé a leerla. Estoy fascinado, feliz por haber descubierto un autor que seguro tiene muchos libros más para deleitarme.

Sí, sé que se hizo la película, o una miniserie, pero yo soy más del tipo que lee los libros que del que ve las películas, qué voy a hacer...

La recomiendo a muerte: inteligente, interesante por su visión del mundo y por la capacidad sensible de captar detalles, por su comprensión psicológica. Además, al leerla uno vuelve a tener una conexión juguetona con el castellano. Estamos desacostumbrados a leer textos escritos en español. No lo digo como abogado de la pureza del idioma, sino por lo contario, por la capacidad expresiva e inventiva de estos grandes de la escritura, y por la directa conexión con un mundo popular riquísimo.


Algunos fragmentos para tentarlos, al azar:

En la sociedad madrileña, la más amena del mundo porque ha sabido combinar la cortesía con la confianza...

*

Juanito acabó por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que el que quiere saber sin vivir.

*

...porque el tal, no sólo no le había dicho nunca media palabra de amores, sino que ni siquiera la miraba como miran los que pretenden ser mirados.

*

El gordo Arnaiz y su amigo Pastor, el economista, sostenían que todos los grandes problemas se resuelven por sí mismos...

*

Estupiñá tenía un vicio hereditario y crónico, contra el cual eran impotentes todas las demás energías de su alma; vicio tanto más avasallador y terrible cuanto más inofensivo parecía. No era la bebida, no era el amor, ni el juego ni el lujo; era la conversación. Por un rato de palique era Estupiñá capaz de dejar que se llevaran los demonios el mejor negocio del mundo. Como él pegase la hebra con gana, ya podía venirse el cielo abajo, y antes le cortaran la lengua que la hebra. A su tienda iban los habladores más frenéticos, porque el vicio llama al vicio. Si en lo más sabroso de su charla entraba alguien a comprar, Estupiñá le ponía la cara que se pone a los que van a dar sablazos. Si el género pedido estaba sobre el mostrador, lo enseñaba con gesto rápido, deseando que acabase pronto la interrupción; pero si estaba en lo alto de la anaquelería, echaba hacia arriba una mirada de fatiga, como el que pide a Dios paciencia, diciendo: «¿Bayeta amarilla? Mírela usted. Me parece que es angosta para lo que usted la quiere». Otras veces dudaba o aparentaba dudar si tenía lo que le pedían. «¿Gorritas para niño? ¿Las quiere usted de visera de hule?... Sospecho que hay algunas, pero son de esas que no se usan ya...»

Si estaba jugando al tute o al mus, únicos juegos que sabía y en los que era maestro, primero se hundía el mundo que apartar él su atención de las cartas. Era tan fuerte el ansia de charla y de trato social, se lo pedía el cuerpo y el alma con tal vehemencia, que si no iban habladores a la tienda no podía resistir la comezón del vicio, echaba la llave, se la metía en el bolsillo y se iba a otra tienda en busca de aquel licor palabrero con que se embriagaba. Por Navidad, cuando se empezaban a armar los puestos de la Plaza, el pobre tendero no tenía valor para estarse metido en aquel cuchitril oscuro. El sonido de la voz humana, la luz y el rumor de la calle eran tan necesarios a su existencia como el aire. Cerraba, y se iba a dar conversación a las mujeres de los puestos. A todas las conocía, y se enteraba de lo que iban a vender y de cuanto ocurriera en la familia de cada una de ellas. Pertenecía, pues, Estupiñá a aquella raza de tenderos, de la cual quedan aún muy pocos ejemplares, cuyo papel en el mundo comercial parece ser la atenuación de los males causados por los excesos de la oferta impertinente, y disuadir al consumidor de la malsana inclinación a gastar el dinero. «D. Plácido, ¿tiene usted pana azul?».--«¡Pana azul!, ¿y quién te mete a ti en esos lujos? Sí que la tengo; pero es cara para ti». --«Enséñemela usted... y a ver si me la arregla»... Entonces hacía el hombre un desmedido esfuerzo, como quien sacrifica al deber sus sentimientos y gustos más queridos, y bajaba la pieza de tela. «Vaya, aquí está la pana. Si no la has de comprar, si todo es gana de moler, ¿para qué quieres verla? ¿Crees que yo no tengo nada qué hacer?».--«Lo que dije; estas mujeres marean a Cristo. Hay otra clase, sí señora. ¿La compras, sí o no? A veinte y dos reales, ni un cuarto menos».--«Pero déjela ver... ¡ay qué hombre! ¿Cree que me voy a comer la pieza?»... «A veinte y dos realetes». --«¡Ande y que lo parta un rayo!».--«Que te parta a ti, mal criada, respondona, tarasca...». Era muy fino con las señoras de alto copete. Su afabilidad tenía tonos como este: «¿La cúbica? Sí que la hay. ¿Ve usted la pieza allá arriba? Me parece, señora, que no es lo que usted busca... digo, me parece; no es que yo me quiera meter... Ahora se estilan rayaditas: de eso no tengo. Espero una remesa para el mes que entra. Ayer vi a las niñas con el Sr. D. Cándido. Vaya, que están creciditas. ¿Y cómo sigue el señor mayor? ¡No le he visto desde que íbamos juntos a la bóveda de San Ginés!»... Con este sistema de vender, a los cuatro años de comercio se podían contar las personas que al cabo de la semana traspasaban el dintel de la tienda. A los seis años no entraban allí ni las moscas. Estupiñá abría todas las mañanas, barría y regaba la acera, se ponía los manguitos verdes y se sentaba detrás del mostrador a leer el Diario de Avisos. Poco a poco iban llegando los amigos, aquellos hermanos de su alma, que en la soledad en que Plácido estaba le parecían algo como la paloma del arca, pues le traían en el pico algo más que un ramo de oliva, le traían la palabra, el sabrosísimo fruto y la flor de la vida, el alcohol del alma, con que apacentaba su vicio... Pasábanse el día entero contando anécdotas, comentando sucesos políticos, tratando de tú a Mendizábal, a Calatrava, a María Cristina y al mismo Dios, trazando con el dedo planes de campaña sobre el mostrador en extravagantes líneas tácticas; demostrando que Espartero debía ir necesariamente por aquí y Villarreal por allá; refiriendo también sucedidos del comercio, llegadas de tal o cual género; lances de Iglesia y de milicia y de mujeres y de la corte, con todo lo demás que cae bajo el dominio de la bachillería humana. A todas estas el cajón del dinero no se abría ni una sola vez, y a la vara de medir, sumida en plácida quietud, le faltaba poco para reverdecer y echar flores como la vara de San José. Y como pasaban meses y meses sin que se renovase el género, y allí no había más que maulas y vejeces, el trueno fue gordo y repentino. Un día le embargaron todo, y Estupiñá salió de la tienda con tanta pena como dignidad.

