domingo, julio 31, 2005

Nuevos Valores: Intimidad

Un interesante rasgo cultural de nuestra época es el valor y lugar que ocupa la intimidad hoy.

Como parte de la falsa premisa “los valores se han perdido” (frase que expresa una visión del mundo atada al pasado e incapaz de captar la transformación moral) se suele aludir al caso de que hoy en día los hijos no “respetan” a sus padres. Es verdad que el valor principal en la relación padres e hijos hoy en día no es “respeto”, pero esto sucede porque “respeto” ha sido reemplazado por “amor” o “intimidad”.

En otra época se aspiraba a que cuando un padre hablaba el hijo escuchaba con respeto. En nuestra época, más evolucionada en estas –y otras tantas- cuestiones, un padre que habla espera que el hijo hable también, y en vez de inspirar temor o aprobación ese padre aspira a establecer relaciones de calidez y a disfrutar de sistemas de comunicación de ida y vuelta, en donde también hable el hijo.

No es que el valor “respeto” se haya perdido, el antiguo valor evolucionó hasta producir un valor superador llamado “intimidad”. El amor de estos padres modernos que no quieren ser temidos por sus hijos incluye el antiguo valor del respeto, pero ofrece una versión más evolucionada del mismo. El amor respeta también, pero el respeto no es una versión convincente del amor, se queda muy corto.

Este tema lo he tocado en otras oportunidades (por ejemplo cuando expongo en mi último libro “Amor y País” la idea de que los valores no han muerto, o en un artículo que publiqué hace un par de años en La Nación, llamado “La vida de los valores”) pero lo expongo hoy aquí porque me parece una buena introducción para tratar el tema de la intimidad.

“Intimidad” es un valor de nuestra época, y muchas experiencias lo prueban:

  • la abundancia de comunicaciones digitales, testimonio de un hambre de comunicación en el individuo contemporáneo, que sabe aprovechar los nuevos medios disponibles
  • la explosión de la telefonía celular (idem)
  • los cientos de tipos de terapias con las que distintos tipos de personas buscan ser más capaces de hacer contacto con otras personas
  • la informalidad que domina el contacto social (que también puede describirse negativamente como “falta de educación” pero que debería en realidad ser comprendido como parte de una mayor fluidez en la comunicación entre las personas)

Taller de Proyectos


El jueves que viene comienzo a dictar un curso llamado "Taller de Proyectos". El objetivo de este taller en cinco encuentros de una hora y media es ayudar a los asistentes a desarrollar sus proyectos, abordando tanto la definición y/o redefinición del mismo hasta las distintas etapas de su implementación.

Más información en: Bienvenidos a mí / Taller de Proyectos

Una vieja guerra vista por los chicos


Recomiendo esta colección de dibujos sobre la guerra civil española hechos por chicos evacuados en la época del conflicto. Son hermosos y muestran la guerra desde una perspectiva poco común.

Link: Avery Architectural & Fine Arts Library

miércoles, julio 27, 2005

Mesa de locos


Anoche, a lo largo de un puchero compartido con amigos que tienen experiencia política, escuché algunos comentarios que me llamaron la atención.

1. Uno dijo, al pasar, "Duhalde y el ejército de los pobres". Me pareció notable la idea de que esa masa de pobreza pronunciada es un ejército. La idea recuerda el título de Norman Mailer, "El ejército de la noche". Creo que de todas maneras no se trata de un ejército como gustaría pensarlo la izquierda, un ejército capaz de ejercer violencia contra el sistema, sino de un ejercito manso, resignado, operado por el líder aludido y por la lista de líderes que cada uno considere propio agregar. Cada día creo más que ya no existe el pueblo ni la masa, y no sé si no es un progreso importante para la historia de las naciones. Ahora tenemos que ver cómo se soluciona el tema de la pobreza con esta nueva situación, ¿se soluciona?

2. Otro dijo, más adelante: "Cristina es la típica mala de la novela mexicana, siempre tira mala onda, regaña, es agria, la Joan Collins de la política argentina". Las lindas caracterizaciones no encuentran resistencia y calzan en la imaginación.

3. Había dos visiones, alguno sugería que el gobierno está complicado porque sabe que su candidata (Joan) no tiene el arrastre esperado, y que incluso puede llegar a salir segunda ante un López Murphy fortalecido. Otros en cambio auguraban un triunfo seguro, aunque no demasiado pronunciado. No sé quién tiene razón, pero es notable cómo despierta el pensamiento cuando alguien tiene una hipótesis osada, como la primera.

