jueves, enero 24, 2008

Apuntes desde cierto alivio

Este es el artículo que escribí para DIARIO CIUDADANO, de Mendoza, esta semana:

La alternancia de los días apabullantes con los días respirables hace que miremos las cosas desde dos puntos de vista muy diferentes. Pasar por esas perspectivas sucesivamente nos hace captar matices y entender más. Nietzsche creía que esa era su cualidad principal, la capacidad de entender sedimentada por esa alternancia de estados, el haber considerado el mundo tanto desde la debilidad de la enfermedad como desde la plenitud de la fuerza.

Ir y venir muchas veces de una perspectiva a otra es lo que arma la sabiduría personal, el arte de la mirada propia se despliega en esa diversidad de posiciones y observaciones. A todos nos pasa, todo el tiempo, aunque también sucede que ese vaivén vital puede ser asumido o combatido. Nietzsche dramatizaba mucho, tal vez, al decir que esa era su peculiaridad, cuando en realidad hamacarse entre mundos es una experiencia constante y compartida.

Es cierto que uno no es el mismo, que pasan los años y aquel que uno era en 1984 no tiene nada que ver con el que es en el 2008. En cualquier lapso de diez años es posible detectar transformaciones profundas, cambios que muchas veces uno no era siquiera capaz de imaginar. Es bueno pensar que ese que uno era antes era en realidad otro. Creer que hay que restablecer siempre la continuidad (la descaminada insistencia en la identidad) es una forma de coartarse las metamorfosis necesarias. No es fácil abrir espacio al cambio, al pensarse o saberse uno siempre se congela un poco, pero ¿cómo vivir sin conocerse?

Hay formas de pensar que promueven el cambio, no valorándolo en abstracto, sino abriéndole espacio al mundo que en cada momento uno quiere, a la novedad expresada desde su lugar legítimo y específico: el deseo personal.

En la serie "Justicia Ciega" (Boston Legal), que estuvimos alquilando estos días con mi mujer, había un personaje que se quería congelar, para descongelarse dentro de cien años, poder curarse de sus enfermedades y seguir viviendo. Tal vez uno intenta esa operación a veces, y se dice: voy a quedarme quieto por ahora, me conviene moverme más adelante, cuando pueda más. ¿Es un cálculo de conveniencia o es una disculpa, un movimiento de temor?

No está mal preservarse, aunque no hay donde esconderse. Mi refugio: lindo nombre para una casita en el Tigre, pero la corriente vital llega a todas partes. Y si no hay corriente el agua se empantana, se pudre, hay más mosquitos y huele mal.

Podríamos jugar a hacer un decálogo moral de cambio y vitalidad:

1. No hay que quedarse quieto

2. No hay que preocuparse por nada

3. Que el movimiento responda al deseo

4. Es mejor pasarse de osado que de conservador

5. La identidad no es el pasado sino el entusiasmo

6. Nos define el movimiento

7. El tiempo que acepta forma es el presente

8. El miedo es generalmente un freno excesivo

9. Hay vida en todas partes, creciendo, todo el tiempo

10. Se hace lo que se puede

¿Cómo, después de todo llegamos a un final descreído? ¿O realista? "Hizo lo que pudo" me parece el epitafio universal, una especie de aprobación de lo vivido, aceptado al máximo, en su movimiento y despliegue, en lo que hubo y en lo que faltó. Puede servir tener un recurso de paz, en medio de las guerras propias. Las guerras médicas: no las del imperio persa contra las ciudades estado de Grecia durante el siglo V (gracias, Wikipedia), sino las que se viven en hospitales y consultorios. ¿Se pueden ganar?

Algunas siempre se ganan: sobre todo las pediátricas, digamos, las oncológicas suelen ser más difíciles. ¿Y las psíquicas, las del sentido? Son precisamente esas las que uno lleva a los consultorios, aunque se hable de órganos y de huesos y no de emociones o de ideas.

En todo caso: qué alivio que el verano, dentro de su crueldad, nos haya dejado respirar unos días.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre muy estimulante lo que escribís.

Que bueno que tu mamá esté mejor.

Abrazo,

Camilo

Anónimo dijo...

Creo que las guerras psiquicas se pelean con soldados de este nuevo siglo. Estamos en condiciones de dar batalla. No de ganar, pero si avanzar unos metros. Pero que ganamos si vencemos en la guerra? En todo caso! Quien nos reconoce la victoria?! A la primera pregunta la respondo = no se ; a la segunda = nadie.
Hace un tiempo te encontre Alejandro, en el kiosko de zabala y cramer. No te salude porque intui que eras un visitante del barrio y no ciertamente haciendo turismo.
Despues, mucho despues, fui al museo Renault por el taller sobre "Entusiasmo". Me gusto, el momento y la copa de vino ademas de cierta dama. La charla fue entretenida y si me tomaba otra copa me hubiese dado a opinar un poco mas... pero sentia que estaba ahi para escuchar.
Ahora, te vi como un tipo muy divertido, rapido en la chicana, parecia un stand up!!
Salud Os

Anónimo dijo...

