"Amor, sensualidad y otras emociones filosóficas" martes 21/7 20 hs.
martes 21/7 - 20 horas
Etiquetas: amor
Este es el principio de mi recientemente aparecido libro "Ganas de vivir". Espero que les guste:
Prólogo
Yo creo en los libros que te dejan entrar rápido, que se leen con gusto, que te llevan y te hablan claramente. Creo en las escrituras íntimas, sencillas, capaces de producir cercanía. Escribir y leer son formas de contacto, y la autenticidad es un requisito imprescindible. Si uno deja aparecer su personalidad en el libro, mejor, de eso se trata. Como lector, disfruto mucho más cuando el que escribe, sea cual sea su tema, habla un poco de sí mismo y se muestra. Y cuando lo hace sin pretensiones, cuando abre el juego de su vida e incluye en él al lector tranquilamente.
Este libro está estructurado a partir de una serie de formulaciones o premisas que tratan de asuntos básicos de la existencia, que intentan esclarecer algunas de esas preguntas elementales que compartimos como personas que existen en el mundo. Estas premisas han sido útiles para mí, me sirvieron para lograr orientación, y por eso las propongo a ustedes. ¿De qué otra manera podría saber que sirven si no me hubieran sido útiles, en principio, a mí mismo? También fueron probadas con otros: amigos, alumnos, lectores de mi blog, de mis artículos, colaboradores en distintos trabajos, compañeros de aventuras. No sirven a todos, porque nada puede hacerlo, pero han servido a muchos. ¿Tal vez también a vos? Ojalá…
Sí, hay algunas cosas que se repiten, o se dicen en distintos contextos con diferencias leves, pero como aprendí de otros autores, hay que entender que esa repetición es un modo de insistir en algunas perspectivas que se consideran fundamentales, un modo de volverlas asimilables.
La filosofía del entusiasmo es un grupo de ideas que tienen como centro de la actitud personal al entusiasmo y como visión de fondo de la realidad la afirmación total. No se habla todo el tiempo de entusiasmo, pero el entusiasmo es el producto de esta visión, su centro anímico personal. Estas ideas producen entusiasmo, porque lo valoran como la mejor posición posible en la existencia. La vida, aun la generalizada vida humana, se vive siempre desde la perspectiva del individuo, y a ella hay que atender de manera especial para producir cualquier tipo de evolución cultural.
Implícita está también la idea, básica, de que uno es responsable de su propia vida. No se trata de negar la existencia del azar, o de la fatalidad, pero sí de marcar que, aun así, hay un gran espacio para la acción posible. Uno tiene mucho que ver con la manera en la que está viviendo, con la manera en la que va a seguir haciéndolo.
Primer Capítulo
La observación de la vida real es la materia privilegiada del pensamiento
“¿A quién mata, siempre, uno?”, se preguntaba Alberto Ure, con su estilo brillante y sacado, unos cuantos años atrás. “¡A alguien de su familia!”, se respondía luego, señalando una evidencia. Así explicaba el sentido de la tragedia. No tiene nada que ver con lo que iba a decir, pero ligué las frases por el tipo de entonación con la que sentía empezar este apartado: “¿Sobre qué piensa uno siempre?”.
Piensa sobre la vida real. ¿Acaso hay otra? Podríamos postular que sí, que hay otra, la vida irreal, es decir, la vida que fracasa al ser pensada, que no se realiza al ser vivida, la vida que uno se representa erróneamente, perdiendo pie para la elaboración del pensamiento consciente. (Qué es limitadísimo, como veremos, pero que también tiene su onda…) Perdiendo pie para eso y para todo lo demás también…
¿Sobre qué es este libro? Son ideas que tratan de abordar la vida real. Esas ideas surgen siempre con una orientación, uno está buscando algo en ellas. ¿Qué? Formas de crecer, formas de más. Este libro trata sobre principios existenciales orientadores. Sobre formulaciones que ayudan a vivir, que resuelven problemas, cosas básicas que hay que entender y solucionar para poder avanzar. Respuestas a dificultades que cualquier persona enfrenta en su proceso de vida. Este pozo de sabiduría personal (¿qué?: no, no me volví loco, es un chiste con algo que dice Nietzsche describiendo su Zaratustra: “un pozo inagotable al que ningún cubo desciende sin subir lleno de oro y de bondad”, un poquito excesivo pero lindísimo, ¿qué nos hace pensar que no se divertía al escribir, cuando todo indica lo contrario?)… Retomo: este pozo de sabiduría personal, decía, lo obtuve de mi propia experiencia. O más crudamente, y sin tanto orgullo: son huellas de mi proceso de curación. Que continúa, claro, pero al que podría considerarse ya muy avanzado, sobre todo si recuerdo de donde venía, o por lo que pasé. ¿No es así la vida de todos?
