sábado, enero 29, 2011

¿Qué pasa cuando nos morimos? (artículo mio publicado en Yahoo!)


Empieza así:

La respuesta depende del marco de comprensión del mundo que tenga cada uno. Si uno es religioso, cree (o trata de creer y de autoconvencerse) que al morir la vida personal no termina, sino que cambia. Nuestro estado muta y sobrevive lo más importante, lo que las personas creyentes gustan llamar alma o espíritu. Si uno es ateo, como es mi caso (soy tan ateo que el problema de la existencia de dios nunca tuvo sentido para mí), sabe que tras la muerte no hay nada. El creyente dice que es su alma, no su cuerpo. El ateo dice que se llama alma a algunas cualidades del cuerpo.

Llegado a este punto, el diálogo clásico entre un creyente y un ateo suele ser así:
Creyente: ¿entonces no hay nada más, es sólo esto la vida? ¿Todo esto que vivimos desaparece y no queda nada, todo esto es para nada?

A lo que el ateo debe responder:

Ateo: ¿Te parece poco? ¿Querías más? ¿No te basta lo que hay, sentís que merecés alguna otra cosa, que sos tan importante y fundamental que es una lástima que se pierda alguien así?

Sigue aquí

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que nuestro cuerpo se recicla en otros cuerpos, y nuestra energía vuelve a formar parte de la energía cósmica universal.

Yo muero, como ente y alma individual, pero todo vuelve a repetirse.

Hay muerte pero no la hay.

Una parte de un poema de Tagore dice:

"Y siento que mi cuerpo se glorifica al contacto de este universo de vida; y me lleno de orgullo, porque el latido de la vida de todos los siglos, danza en este instante en mi sangre".

Así siento.

Julián dijo...

No entiendo por qué asociás siempre el que una persona crea en la trascendencia de su alma (o espíritu, o energía o como se le quiera llamar) con que sea religiosa o tenga un dios. También me sorprende el dogmatismo con el que solés tratar este tema, diciendo que sabés que tras la muerte no hay nada. O sea, ¿cómo podés saberlo? A la gente que hace algunos siglos hablaba de microorganismos la trataban de loca, porque claro, no eran visibles, ergo, no existían, eran un invento de enfermos mentales. A mi el tema de la muerte me excede. No podría afirmar si existe una trascendencia espiritual o no. Tengo la sensación de que a las personas que como vos hablan de una forma tan categórica de este tema se les escapa algo. Si vos solo ves materia, ok, creo que te estás quedando un poco con el envoltorio. Para mí el fenémeno de la vida es lo suficientemente misterioso como para dejar abierto el interrogante. Estudiando un cuerpo humano, qué querés que te diga, veo más una arquitectura, una ingeniería, que un azar. Ahora, ¿de donde vendría esa inteligencia creadora, si es que existe algo así? No tengo idea. Pero que yo no lo entienda no significa que no pueda existir. Y te repito: yo no tengo dios ni pertenezco a ninguna religión. Simplemente creo que estamos rodeados de un misterio que tal vez nunca develemos del todo.
Saludos.

Ramiro dijo...

yo estoy de acuerdo con todo lo que decis, excepto con la certeza que tenes de que todo se termina en la muerte. Eso no se sabe. Hay que respetar la posibilidad de que todo no se termine en el fin del cuerpo. El cuerpo y la vida fisica se termina, pero mas alla no sabemos.

Tatuagem dijo...

Que alivio, por lo menos no voy al infierno.
Es mejor aprovechar la vida mientras estamos vivos porque no sabemos que nos espera...
Interesante articulo.
Saludos!

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Sólo hay un Dios: el que es eterno, el que desde que existe no se destruye ni se se crea, el que habita en todo lugar, el que fue y será energía-materia asociada (para que cada cuerpo sea y esté): EL ÁTOMO.

El que sabe, sabe; y el que no, tiene un blog dijo...

Sólo existe un DIOS; el que es eterno, el que desde que existe no se destruye ni se crea, el que habita en todo lugar, el que ocupa todo el espacio, el que fue, es y será para forjar la materia-energía asociada (que todo nuevo cuerpo necesita para poder ser y estar): EL ÁTOMO.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Alejandro,
Que haya algo o nada depende de lo que cada uno crea. Mucha gente tiene necesidad de creer (de ahí el negocio de las religiones). Me parece que mucho de este debate gira alrededor de la palabra "trascender". Si estamos en esto llamado vida, quiero suponer que no debería ser al p..., hacer algo que nos trascienda y le sirva a los demás, a los que vienen. Parecería que puede haber una contradicción entre "trascender" y "finitud". Para qué hacer algo trascendente si eventualmente todo se termina y nada va a quedar ni perdurar? Sí, es una pregunta válida para algunos. Pero no contradice lo anterior si digo: es preferible utilizar nuestro tiempo y esfuerzo en esta vida haciendo algo que pueda ser útil para los que vienen aunque creamos que todo se termina eventualmente. Lo importante es que tengamos la libertad de elegir.
Atentamente,
Roger

astroboyesgay dijo...