Gracias por el puchero y el conocimiento, amigos.

Programa de Tom Peters



Ayer en la tercera clase del curso “Ver (y vivir) lo nuevo” trabajamos la serie de tres puntos fundamentales que Tom Peters propone como programa (“programa” dijo Aurora Echeverría, mejorando la palabra “plan”, a la que yo no encontraba alternativa) para desarrollarse en estos tiempos actuales que son el objeto de nuestra reflexión compartida.

Son estos:

  1. No eludir el fracaso sino buscarlo. No quiere decir que se fracase adrede, la idea invita a valorar más la osadía de la experimentación que la seguridad. Como dice Peters en otro libro, vale más tener en el currículum un par de fracasos importantes a un montón de éxitos mediocres. Es interesante lo que esta posición propone para la consideración de nuestros fracasos personales: en vez de castigarnos o culparnos o estancarnos por ellos deberíamos valorar el intento, mejorar la puntería, volver a tratar.

  1. La planificación no es tan importante. Dice Peters que es absurdo hacer, en el ritmo actual de cambio, planes a cinco años. Que con suerte podemos hacerlos a cinco semanas. Sí, podríamos objetarle la idea (todas sus ideas podríamos objetarlas, pero es más interesante aceptar el desafío que proponen), pero es interesante tener una actitud laboral o personal en donde se ponga énfasis en lo que sucede momento a momento y en donde el plan –si existe, y tal vez no es malo que exista- esté constantemente sometido a reconsideraciones y actualizaciones. Es un buen consejo para los que nunca pudimos planificar mucho, porque nos reconcilia con nuestro aparente “desorden” y lo entiende como fluidez y vitalidad.

  1. No a la calidad total. La obsesiva idea de que se trata de hacer lo que uno sabe hacer cada vez mejor debe ser reemplazada por el abordaje de buscar hacer otra cosa o hacer lo que uno hace de otra manera. La calidad total era un buen plan empresario para la vieja economía, dice Peters, pero hoy en día es una actitud suicida. El cambio es tan rápido y tan extremo que llama a re imaginarlo todo (por eso el título del libro que estamos leyendo: Re Imagina). Cita a importantes figuras de la empresa que entendían la dinámica de este movimiento. Si tenían éxito eran ellos mismos los que en vez de quedarse en ese éxito lo destruían antes de que lo hiciera la competencia, buscando nuevos productos, nuevas formas, nuevos procesos.

Y podríamos incluir un cuarto punto:

  1. El imperativo de la destrucción. Prolonga lo que venimos diciendo. Cito: Cambia las reglas antes de que lo haga otro. Tiempo para hacerse cargo, tiempo para destruir. El orden antiguo está condenado. Marca una fecha de caducidad a cada unidad de negocio. Busca religiosamente clientes desconocidos y proveedores desconocidos, etc. Algunas de estas últimas frases vienen de un texto llamado “20 formas de autodestruirse”.

Lo interesante, como ya dije en otra oportunidad, es tomar estos enfoques para aplicarlos a otros temas distintos del de la empresa, pensando en la experiencia personal, laboral o íntima. Sugiere un tipo de movimiento muy atrevido y me parece que también muy valioso.


sábado, julio 23, 2005

Foreign Affairs


Un amigo me regaló una suscripción a esta impresionante revista norteamericana sobre temas internacionales que me tiene completamente enamorado. El primer número que me llegó, el de Julio/Agosto 2005 (al día siguiente me llegó el número anterior, demorado o traspapelado en el correo) trae una sección especial sobre un tema escalofriante. Su título es una pregunta: The Next Pandemic? (¿Qué es una pandemia? El Diccionario de la Real Academia -infaltable recurso encontrable en: http://www.rae.es/ - lo explica así: 1. f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región).

El sumario de la primera nota dice: “Desde que mergió en 1997, la gripe aviar (viene de las aves) se volvió cada vez más mortal y resistente. Infectó 109 personas y mató a 59 de ellas. Si el virus se vuelve capaz de transmitirse de humano a humano, y conserva su extraordinaria potencia, la humanidad podría entrentar una pandemia como nunca vivió”

La pandemia de la gripe española de 1918-19 mató 50 millones de personas en el mundo, en sólo 18 meses. Y la cosa se pone aun más impresionante cuando el artículo detalla las consecuencias que puede tener la temida pandemia nacida en Hong Kong para el comercio internacional y en general para el curso de los acontecimientos económicos, políticos y militares en el planeta. Es fuerte, pero realmente interesante.

