El Blog y el Diario Personal

La intimidad, que creo va siendo cada vez más un valor social reconocido y un rasgo de la comunicación y el estilo de la época, aparece de manera destacada precisamente en la experiencia de los blogs. Y tiene un antecedente importantísimo en la escritura de los diarios personales.

El blog es el diario personal publicado a los ojos del mundo. Los apocalípticos deben entenderlo como el fin de la intimidad, como la inundación de lo público en la esfera privada y taradeces de ese tipo, pero creo que se trata exactamente de lo contrario. La inmediatez de nuestros recursos actuales promueve la comunicación. Sin duda sería interesante pensar de qué manera estas determinaciones influirán en la constitución de las personalidades por venir, pero puestos a elegir entre el susto (la crítica) y la celebración (el uso de la oportunidad) creo que no debemos pensarlo dos veces. Lo que diferencia a la actitud saludable de la enfermiza es que esta elección se hace siempre a favor de la segunda opción. Se busca aprovechar la vida por vivir.

El blog es la oportunidad de exponer intimidad –en el grado y estilo que cada uno quiera y sea capaz- frente a la mirada de los demás, que a su vez responderán con sus propias capacidades de comunicación y contacto.

Quiero contar las etapas previas de mi experiencia con este tipo de intimidades llevadas al texto:

Desde que mi papá me lo propuso, a los 16 años, llevé un diario personal. Cuando llegó el momento de hacer mi tesis de licenciatura en la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela (fue un trabajo sobre la obra de Georges Bataille, llamado “La experiencia interior y el pensamiento”) incluí en el trabajo un “Diario de tesis”, en el que contaba el proceso de hacerla, con todas las lógicas y saludables dudas de un pre graduado respecto del sentido de la actividad filosófica –y del sentido de la vida también, ya que estábamos-. A los 28, angustiado porque quería ser escritor y no podía, llevé un diario intensivo, de un par de horas por día, y completé 48 cuadernos en un año. De allí salieron ideas y fragmentos para mi libro “Conciencia Rockera” y se desplegó también una capacidad de pensar y decir que antes no tenía. En el 2000 hice con Clarín.com una especie de experiencia pre blog llamada Experiencia R, en donde ponía mi diario personal de lunes a viernes. Después escribí y publiqué mi novela llamada “Bienvenidos a mí”, que tiene también la forma de un diario personal. Esa novela no tiene una historia definida, es la aventura de un tipo que escribe todo el tiempo sobre todo lo que ve. Es un trabajo sencillo y bastante humorístico, al que considero mi libro preferido, y que se lee como quien toma un vaso de agua.

Para quienes quieran abundar en el tema del diario personal, les ofrezco dos entradas del blog que llevo en Educ.ar con el objetivo de pensar nuevas maneras de dar clase de filosofía en los colegios secundarios. Uno se llama “Diario Personal” y otro “Instrucciones para llevar un diario personal”. Llevar un diario es una experiencia formativa y valiosísima para todo el mundo, pero me parece que es imprescindible para todo estudiante universitario.