martes, noviembre 08, 2011

La afirmación de la vida


La idea la conocí con Nietzsche. Afirmar la vida es decirle sí al fenómeno real de la naturaleza y de la existencia, abandonar el reparo y la costumbre absurda de objetarle cosas. “No estoy de acuerdo con la naturaleza” parece decir el humano que se siente molesto con las crudas realidades del poder y la muerte. “Pues nadie te preguntó nada”, respondería la vida si pudiera, fruto de una evolución que ha tomado miles de millones de años y que no puede ser alterada por una racionalidad que cree poder imponer sus criterios.

Para Nietzsche el origen del valor es la posición de cada uno frente a la vida. Y depende del grado de fuerza. Las morales valiosas son las que afirman la vida, las que la niegan no están a la altura de la existencia. Niegan la vida las morales que desprecian el cuerpo, que miran a la complejidad de la experiencia humana como si fuera algo defectuoso o enfermo.

Quien tiene fuerza puede decir sí a la vida, puede aceptar incluso sus partes duras, no porque deje de padecerlas sino porque las entiende como parte del todo, de ese todo que afirma y quiere. Esa fuerza necesaria para afirmar la vida no resulta de la ubicación en una clase social, es la impronta de cada cuerpo, su calidad o diferencia. Quien es débil no puede aceptar la vida, la niega, querría corregirla. De allí surge la absurda idea del “hombre nuevo”. ¿Nuevo? ¿Qué plan o voluntad alteraría algo desarrollado por la naturaleza a lo largo de tantas eternidades? Es una pretensión absurda, señala Nietzsche, la de creer que el orden natural puede cambiar por actos de “libre albedrío”, como se decía antes.

Decirle si a la vida, afirmarla, es querer la vida y entregarse a ella plenamente aunque vayamos a morir, aunque las cosas dolorosas ocupen un lugar mayor del que querríamos.

También decirle sí a la vida es desplegar la sensualidad, seguirle la pista, desarrollarla, como lo hace Matisse en su pintura o el jazz en su desborde.

6 comentarios:

escuchando palabras dijo...

Hola creo q en esa fecha voy andar x Bs As, me pondre en contacto contigo para ir a la charla, besos

JOSEPHIN dijo...

Osea que al paraiso tambien se llega cojenado!!
Saludos desde Atenas
Josephin

nestor.trepode.blogspotcom dijo...

Creo que hayodeas de Nietzche que ya caduraron pero bueno vos sos nietzchemaniaco....

Betty dijo...

Hermoso.

José dijo...

Hola Alejandro.
Paso más o menos seguido a leer tus reflexiones, que son interesantes y ayudan a pensar. Por eso cuando vi este video pensé que tenías que verlo, es muy inspirador.
"El cuento del tigre y las ovejas, narrado por Fredy Kofman"

http://youtu.be/5EhzcM8Wy60

Silvia Parque dijo...

Los débiles deberíamos tener un comedor propio, todo de vidrio como un invernadero, en el que la vida se alcance a ver mientras nos alimentamos, hasta estar fuertes y querer ir a probar.

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