La revista (sólo inglés) está en: http://www.foreignaffairs.org/

Hay mucho material gratuito de interés. Publicación muy excitante, la recomiendo.

viernes, julio 22, 2005

No es "más", es "otra cosa"


Lo dijo el domingo 17 de Julio en Hora Clave Emilio Tenti Fanfani, autor de “La condición docente”: la educación no tiene más dificultades que antes, tiene otras dificultades.

Ese desplazamiento de un planteo formulado en términos cuantitativos (estamos cada vez peor) a uno formulado en términos cualitativos (pasan cosas nuevas) es una operación clave para entender mejor la realidad con la que uno se relaciona y para poder reaccionar frente a ella.

Podríamos decir: allí donde vemos cambios de magnitud tenemos que aguzar la mirada y ser capaces de captar la aparición de nuevas realidades, o de nuevos objetos.

Ejemplo Uno

“En Argentina hay más pobres que antes” se transforma en “En argentina hay un nuevo grupo social”. Sí, la idea de pobreza debe seguir siendo un eje de la lectura del fenómeno, pero de la esta forma abrimos el juego a la posibilidad de captar otras dinámicas que se plantean con ese incremento que si no quedarían veladas.

Ejemplo Dos

“Aberto tiene muchos más amigos” que antes se transforma en “Alberto se curó de su fobia social”… (es un chiste pero podría ser cierto, además no se me ocurrió otro ejemplo)

Ejemplo Tres (y volvemos a Tenti)

“La educación tiene cada vez más dificultades” (formulación que señala un incremento de su decadencia) se transforma con “La educación tiene nuevas dificultades” en una mirada atenta a ver la emergencia y función de una forma nueva. Desde esta perspectiva las dificultades pueden ser tratadas de una manera más eficaz y razonable, ya que no se trata de rearmar una situación anterior sino de ayudar a crear una eficacia nueva.

¿Se les ocurren algunos otros ejemplos que sumar a mi lista?

miércoles, julio 20, 2005

Uno y el cambio


Ayer en la segunda clase del curso “Ver (y vivir) lo nuevo” trabajamos sobre el libro de Peters llamado “Re Imagina”, ya mencionado en este blog (ver primer post) .

Peters comienza su libro reflexionando acerca del impacto que tuvo para las fuerzas armadas norteamericanas el atentado del 11 de Septiembre. Ese día quedó claro el fracaso de una organización inventada para otra era. Cita Peters a Bill Owens, ex vicepresidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor: “Nuestra estructura militar actual es una estructura desarrollada y diseñada esencialmente por Napoleón”. Estructura adecuada para enfrentar a otro gigante bélico, la Unión Soviética, pero inadecuada para los nuevos enemigos, móviles, inlocalizables.

Peters empieza su libro por ahí porque encuentra en ese caso la prueba concluyente de que pese a que los tiempos hayan cambiado nosotros seguimos teniendo estrcturas anticuadas y porque esa evidencia debe estimularnos para repensarlo todo. Estamos involucrados en un cambio cultural que nos atraviesa y al que hay que es necesario responder de maneras nuevas. La educación, la política, la salud, la intimidad, la comunicación, el trabajo, todos estos ámbitos requieren enfoques nuevos, palabras nuevas, planteos adecuados a la realidad actual. Es necesario que nos despojemos de la inercia que nos lleva a ver repetición donde hay en realidad novedad.

¿No es también un planteo que favorece el crecimiento personal? ¿No es una persona, cualquiera de nosotros, también una estructura que requiere actualización constante? ¿No es el deseo propio el origen de un movimiento que pide pensamientos renovados todo el tiempo?

martes, julio 19, 2005

Amor y País en Ñ


En el último número del suplemento cultural de Clarín llamado Ñ salió un comentario de Alexia Barchigia sobre mi último libro. El copete dice: "Con una vuelta de tuerca audaz, en su nuevo ensayo Alejandro Rozitchner incluye el concepto de amor a la hora de analizar y pensar muchos de los conflictos nacionales". Está hecho con buena onda, por suerte. Lo digo para agradecer públicamente al suplemento y a Alexia, y por si a alguien le interesa leerlo. La foto que pusieron tiene alrededor de 12 años.

domingo, julio 17, 2005

Francisco Umbral



Estoy devorándome “Días felices en Argüelles”, último libro del escritor español Francisco Umbral, totalmente capturado por su fluidez y su universo mental, defendiéndome al mismo tiempo para seguir siendo yo y no metamorfosearme en una especie de él, que es lo que pasa cuando leemos a esos autores que nos coptan como si ellos fueran extraterrestres y nosotros los humanos que le salen al paso.