No solamente en el transcurso del tiempo somos "otro", ni es necesaria una dimensión temporal tan extrema para notar el cambio. En tiempo presente,en lo inmediato y lo cotidiano, uno mismo tiene distintas caras, distintos modos de ser: un costado más amable, otro más serio, una parte creativa, otra meláncolica y así (estoy generalizando, no haciendo una clasificación absoluta).

Anónimo dijo...

Alejandro: Esto va para Usted con cariño.
Su plenitud y su fuerza no se aloja ni en sus órganos ni en sus huesos. Se aloja en sus ideas y emociones. Eso es lo orgánico en Usted. Ahí está su columna vertebral, el sentido en el que se sostiene y sostiene a todos quienes lo respetamos. Adelante !
A mi modo de ver las cosas, no tenemos guerras médicas. Tenemos luchas vitales. Fuerza !
Gracias por seguir.
Carlos

Anónimo dijo...

“Hizo lo que pudo• es en efecto un epitafio reducible a todo y a todos
En los momentos donde ya no importa ni interesan asuntos que en su momento fueron tal vez de preocupación verdadera, decisiones, discusiones, ulceras, pareceres con entidad , gustos , deseos y placeres
en el momento de la reducción al epitafio quedan extermporáneas
a veces sucede que las personas enfermas hacen una remisión temporal para arreglar asuntos y para acomodarnos a todos a la idea de la despedida
no puedo vincularme a la metáfora de la guerra en relación a la enfermedad…
sin embargo a muchos les resulta útil, especialmente a los profesionales del rubro y también a mucha gente que la sufre o familiares
Me suena imposible por eso mismo que la vida es y punto y no hay empecinamiento voluntarista que la provoque o la mantenga con éxito. A veces sucede a veces no
La vida me suena mas a… milagro… misterio… don … apertura… conjunto molecular vivo bastante complejo en el caso de los humanos y por eso mismo el tema de la lucha no me resulta
Se tiene o no se tiene. A veces incluso deseándose y queriéndose no se tiene o en breve no se tendrá y solo resta la aceptación
Si hay que aplicar tratamiento es algo a hacer pero … guerra y contienda en ese ámbito,,,, de lo corporal me resulta una metáfora algo fuerte
Ni como recurso de la cronica ni como spot publicitario … luchemos por su vida ,… glups … muy setentoso

Y por ultimo : No podes sustraerte a decálogos que remiten a religiones monoteístas, jejejej quien te ha visto!
Gracias por tus palabras , me hacen bien a procesar experiencias de hoy mismo que acompaño una amiga sin tiempo futuro . hasta donde y hasta cuando …..?

Filosofando al vacío dijo...

Negarse el movimiento, o al cambio, no pareciera más que aferrarse a un pasado el cual sin duda nos impide avanzar; pero supongo que tampoco se debe dejar el pasado atrás, es decir, no en nombre del "cambio" se debe menospreciar o creer que lo siempre lo nuevo es lo mejor. Creo yo que más que dejar algo atrás se debe avanzar con ello; no privarnos de lo nuevo, pero tampoco "desprivarnos" de lo viejo.

De todas maneras es curioso cómo uno intenta tener algo de donde aferrarse; hace 10 años quizá fui diferente a lo que soy hoy, pero me cuesta ver que dentro de 10 años no sea igual a lo que soy ahora, o que por lo menos no mantenga o conserve lo que hoy me hace ser; quizá no quede nada, pero en el fondo pareciera conservarse un esperanzador anhelo de que todo será igual (que quizá sea como un mecanismo de defensa ante lo incierto... o un entendible miedo a enfrentarse a la liberdad de ser).

Saludos,
Alejandro.

Anónimo dijo...

Tantas veces deseo tener la claridad y capacidad para bajar una idea, un pensamiento o un sentimiento en palabras como tu lo haces. Entiendo tanto de lo que hablas... Gracias por este espacio que nos abres a todos.

Anónimo dijo...

tu articulo sobre la terapia intensiva de tu mama es sinceramente CONMOVEDOR... Con todo lo que eso significa.


Saludos.

rastelman dijo...

La salud de nuestros menores y la de los mayores es un tema que a mediana edad nos preocupa y ocupa más de lo que imaginamos.
El alivio siempre en bienvenido.
El sicológico más que el climático.
Bien por tu blog.