Estas frases, las que hacen de eje del libro, son mis principios. Muchos de ellos los voy encontrando mientras expongo los que encontré antes, quiero decir: es un proceso constante. No lo hagamos más de lo que es: son maneras de decir, formulaciones, frases, que producen un efecto positivo en la vida corriente. Lo han producido en la mía, pretendo que repitan el efecto en el potencial lector.
Es pensamiento puesto a rendir, utilizado, trabajado para que resulte útil con la mayor utilidad que un pensamiento puede lograr: dar vuelo a una existencia concreta. Lograr que una persona se despliegue, genere, se muestre y comparta la riqueza de la que es capaz. El escenario de la vida concreta es el primer escenario, el más básico, el que permite todo tipo de desarrollo posterior.
Segundo Capítulo
Un libro te puede cambiar la vida
Un libro puede tener mucha influencia en la vida de una persona. En distintos momentos de su historia uno se encuentra con ideas y planteos que lo involucran de una manera especial. Todos tenemos dos, cuatro o cinco, o diez o veinte, libros que nos han marcado. Bien entendido creo que lo que pasa cuando un libro cala hondo es que ese libro, esa visión del mundo (ese aire, esas ideas), caen en uno como una ficha que encaja con precisión en un espacio libre que, tal vez, uno ni sabía que tenía libre. Andábamos buscando un libro, y encontramos. A los libros los usamos como ayudas para elaborar ciertas coyunturas.
Pero al sumergirnos, el libro nos trastornó. O nos acomodó. Nos hizo dar un salto. Se podría pensar también, como lo harían Irvin Yalom o Carl Rogers, que se trató de un encuentro con otra persona. Cuando en el planeta uno se conecta con otra sensibilidad que lo comprende, uno se siente real. Al tener esa entidad, crece.
Quiero aclarar que escribo este libro bajo la influencia total de, o mejor dicho, sometido a, un enamoramiento por Rogers. Hacia tiempo que no me pasaba de encontrar un autor del que sintiera que tenía tanto para aprender. O será que me calza el planteo para mis temas de ahora. Tengo que leerlo mucho, pensarlo, incorporarlo, me entusiasma y me mejora. Me llama a desarrollar lo que tengo que desarrollar, crecer lo que me toca ahora.
Ese es el eje de toda mirada y de toda intención, para Rogers: el crecimiento. Así mira también el psicoanalista inglés Donald Winnicott. La primera vez que leí las formulaciones de estos autores diciendo que el individuo era un sujeto de crecimiento, me pareció una obviedad decepcionante. Como cuando, puteando yo a alguien –contándole algún problema, supongo- en sesión obtenía como respuesta de mi analista el comentario “parece que estás enojado”. No me digas, ¿te parece? Se te va a reventar el marote a vos, de tan inteligente, eh… Esa última frase es transcripción de Tarufeti o Tangalanga, ese argentino malévolo que todos llevamos dentro.
Esas obviedades, la de que yo estaba enojado y la de que el individuo, la persona, es un crecimiento, y que el crecimiento y sus obstáculos son el eje para entender en general todo lo que le sucede a esa persona, es una verdad genial. Sencilla, la podés llevar en el bolsillo. Así hablaba Nietzsche de la verdad, jodiendo. ( En el Zaratustra la viejecilla del genial capítulo “de las mujeres viejas y jóvenes” entrega al personaje “una pequeña y revoltosa verdad”, algo así, que “grita a voz en cuello”).
