El gusto cambia
El gusto cambia, debe cambiar. Hay que abrirle las puertas a esa mutación de los placeres, para que estos puedan tener lugar. Vale más el desarrollo del gusto, su metamorfosis arbitraria, libre, que la permanencia a una fidelidad a los amores del principio. Para que el amor viva, los amores parciales deben morir. Deben, algunos, dejarle paso a otros.
Es importante que prestemos atención a estos cambios, no para enjuiciarlos, ni para aprender a gustar de “lo bueno”, sino para vivir con la mayor libertad posible las vicisitudes de nuestra percepción estética y emotiva (son lo mismo, observado desde distintos lugares). Sólo así vamos a permitirnos la libertad necesaria para que el proceso se viva de manera que pueda cumplir su función, que no es otra que la de vehiculizar la necesaria mutación individual.
1 comentario:
Merveilleuse! Date el gusto de cambiar sería... Abrazo Ale querido!
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