Dos FM que me hacen feliz
La marea del gusto es fluctuante y obedece a razones de gravitación anímica personal, como un contrapunto externo con las necesidades propias de la aventura vital que uno está llevando a cabo. Estoy viviendo un reflujo del espíritu clásico - aunque me doy cuenta de que voy a volver al jazz en cualquier momento- y estoy disfrutando de dos FMs útiles al respecto.
Una es la FM clásica de Buenos Aires, Amadeus, a la cual se puede también acceder vía internet. Es distinto escuchar clásicos por radio que ponerse uno su música, porque en este caso la selección es ajena y uno descubre cosas o bien escucha sin saber qué está escuchando y puede entregarse al puro sonido evitando las referencias de sentido que siempre tienden a enturbiar la experiencia pura del gustar o no de algo.
La otra es Last FM, una radio de internet que me hizo conocer Julián Gallo, que abarca todos los estilos musicales y constituye una experiencia en sí misma. Es una radio de tags y artistas similares. Es una radio que son miles de radio, formateables y compartibles, es la música transformada en posibilidad de conocer a otros, de expresar preferencias de manera inusual. No termino de entender todo su funcionamiento, pero me parece una radio revolucionaria. Su nombre completo es "Last FM - The Social Music Revolution".
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