El diálogo entre el ateo y el creyente roza lo hilarante por lo preciso pero se repite en todos los estratos sociales, niveles educativos, etc.
Yo soy de las que sienten que su alma debe trascender, quizás eso restrinja un poco mi derrotero por los placeres porque a la vida futura hay que merecerla.
No lo sé. Nunca lo sabremos.

Jime dijo...

La muerte es un buen ejemplo de paradigma a lo desconocido.

Por eso pienso que creer que exista o no algo después de la muerte, es una simple elección personal, ni más ni menos.

Quien quiera y necesite creer en su trascendencia, que lo haga, quien sienta que no hay nada más allá, y que su propia existencia depende de sí mismo y no de la influencia de seres "superiores", tiene derecho también a hacerlo, no?

Unknown dijo...

Julian, opino que la diferencia entre tu punto de vista y el de Rozitchner, radica en que vos ves a la vida como un misterio y él , como un campo lleno de posibilidades para la realización del ser.
Puede que la existencia sea un gran misterio, pero al ser un misterio; donde queda uno ante él mismo?....
Cual es su valor?... No se corre el riesgo de quedar atrapado dentro de un velo ilusorio?...
La muerte como el fin de la superficie biológica que sustenta nuestro ser, es un destino inevitable. Pero que importancia tiene?...
Ojala tenga la suerte de estar consciente cuando llegue mi hora, para así poder dar las gracias, por el dulce regalo de haber sido un ser viviente.
Ahora a tomarse una birra y a pasarla bien.

Lidia Blanca Castro Hernando dijo...

Soy atea y nihilista. Nunca me problematizó el concepto de dios, y espero que no haya otra vida: ésta ya es demasiado; creo que la vida no tiene sentido intrínseco. Si cada uno quiere ponerle uno, es para tener un objetivo y sentirse valioso. Vivo el aquí y ahora, el día a día lo mejor que puedo y haciendo lo que más me gusta sin molestar a otros. Los creyentes se tranquilizan fácilmente y si actúan mal se atemorizan; de todas maneras siempre hay alguien que los perdona.

Federico dijo...

Quisiera ir un poco más allá...(!) Ya que formamos parte de un todo, cualquier punto de vista será parcial. Ni ateos, ni creyentes, además Ateos y Creyentes. Lo duro es saber que no sabemos que pasa o que no pasa, cuando morimos.Nadie entrega ni existe pasaporte alguno a la desintegracion total o a la union con lo divino. Lo demás somos nosotros, tratando de balbucear algo frente al abismo.Abrazos para todos.

PORKETEKIERO dijo...

QUE LINDO TEMA!!! de la muerte nadie volvio por eso es un misterio mas....!. Siento que soy materia-incluso algo del color gris-y ESPERO que mis sentimientos vengan de una energia que como no es tangible solo PRESENTIMOS. Cuando todo lo que materialmente soy desaparezca, espero haber vivido en ese plano,PLENAMENTE. Mi energia interior en ese momento, es la gran aventura que me espera.

Ramiro dijo...

el tema es que la postura de Alejandro es muy practica, yo tambien la tomo, aunque soy un ateo vago, o sea un agnostico. No necesito tomar ninguna decision de si existe Dios o no, realmente no voy a enfrentarme con eso hasta que realmente tenga a la muerte enfrente, ahi tendre que empezar a leer la biblia o algun tipo de religion express para cubrir todas las bases, como dice la frase beisbolera. saludos!
Ramiro

ananeve dijo...

Entiendo que el alma Alejandro la pone en lo que hace acá y no en el más allá. Saludos
AnaNeve...

Julián dijo...

Dexter: yo lo único que dije es que mi impresión es que estamos rodeados de un misterio que no logramos resolver del todo. No logro entender por qué deducís de esa afirmación que yo no veo a la vida como un campo lleno de posibilidades para la realización del yo, porque la verdad es que no dije eso en ningún momento. Yo de la vida en sí no hago ningún misterio. La vida es algo muy concreto, están mis deseos, mis objetivos, el resto de las personas, la tierra, los animales, las cosas. De hecho amo la filosofía como herramienta para operar de manera positiva y productiva sobre el mundo que nos rodea, tratando de conectarnos con la persona que somos y sobre todo con la que queremos ser. Básicamente el mundo para mí es un lugar para hacer cosas y operar sobre la realidad. Bien, ese es un plano. El otro plano, el de la existencia universal, lo que nos rodea llamado universo, qué pasa con nosotros tras la muerte (si es que pasa algo) creo que es algo que nos excede, y la multiplicidad de respuestas que el ser humano ha dado al respecto me parece prueba suficiente. Es ahí donde digo que ser categórico tiene algo de presuntuoso, porque la verdad es que nuestra percepción de las cosas es, finalmente, incompleta.
Saludos.

Anónimo dijo...

Qué pasa cuando morimos?
recomiendo esta pagina web:
http://www.victorzammit.com/book/spanish/chapter27.htm
les va aclarar la idea a aquellos q quieran ver la realidad, pero aquellos q se encasillen en sus conceptos,nunca lo veran

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