*

Su biblioteca era la sociedad y sus textos las palabras calentitas de los vivos.

*

en quien lo progresista no quitaba lo autoritario (emblema de los tiempos)

*

Ni siquiera había tenido un novio de estos que no hacen más que mirar y poner la cara afligida.

*

La envidiada de todos, envidiaba a cualquier mujer pobre y descalza que pasase por la calle con un mamón en brazos liado en trapos. Se le iban los ojos tras de la infancia en cualquier forma que se le presentara, ya fuesen los niños ricos, vestidos de marineros y conducidos por la institutriz inglesa, ya los mocosos pobres, envueltos en bayeta amarilla, sucios, con caspa en la cabeza y en la mano un pedazo de pan lamido. No aspiraba ella a tener uno solo, sino que quería verse rodeada de una serie, desde el pillín de cinco años, hablador y travieso, hasta el rorró de meses que no hace más que reír como un bobo, tragar leche y apretar los puños. Su desconsuelo se manifestaba a cada instante, ya cuando encontraba una bandada que iba al colegio, con sus pizarras al hombro y el lío de libros llenos de mugre, ya cuando le salía al paso algún precoz mendigo cubierto de andrajos, mostrando para excitar la compasión sus carnes sin abrigo y los pies descalzos, llenos de sabañones. Pues como viera los alumnos de la Escuela Pía, con su uniforme galonado y sus guantes, tan limpios y bien puestos que parecían caballeros chiquitos, se los comía con los ojos. Las niñas vestidas de rosa o celeste que juegan a la rueda en el Prado y que parecen flores vivas que se han caído de los árboles; las pobrecitas que envuelven su cabeza en una toquilla agujereada; los que hacen sus primeros pinitos en la puerta de una tienda agarrándose a la pared; los que chupan el seno de sus madres mirando por el rabo del ojo a la persona que se acerca a curiosear; los pilletes que enredan en las calles o en el solar vacío arrojándose piedras y rompiéndose la ropa para desesperación de las madres; las nenas que en Carnaval se visten de chulas y se contonean con la mano clavada en la cintura; las que piden para la Cruz de Mayo; los talluditos que usan ya bastón y ganan premios en los colegios, y los que en las funciones de teatro por la tarde sueltan el grito en la escena más interesante, distrayendo a los actores y enfureciendo al público... todos, en una palabra, le interesaban igualmente.

*

Era hombre sin instrucción, y... lo que pasa... por lo mismo que no la tenía gustaba de aparentarla. Cuenta el tunante de Villalonga que hace años usaba Aparisi el e pur si muove de Galileo; pero el pobrecito no le daba la interpretación verdadera, y creía que aquel célebre dicho significaba por si acaso. Así, se le oyó decir más de una vez: «Parece que no lloverá; pero sacaré el paraguas e pur si muove».

Link: el libro legalmente gratis aquí

MU! Sur Oculto



Por facebook Santiago Ramos me hizo conocer a este sorprendente grupo cordobés, Sur Oculto.
Me gustan porque son experimentales, una especie de Emerson Lake and Palmer pasado por Medeski Martin & Wood.
En un mundo en donde abunda tanto el tosco rollingstonismo encontrar búsquedas intensas resulta estimulante. Ojalá vengan a Buenos Aires pronto, si no lo hicieron ya.

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