Adoro a Umbral, o mejor dicho a su escritura, porque resulta evidente que el hombre en sí debe ser duro y antipático. Me encantaría conocerlo, de todas formas, porque no necesito que me quiera él para quererlo yo.

Leí todo lo suyo que cayó en mis manos, excepto algún libro de artículos políticos viejos y sobre personajes de los que no sé nada, protagonistas de esa realidad española que aflora en sus páginas siempre deseable y llena de gracia. Cuánto que tenemos que aprender los argentinos de los españoles, de su soltura, de la sabiduría de su actitud y de su lenguaje, es algo que resulta visible leyendo a Umbral, sus libros o sus artículos.

En las librerías de Buenos Aires no se consigue casi nada de él (donde sí hay es en algunas mesas de saldos, cosas muy buenas). Tengo este libro porque le pedí a mi amigo Miguel Lambré que iba a España que se fijara si había algo nuevo de Umbral que me pudiera traer. Le agradezco públicamente haber hecho feliz al lector que soy. (Miguel, de quien incluyo una foto para que se vea lo parecido que es a Roland Barthes, es el alma pater y dueño de la editorial Nuevo Extremo, en donde saqué “Ideas Falsas”, además de una persona siempre grata y encantadora).

Párrafo del libro en cuestión (más exactamente, párrafo final del prólogo):

Hay muchas maneras de hacer un libro de memorias, pero la más saludable es ésta. La vida se resume en salir a por el periódico, bajarse paseando todo Argüelles y el Parque del Oeste. No ha querido uno profundizar en casi nada para que las cosas no pierdan su perfume antiguo y bravío. En puridad, no ha querido uno casi nada, sino soltar la pluma para que trisque alegremente libre, que es como soltar la cabra y verla correr y ramonear por los árboles con su cabeza de divinidad griega y corrompida, pero hermosísima. Así hubiera preferido yo mi prosa: cabra loca.

jueves, julio 14, 2005

Algunas citas de “El erotismo” de Georges Bataille


En el curso que estoy dando, llamado “Ver (y vivir) lo nuevo” partí de una identificación de la vida como experiencia desbordante apoyándome en algunas ideas de Nietzsche y de Georges Bataille. Lo nuevo es siempre parte de este impulso irrefrenable y salvaje de constante producción de formas, y para entenderlo es importante captar el sentido de este movimiento fundamental, que además nos atraviesa personalmente.

A continuación transcribo algunos fragmentos de Bataille leídos y trabajados en la clase:

De “La oposición del mundo del trabajo o de la razón al mundo de la violencia”

El hombre pertenece estos dos mundos, entre los cuales su vida, por más que quiera, está desgarrada. El mundo del trabajo y de la razón es la base de la vida humana, pero el trabajo no nos absorbe enteramente y, si la razón manda, jamás nuestra obediencia a ella es sin límite. Por su actividad, el hombre edificó el mundo racional, pero siempre subsiste en él un fondo de violencia. La propia naturaleza es violenta y, por más razonables que lleguemos a ser, una violencia puede de nuevo dominarnos, que ya no es la violencia natural, sino la violencia de un ser de razón, que intentó obedecer, pero que sucumbe debido al movimiento que, en él mismo, él no puede reducir a la razón.

Hay en la naturaleza y subsiste en el hombre, un movimiento que siempre excede a los límites y que jamás puede ser reducido más que parcialmente. Des ese movimiento no podemos generalmente dar cuenta. Es incluso por definición aquello de lo que jamás nadie dará cuenta, pero vivimos sensiblemente en su poder: el universo que nos rige no responde a ningún fin que la razón limite.

En el terreno de nuestra vida, el exceso se manifiesta en la medida en que la violencia vence a la razón. El trabajo exige una conducta en la que el cálculo del esfuerzo, relacionado con la eficacia productiva, es constante. Exige una conducta razonable, en la que los movimientos tumultuosos que se liberan en la fiesta, y generalmente, en el juego, no son admisibles. Si no pudiésemos refrenar esos movimientos, no seríamos susceptibles de trabajo, pero el trabajo introduce precisamente la razón para refrenarlos. Estos movimientos dan a los que ceden a ellos una satisfacción inmediata: el trabajo, por el contrario, promete a los que los dominan un provecho ulterior, cuyo interés no puede ser discutido a no ser desde el punto de vista del momento presente. Desde los tiempos más remotos, el trabajo introdujo un sosiego, a favor del cual el hombre cesaba de responder al impulso inmediato, que regía la violencia del deseo.

