Religiones
Se me ocurrió una solución creativa para el problema de la intolerancia religiosa en el planeta: que cada persona tenga dos religiones.
Sería una manera de darle a la experiencia de la religión un sesgo de amplitud y tolerancia que ahora parece no tener con facilidad.
También, claro, existe la otra posición: el simple ateísmo, mi opción. Esta variante exime de todo deber, pero desde el otro punto de vista, en cambio, podríamos establecer que si una persona quiere ser de una religión tiene también que serlo de otra. Buscarse alguna que le guste y curtir las dos. Si no, nada.
Lindo el Malevitch cubista, ¿no?
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