Lo de ser cooptado por un libro me pasó a mí, entre otras veces, cuando leí “El erotismo”, de Georges Bataille. Un libro confuso, escrito con torpeza pero con lucidez. Sentí que pasaba de no entender nada a poder organizar una comprensión del mundo en unas líneas explicativas sencillas y abarcativas. Empezaba a entender el mundo, tenía 20 años, estudiaba Filosofía en la Universidad Central de Venezuela, era un argentino en el exilio.
El libro de Bataille tenía muchas virtudes, pero tal vez para mí había una que resultaba fundamental, la de incorporar al pensamiento filosófico la dimensión básica de la existencia: la mirada desde adentro. Hablaba de la realidad observada y vivida desde la posición de ser una persona. ¿Hay otra manera? No, pero suele pasarse por alto, sobre todo en los siempre enrarecidos ambientes de la filosofía, tal vez porque de tanta racionalidad se termina por no entender nada.
A Bataille no le parecía que se pudiese “reflexionar sobre el ser” sin tener en cuenta “las pasiones que lo animan”, y sobre todo, pasiones que son vividas siempre como expresión de una experiencia interior. Aire fresco para mi mente entonces perdida. Evolución en un estudiante que busca entender.
Etiquetas: libros
¿Podrías recomendar algún de psicologia que te hayan gustado?
Algún libro, será, supongo.
Sí:
"El proceso de convertirse en persona" (creo que se llama así), de Carl Rogers (en inglés "On Becoming a Person") y todos los de Irvin Yalom, que son buenísmos, los lees y te vas curando. "El hogar, nuestro punto de partida", de Winnicott, también. "Cambio", de Watzlawick. Freud, siempre, cualquier libro. Los de Rolón también me gustaron.
Etiquetas: libros, preguntas, psicoterapia
Como buen nuevo fan de Carl Rogers, quiero compartir aquí algunos fragmentos suyos (con algunas anotaciones mias en castellano)...
“A helper and a person in need of help”: El par humano. Generalmente rotan los roles. El truco de Rogers te hace ganar una eficacia increíble.
¿Cuál es el truco? Intimidad, cercanía, bienintencionada, precisa, inteligente. Lo que alivia a uno es que otro lo entienda, es decir, que sienta su sentir. Cuando sucede eso, las cosas se hacen reales. (Por eso el tema del suicidio del hijo es atroz, porque estuviste tan lejos suyo que no lo hiciste real, no lo quisiste).
“I tought I was writing for psychoterapists, but to my atonishment I was writing for people”.
“In other words, I am no loger talking simply about psychoterapy, but about a pont of view, a philosophy, an approach to life, a way of being, which fits any situation in which growth –of a person, a troup, or a community- is part of the goal”.
“Some of my experiences in communicating with others have made me feel expanded, larger, enriched, and have accelerated my owin growth”
“I would prefer my experiences in communication to have a growth-promoting effect, both on me and on the other, and that I should like to avoid those communication experiencies in wich both I and the other person feel diminished.”
Etiquetas: pensamiento, psicoterapia
Estoy leyendo este libro, me parece sensacionalísimo, y me asumo como fan absoluto de este autor, del que ya había leído otras cosas.
¿Por qué? Por su visión de la intimidad, por su promoción de la intimidad y la libertad como medio para el crecimiento y la felicidad humana. Por lo lindo y sencillo que escribe. Porque sus ideas despiertan mil otras, y todo el conjunto es aplicable y benéfico. Porque lo que piensa en relación con el sujeto se vuelve muy interesante aplicado a lo social. Porque al leerlo uno se transforma en mejor persona.
En otro momento, si lo logro, diré más. Por ahora, sólo este post de amor a Rogers...
Comprenlo, léanlo, cuentenmé.
Etiquetas: libros, psicoterapia
Yo estoy leyendo un libro de Carl Rogers que me tiene súper feliz, llamado "Counseling and Psychoterapy", que obtuve vía Gigapedia. Es sensacional: ¡cómo me gusta Rogers, la puta que lo parió!