De “La muerte, la corrupción y el renuevo de la vida”

La muerte del uno es correlativa al nacimiento del otro, que ella anuncia y de la que es condición. La vida es siempre un producto de la descomposición de la vida. Es tributaria, en primer lugar de la muerte, que deja el lugar; después de la corrupción, que sigue a la muerte, y que vuelve a poner en circulación las substancias necesarias para la incesante venida al mundo de nuevos seres.

No podríamos imaginar un proceso más dispendioso. En un sentido, la vida es posible, se produciría fácilmente sin exigir ese despilfarro inmenso, ese lujo del aniquilamiento que sacude la imaginación. Comparado al de un microorganismo, el organismo del mamífero es un abismo en el que se pierden cantidades locas de energía. El crecimiento de los vegetales supone el interminable amontonamiento de substancias disociadas, corrompidas por la muerte. Los hervíboros tragan montones de substancia vegetal viva, antes de ser ellos mismos comidos, antes de responder así al movimiento de devoración del carnívoro. Nada queda al fin, sino ese depredador feroz, o sus despojos que se convierten a su vez en la presa de las hienas y de los gusanos. Desde un punto de vista que respondería al sentido de ese movimiento, ¡como más dispendiosos sean los procedimientos que engendran la vida, como más costosa sea la producción de organismos nuevos, tanto mayor es el éxito de la operación! El deseo de producir con pocos gastos es pobremente humano.

Si se considera globalmente la vida humana, aspira hasta la angustia a la prodigalidad, hasta el límite en el que la angustia ya no es tolerable. El resto es charlatanería de moralista. ¿Cómo podríamos, lúcidos, no verlo? ¡Todo nos lo indica! Una agitación febril en nosotros pide a la muerte que ejerza sus estragos a nuestras expensas.

lunes, julio 11, 2005

Padres e hijos


Al principio los hijos aprenden de los padres, después al revés. Sí, podemos decir que en una relación normal y bien balanceada ambos aprenden todo el tiempo uno del otro (ya que son los hijos los que enseñan a los padres a ser tales) pero me refiero a que en una primera mitad de la relación son los padres los que muestran el mundo a los hijos y en una segunda mitad sucede lo contrario, son los hijos los que muestran el mundo a los padres.

¿De dónde aprenden estos recién llegados tanto como para poder enseñar a quienes hace más tiempo que están, de qué forma captaron un orden nuevo, cómo se hicieron parte de experiencias nuevas y distintas, superadoras en la mayor parte de los casos de las que sus padres –maduros y sagaces, con suerte- lograron conquistar? Sucede simplemente por sintonía con la época: los seres nuevos participan de otra forma de estar, son ellos mismos vida nueva, insurgente, poderosa y en ebullición. Encarnan la ola de una realidad colocada en otro nivel de energía

Esto es importante para pensar el cambio, para hacerle lugar, y para comprender cuántos conflictos derivan de la incapacidad de los padres de entender que con los hijos lo que llega es un nuevo mundo, destinado a pasarles por encima, y con el que deben colaborar por amor a sus hijos y a la vida misma. Padres que creen que aun teniendo sus hijos 10 años siguen siendo ellos los únicos conectados con la realidad, por más que sobren evidencias de que no es así.

sábado, julio 09, 2005

Julián Gallo


Julián Gallo, comunicólogo apasionado por los nuevos medios eléctrico – digitalónicos, fue quien me dio el estímulo final y decisivo para empezar este blog. Su propio blog (http://www.juliangallo.com.ar) se dedica a, como él mismo explica, “recolectar noticias que identifiquen cambios significativos en la tecnología, el diseño, el periodismo o la cultura (y algunas otras cosas que me llaman la atención)”. Viene a ser tal vez la cara hard de lo que en 100 Volando tengo como uno de mis objetivos: relevar lo nuevo superando las automáticas ataduras que el pensamiento tiene con lo que ya no es. Escuchar hablar a Julián sobre estos temas es contagiarse de un entusiasmo y de una visión poco frecuente, realista y avasallante.