Anónimo dijo...

Yo creo que aún en silencio, siempre estamos cambiando, o al menos las personas que tienen la intención. Y cuando nos ponemos alguna excusa, por ejemplo para no empezar ya a escribir, lo que gana es el miedo, igualmente vamos acumulando conocimiento de nosotros mismos , hasta que un día nos llegamos a conocer mejor y vencemos al miedo. Lo que no significa que estaremos librados de todo mal,no, tenemos que estar siempre atentos a las trampas de la mente, para no caer en hábitos destructivos.


Pesonalmente en mi interior la llama del cambio siempre está ardiendo, a veces más, otras menos,lo me cuesta es animarme a quemarme más seguido, jugarme, aceptar un fracaso, aprende de él, quererme un poco más,no descontrolarme tanto emocionalmente. Hablo de un dificulta, no de una imposibilidad,lo que nos cuesta tiene mucho valor, ya que luego de logrado lo disfrutamos más.

Pablo dijo...

Alejandro, adhiero 100% a tu reflexión y decálogo.
Una analogía que suelo utilizar bastante tiene que ver con este entorno digital y se refiere al “botón de refresh“ de nuestros navegadores. En un momento estamos leyendo el diario en la compu y vemos a un político en una foto que esta anunciando xx medidas. Luego sentimos olor a tostada y vamos a la cocina, la untamos, la comemos y volvemos a la compu. Botón de refresh mediante, el diario nos muestra que hubo un atentado que le disparó un tiro al políyico en cuestión. Entonces, lo primero que pienso es: ¿qué diario de nuestras vidas estamos leyendo? o si se quiere también ¿cómo es nuestro diario vivir?, tenemos esa capacidad de aceptar el movimiento y el cambio constante de este universo del cuál somos parte y entonces poder hacer “refresh“? a cada instante? Obviamente esto me trae a la tan escuchada frase “Aquí y Ahora“. Pero acaso, podríamos escuchar “aquí“ y “ahora“ esta frase con otra consciencia?. Que bueno sería, no?

Bueno, gracias por tus reflexiones compartidas y ojalá tu madre se encuentre mucho mejor.

Me despido con una frase de una persona muy querida y luminosa que dice “Soy el modo de Ser, de la Consciencia que acompaño“.

Sds,

Anónimo dijo...

Creo, que ese "vaivén vital", esa "alternancia de dos estados", nos hace mucho más sabios, si lo podemos capitalizar.
Todos pasamos por esos dos estados, pero no todos lo incorporamos a nuestra capacidad de entender.
El poder hacerlo, nos da un enorme enriquecimiento.
Esta es mi vivencia.
Yannina.

goloviarte dijo...

magnifico blog,gracias por el trabajo que realizas,te invito a mi blog de puntuaciones de otros blog,podrás colocar el tuyo y te conocerán un poco mas
http://aquiestatublog.blogspot.com
uso los comentarios, es mas rápido y voy escogiendo los mejores blog,si crees que esto es spam,te pido perdón y acepta mis disculpas

Anónimo dijo...

Alejandro:
Es cierto que uno no es el mismo. Pasan los años y aquél que uno era en 1984 no tiene nada que ver con el que uno es en el 2008.
Usted se refiere seguramente a las transformaciones subjetivas. Claro, pasaron 24 años. También pensé la cosa desde este otro ángulo. A ver qué le parece...
Tal vez haya “mucho que ver” con ese tiempo de la historia vivida. Ver que pasó allí, en ese tiempo, tal vez ayude a comprender lo que pasa hoy, acá, en este tiempo; aunque inicialmente digamos: no tenemos nada que ver. Atrevernos a ir a ese más allá, para relanzarnos a este más acá.
Tal vez, mi modo de ver las cosas, le sirva para comprender este momento de su vida.
Con cariño
Carlos

Anónimo dijo...

El movimiento y el cambio generan crecimiento, evolucion(como el ejemplo del agua estancada que se pudre si no sigue su curso natural). Nuestro curso natural justamente son los cambios!!
Lo peor es estancarse y sentirse comodo, aferrado a BASTONES que lo unico que hacen es generar cortocircuitos en nuestro desarrollo personal y universal.

Anónimo dijo...

Hola Ale:

Me quedo con el 10mo: Se hace lo que se puede.

Que fantastico limpia culpa (no peyorativamente eh!!!), que bueno es que sin importar lo que hayamos pasado tener la "tranquilidad" de poder afirmar que di cuanto tenia, no me guarde nada; si despues de todo no somos mas que simples humanos.
Abrazo.
AT.

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