También estoy leyendo el eterno y SENSACIONALISIMO libro "Borges", de Bioy, los diarios íntimos de su amistad. Libro sobre el que ya hablaremos...
Etiquetas: relevamientos
Toca relevamiento de lecturas: ¿qué están leyendo?
Yo: "Ajá. Só lo es", de Frank McCourt, novela muy buena; y releyendo "El proceso de convertirse en persona", de Carl Rogers, una genialidad.
La foto no es de mis libros, la saqué de Internet.
Etiquetas: libros, relevamientos
Preparando el curso llamado "¿Quién soy? Una lectura de El proceso de convertirse en persona, de Carl Rogers", que empieza mañana, reparo en unas frases del libro...
Acá, en terapia, lo que valió fue sentarse y decir "Esto es lo que me molesta", y darle vueltas durante un tiempo hasta que, en un crecendo emocional, algo aparece y la cosa se acaba... cambia de aspecto. Aun entonces, no puedo explicar exactamente qué es lo que pasó. Es que saqué a relucir algo, lo sacudí y le di un par de vueltas; cuando lo puse nuevamente en su lugar me sentí mejor. Es un poco frustrante, porque me gustaría saber con exactitud qué es lo que está pasando... Es cómico, porque parece como si yo no hiciera absolutamente nada al respecto... mi única participación activa consiste en... estar alerta y capturar los pensamientos al vuelo a medida que aparecen... Y hay como una sensación de "Bueno, ahora que lo he visto bien, ¿qué hago con esto? No es algo con botones para manipular, ni nada. Sólo hay que hablar de eso un poco y dejarlo. Aparentemente todo consiste en eso...
Me gusta mucho cómo está captada esa sensación de "no estar haciendo nada" que tiene lugar en muchos momentos de la terapia, o que define la perspectiva general del paciente (cliente, como dice Rogers) que siente que pasa algo misterioso cuando se ventilan las cuestiones. Claro que el terapeuta entiende un poco más lo que está pasando, pero no necesita hacer explícito su saber.
La imagen es de Yves Klein.
Leyendo el libro "El proceso de convertirse en persona", de Carl Rogers, para el curso que empiezo a dar el martes 15 de Mayo, encontré estos párrafos sencillos y orientativos:
He descubierto que aceptar realmente a otra persona, con sus propios sentimientos, no es en modo alguno tarea fácil, tal como tampoco lo es comprenderla. ¿Puedo permitir a otra persona sentir hostilidad hacia mí? ¿Puedo aceptar su enojo como una parte reali y legítima de sí mismo? ¿Puedo aceptarlo cuando encara la vida y sus problemas de manera muy distinta a la mía? ¿Puedo aceptarlo cuando experimenta sentimientos muy positivos hacia mí, me admira y procura imitarme? Todo esto está implícito en la aceptación y no llega fácilmente. Pienso que es una actitud muy común en nuestra cultura pensar: “Todas las demás personas deben sentir, juzgar y creer tal como yo lo hago”. Nos resulta muy difícil permitir a nuestros padres, hijos o cónyuges sentir de modo diferente al nuestro con respecto a determinados temas o problemas… Cada persona es una isla en sí misma, en un sentido muy real, y sólo puede construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser él mismo y está dispuesto a permitírselo.
…
Con esta enseñanza se relaciona estrechamente el siguiente corolario: la evaluación de los demás no es guía para mí. Aunque los juicios ajenos merezcan ser escuchados y considerados por lo que son, nunca pueden servirme de guía… Sólo existe una persona capaz de saber si lo que hago es honesto, cabal, franco y coherente, o bien si es algo falso, hipócrita e incoherente: esa persona soy yo.
…
Mi experiencia es mi máxima autoridad. Mi propia experiencia es la piedra de toque de la validez. Nadie tiene tanta autoridad como ella, si siquiera las ideas ajenas ni mis propias ideas… Ni la Biblia, ni los profetas, ni Freud, ni la investigación, ni las revelaciones de Dios o del hombre, nada tiene prioridad sobre mi propia experiencia directa
…
Información sobre el curso aquí.