Julián sostiene (y ejerce) la idea de que en este mundo blogante y wébico el link es como el aire y no debe faltar. Coherentemente, este fue su comentario al primer posteo de 100 Volando, después de darme una cálida bienvenida al mundo adictivo (dice él) del posteo (necesito darme un posteo ya). Dijo Julián:

Ah! una cosa. A tu comentario le faltaron los links:

¡Tom Peters Blog! http://100volando.blogspot.com/

Wow Projects! http://www.tompeters.com/tpc/wow_projects.php

Los Powerpoints de Tom Peters!!! (buenísimo) http://www.tompeters.com/slides/content.php

O el espectacular album de fotos "Day in the life" http://www.tompeters.com/toms_world/a_day_in_the_life.php

viernes, julio 08, 2005

Premisa sobre las crisis

Premisa: Las crisis tienen que ver con insistir en afirmar algo que ya no tiene vigencia, que está –como se diría de la leche o de la factura de un servicio- vencido.

Algo está vencido (podemos pensar que en lo está en el doble sentido de la palabra, porque ha sido derrotado por otro elemento más vigente) cuando la experiencia que ese algo vehiculizaba ya no es una experiencia real, no se elabora nada en ella, y queda más bien como una representación o símbolo vacío. Y lo peor es que, como símbolo, representa sobre todo el temor del cambio, la atadura a un refugio y una seguridad que por más deseable que parezcan ya no son posibles.

Aplicaciones de la idea:

· una pareja entra en crisis cuando pretende seguir siéndolo de manera formal, sin el calor que la funda (calor de excitación y calor de intimidad), sus miembros niegan el vencimiento y persisten, en el vacío de un sentido sólo representado por esa unión, temerosos de lo que pudiera pasar si aceptaran el final. (Sí, hay crisis tras las que la experiencia renace, es verdad, pero creo que hay que aceptar que si lo hace es porque se adoptó una forma nueva, porque hay una nueva apuesta, distinta, y una nueva experiencia que se inicia).

· Un país entra en crisis cuando no es capaz de aceptar los cambios de época, cuando tiene un pensamiento que insiste en decir que lo que está mal no es el país ni el pensamiento si no la realidad misma, la tarada, que va para donde se le canta en vez de preguntar, que hace lo que le surge en vez de consultar las conveniencias (absurdo).

· Un país entra en crisis cuando sigue buscando dar vida a un peronismo que está muerto, cuando pretende poner en duda el enfoque liberal (que es el único de probada eficacia, capaz de producir riqueza social, tal como se muestra en los países más capaces de eliminar la pobreza), cuando coquetea en su opinión pública con el probado fracaso del ideal de “luchar contra la opresión” y no se da cuenta de que está sobre todo oprimido por su propia idiotez y no por otros.

· La educación entra en crisis cuando quiere creer que el mundo sigue igual, que no existe la tele ni internet, que la información está guardada en la sala de profesores y cuando cree que los valores siguen siendo los que estaban vivos hace 100 años.

· La moral entra en crisis cuando quiere seguir diciendo lo mismo que parecía importante en otra sociedad, en otra familia, para individuos con una conformación mucho menos libre que la de hoy.

jueves, julio 07, 2005

El desorden es el mensaje









Estoy leyendo el libro de Tom Peters llamado “Re-Imagina”. Su capacidad para ver el cambio que se está operando en la sociedad humana es sensacional, y también lo es el ánimo exultante y positivo con el que aborda el tema.

Cito y comento:

“El desorden es el mensaje”: no es que nuestras sociedades actuales estén desordenadas, es que tenemos otra experiencia entre las manos. Esto tiene varios sentidos, pero todos rescatan la vitalidad de los desarreglos.

Sentido político: sí, las democracias son un despelote, pero ese despelote –bien llevado- es el camino de maduración de una comunidad.

Sentido laboral: en tiempo de cambio y novedades constantes debemos buscar más una actitud entusiasta y la constante generación de nuevas vías e intentos que una organización sólida, ordenada, con una planificación a largo plazo.

Sentido individual: una personalidad rica -Nietzsche lo decía de esta forma- es una personalidad con tensiones y conflictos. Lo que hemos llamado “una vida normal” (una vida previsible, con un sentido claro, sin grandes problemas) no existe. La vida normal es siempre una vida con un grado importante de desorden, el tema es lograr una estructura dispuesta a aceptar esos movimientos.

Estamos hablando siempre de lo mismo: lo que percibimos como desorden es en realidad la vitalidad del mundo, su exhuberancia. O la de nuestra propia vida.

Lo llamamos desorden cuando nos inspira temor, y buscamos de esa forma quitarle valor. No es desorden, es vida que busca caminos todo el tiempo. Es crucial que sepamos ubicarnos en ese contexto y vivirlo lo más creativa y gozosamente que nos sea posible.

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