Rolling Stones y U2
Hoy Domingo me llamaron del programa de radio de Mariano Grondona para consultarme sobre el tema de los conciertos masivos recientes. Antes de salir al aire tomé estos apuntes, para aclararme las ideas (o para explorarlas, de todas maneras después terminé diciendo cualquier otra cosa):
* Es música y son masas. La forma de la época, el espectáculo del artista y el de la propia masa juntándose y queriendo a un artista. La masa enamorada de sí misma y de sus elecciones. El endiosamiento de lo masivo, como en el fútbol. Es una futbolización del arte, podríamos decir.
* Espacios de identificación y socialización nuevos. La política no va, la religión no va. En vez de autoridad moral hay una autoridad estética. Ver a Jagger y Richards es como ver a Mozart. ¿Qué pasaría si una noche de verano tocara Mozart en River?
* Lo que atrae es la fama de los tipos, su importancia. Eso determina el gusto. Hay que tener un gusto desarrollado para gustar de las cosas más allá de su significación social. Hay quien gusta de lo masivo y quien se rebela y gusta de lo que no conoce nadie: un anti gusto, tan poco sensual como el primero.
* Creo en la música, creo que hay una experiencia en esa inmersión en el sonido y en el arte, y que no todo debe ser interpretado. Creo que uno interpreta sobre todo cuando está afuera de las cosas, y las cosas en realidad suceden dentro.
* Que se haya movido mucha plata con los shows no merece ningún comentario: todos los espectáculos masivos la mueven y eso no es el sentido del fenómeno. Quien cree que se trata de una operación económica tiene una mirada un poco estrecha de la realidad. La economía es siempre expresión de otras cosas, no la verdad oculta. El sano afán de lucro existe en todas las operaciones comerciales, está en la venta de golosinas, en la de armas y en la de libros de Saramago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario