1. Porque lo conozco y me resulta la persona más humana, saludable y normal que encontré entre los líderes políticos. Mauricio es sencillo, accesible, capaz, inteligente, práctico y bien intencionado. También yo partí, hace años, de una visión prejuiciosa, pero migré del compartido prejuicio a la confianza, y lo que conozco de él me sorprende. No es infalible, nadie puede serlo, pero entre quienes padecen la extraña patología de querer cambiar la sociedad es el que prefiero por lejos.
2. Porque creo que hay que animarse a desafiar el establishment político, ese que ha transformado a los antiguos luchadores populares en militantes de un fascismo ineficaz y corrupto. Porque veo que hoy en día el verdadero progresismo tiene que ver con equipos como el del PRO, que hace cosas que sirven a los vecinos, que atiende las necesidades de quienes más lo necesitan. Porque creo que no tenemos que dejarnos ganar por el temor y decir con libertad: voto a Mauricio, me parece el mejor, creo que el PRO es una fuerza política valiosa y necesaria. Porque creo que padecemos un equívoco profundo: el de creer que los “buenos” populistas, por serlo, pueden hacer todo tipo de desastres y están justificados por su ideología. Porque creo que hay que penetrar tras esa imagen de “bondad” y ver su incapacidad, su inmoralidad, su autoritarismo.
3. Porque veo que el primer período del gobierno del PRO en la ciudad tiene en la columna de los logros una lista increíblemente más larga que en la de los fracasos. Porque basta conocer los datos para ver que se ha hecho más en estos cuatro años que en las décadas anteriores: en trabajo social, en infraestructura, en becas, en cultura, en tránsito, en salud, en educación, etc. Los adversarios no toleran que el PRO haya hecho más que ellos mismos por la educación pública con la que se llenan la boca. Pero hay que aprender: a la educación pública se la defiende con hechos, no con palabras y con símbolos. No sirve declamar, hay que hacer.
4. Porque sé, porque me voy informando cada vez, que las denuncias y causas que se le hacen a Mauricio son falsas, típicos inventos de la vieja política en su juego de conservar el poder por el poder mismo. Porque me harta y me indigna ese uso del poder judicial para manipular a la opinión pública, porque me parece espantoso que quienes esconden casos graves de corrupción se rasguen las vestiduras inventando falsedades de los adversarios a los que temen y ven crecer.
5. Porque creo en una política de desarrollo y no en una de lucha. Mientras que la política basada en el desarrollo busca generar riqueza y pretende usarla para mejorar la vida de todos, la política de la lucha se centra en un enfrentamiento neurótico recreado hasta el cansancio, da a los símbolos una importancia superior a la de la realidad, desconfía de la producción y reproduce la pobreza. La política del desarrollo cree en el trabajo y la creatividad, pero la política de lucha cree en la resistencia y ve a la pobreza como una virtud, y por eso la respeta y manipula en vez de ayudar a quienes la padecen a mejorar su situación de manera eficaz.
6. Porque conozco el equipo que Mauricio representa y veo en él muchas personas capaces y bienintencionadas haciendo día a día una ciudad mejor. Porque conozco mucha gente sana en ese entorno, muchos jóvenes que no cultivan la acción política por respeto a una tradición, que sólo llegan a la política para hacer cosas, que creen que la política es servicio y no aprovechamiento de privilegios. No creo en el amor por la política, creo en el amor por el mundo y en una política que ayude a construir realidades más ricas.
7. Porque veo surgir una fuerza política nueva que espero ayude a curarnos de tanto odio ignorante, de tanto nacionalismo impostado, de tanta victimización automática y de tanto amor por el pasado. Se equivocan cuando dicen que Mauricio se victimiza: lo que hace es señalar con objetividad la mezquindad del gobierno nacional. Seria correcto hablar de victimización si sólo hubiera hecho denuncias sin proceder en los hechos, como una justificación para la inoperancia, pero este gobierno termina siendo, en el caso emblemático, el que más kilómetros de subte hizo, pese a los obstáculos. Más que los “progresistas” gobiernos anteriores. También fue este gobierno el que reparó las escuelas que las gestiones “progresistas” habían dejado en ruinas. Y la lista es larga.
8. Porque quiero que el trabajo continue y confío en que tras los ocho años de gestión se vuelva demasiado evidente el cambio en la tendencia y en la actitud. Porque creo que estos períodos sumados en la Ciudad están logrando un paso evolutivo en la política argentina. Porque Buenos Aires es una ciudad hermosa que tiene que superar su soberbia para aprender a trabajar para lograr sus aspiraciones.
9. Porque en última instancia la política se hace dentro de la realidad para lograr efectos concretos, y se trata en ella de elegir lo mejor de lo posible. El idealismo pronunciado cree bueno no dejarse contentar por nada, pero al actuar asi abandona el campo de trabajo y permite que los más desaprensivos conquisten las posiciones vacantes.
10. Porque no necesito endiosar a un líder para considerarlo útil, porque creo que son los ciudadanos los que usamos a los líderes y no al revés, porque quiero que podamos como personas dejar atrás muchas incapacidades, porque quiero que la Argentina pueda lo que otros países pudieron, porque veo que en este período de bonanza global somos los que menos hemos crecido en la región y entiendo que la causa está en el uso populista y clientelista de los fondos públicos, porque creo que la ley y las instituciones son una herramienta del desarrollo.
Voy a votar a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal y te invito a que lo hagas también.
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