Diez puntos sobre el pensamiento
1. Pensar es una actividad constante. No puede ser evitada pero sí puede ser incentivada. Si el pensamiento puede a veces sentirse como un peso no debemos optar por ahogarlo: hay que mejorarlo, depurarlo, curarlo. Pensar nos molesta cuando estamos atascados, cuando tenemos ideas viciosas, cuando no hemos logrado aun pensar a favor nuestro. Cuando el pensamiento está emplazado en el lugar que le corresponde, que es el de ayudarnos a avanzar en lo que queremos, no molesta, resulta excitante.
2. El pensamiento es un poder similar a la energía nuclear: parte de operaciones mínimas, casi invisibles, pero genera movimientos y poderes capaces de alterar la vida personal completa o incluso de modificar algunos aspectos de sociedades enteras.
3. Pensar es un trabajo, un juego, una libertad, una disciplina, un camino, un hallazgo, una costumbre, un instante, un compromiso, un placer, un ritual, un salto, un amor, un esmero, un atrevimiento.
4. El pensamiento pertenece a todas las tareas, se entremezcla con todos los proyectos, puede ser útil en cualquier circunstancia. El pensamiento es un arte guiado por el deseo y la intención, capaz de dar forma y sentido allí donde es necesario.
5. El pensamiento es la respiración del sentido, el que elabora el caldo de las emociones y la sensorialidad, y entrega como fruto un alimento siempre renovado.
6. Pensar hace hombre al hombre, mujer a la mujer, individuo al individuo. Lo más propio se enuncia en la constante irradiación de una conciencia activa. Esa conciencia no es dueña del ser, pero en ella la totalidad entra en ebullición permanente.
7. El pensamiento inventa los problemas y las soluciones, produce los avances y los retrocesos, desata los nudos o genera trabas que pueden parecer insolubles. Del cultivo adecuado de su arte depende el rumbo que tome una vida, una comunidad o una empresa.
8. El pensamiento se aprende, se cultiva, se protege, se promueve, se fortalece, se dirige, se produce, se empuja y se sostiene. El pensamiento es una acción del cuerpo que siente y busca, y está presente en todos los impulsos más ambiciosos de los que somos capaces.
9. La información puede ayudar al pensamiento, pero puede también paralizarlo. La competencia puede hacerlo más vigoroso, pero puede inhibirlo. La inteligencia es una ayuda, a no ser que lleve al pensamiento por caminos errados o innecesarios, cosa que también sucede. El pensamiento requiere del ajuste de muchas variables. Se afina, como un motor o un instrumento.
10. El pensamiento de un equipo bien entrenado lleva la elaboración a un nivel superior. El equipo de pensamiento debe sumar perspectivas, combinar estilos, ensayar distintas estrategias.
La ilustración es de un tal Dewasne
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