martes, octubre 23, 2007

Nietzsche y el arte

Preparando el curso de Nietzsche que empiezo a dar el martes que viene (Lectura apasionada de Nietzsche), releo algunas cosas que siempre me resultan estimulantes. A los libros los tengo gastados, pero me gusta sentir que el tiempo dejó en ellos la huella de tanto uso.

Quiero reproducir aquí un parágrafo esencial, en el que da una versión del trabajo del artista que me parece digna de ser tenida en cuenta (no sólo cuando estamos pensando en el arte sino cuando tratamos de captar el caracter artístico de la aparición del sentido en la vida).

Aquí va:
¿Qué es lo sensacional de estos párrafos? La ubicación de la embriaguez en el lugar que le corresponde. En general, la perspectiva moral no reconoce en la embriaguez una experiencia valiosa, reemplazándola por una actitud más calma y racional. En este planteo, en cambio, se reconoce la vivencia íntima de un desequilibrio positivo y creador, la aparición de un deseo ambicioso y con pretensiones, que no está preocupado de manera obsesiva con la moral y con la producción del bien. Resulta claro que el artista no es el ser más moral del mundo, o bien que su moral (sus valores) son más los del entusiasmo y la generación que los de la difusión de la justicia y la bondad. En los artistas, las buenas intenciones son siempre una máscara. Y cuando no lo son las obras no alcanzan la intensidad requerida.

14 comentarios:

AOF dijo...

Algo así como la imposibilidad de "arte políticamente y éticamente correcto"; nadie lo dijo mejor que Nietzsche; estas son las desventajas de vivir en el interior de una "república" unitaria, no tenemos acceso a las ofertas culturales disponibles en la Capital, nos tenemos que conformar con "cultura amateur" basada en regionalismos pintorescos y a veces patéticos (la influencia de las montañas en los poetas mendocinos por ejemplo) que rara vez interesan a la gente que no curra con esos embelecos. Se podrá hacer algo? una lista de correo sobre Nietzche, o un Foro sobre Taller de Escritura.
Todas esas cosas que proponés son inaccesibles para nosotros y me interesa casi todo.

Marcela dijo...

Si creyera en la causalidad diría que esos párrafos me vinieron justo en el momento adecuado.
Háganme acordar que los pegue a primera vista, así los leo a la mañana mientras despierto con el café, así sigo en “estado de éxtasis creativo” toda lo posible. Je!
Ahhh…que placer.
(Lo mío es muy poco serio ¿no? La culpa la tiene Fridrich que reanima y despierta pasiones)

;-)

ahí va un link para leer algo de F.Nietzsche:

http://www.nietzscheana.com.ar

Saludos,
Marcela

capitanfla dijo...

Gracias, alguna vez lo vi en la facu.
Lo tenía un poco olvidado.

Además de mi blog feo y tonto de política, tengo uno sólo de fotos, me interesa tu opinión.

http://capitanflafotos.blogspot.com/

Saludos.

Diego dijo...

Creo que la forma en que Nietzsche escribió esto es embriagadora en sí. Tiene una dinámica y fuerza contagiosa. Le saca chispas a la expresión.

Además es interesante que ponga a la embriaguez como fenómeno fisiológico, como condición de la máquina artística. Le da carne al arte y lo pone en una esfera más humana, menos "espiritual" y por ende menos "moral". Casi que pone al arte como una excreción inevitable para mantener la vitalidad.

Un abrazo.

Alejo dijo...

maguila, yo siento lo mismo que vos

Marcelo C. dijo...

Una pequeña porción de este parrafo me hace acordar al articulo "sobria ebriedad" de escohotado. Este chabón se cierra en el tema de las drogas, pero me gusta el titulo ... puede ser aplicable a los otros estados de embriaguez que menciona nietz

Anónimo dijo...

tengo 26 años y estoy en camino a disfrutar de esa embriaguez, que Nietzsche cita. Soy artista plástico, y me gusta mucho pensar que voy a hacer (crear), estoy embriagado. Y cuando produzco, el tiempo no existe, y lo que me pasa en ese momento no tiene precio, lo disfruto mucho. Esta eterna embriaguez se intensifica con el pasar de las producciones. Un dato: NO IGNOREMOS U OLVIDEMOS QUE SOMOS UNA COMUNIDAD CON GENTE "TALENTOSAMENTE EMBRIAGADA", disfrutemos el uno del otro.

María del Carmen dijo...

¡Oia! ¡Qué casualidad! Un día descubrí que me embriagaba la música... y dejé de escucharla.

Anónimo dijo...

Me gusta el comentario, pero no haría tanto hincapié en el término exacto "embriaguez" (me gustaría saber cómo se escribió en el original y cuál es el significado exacto de dicho término; si hubiera escrito "fascinación" el resultado habría sido el mismo, salvo por la connotación etílica que embriaguez tiene en su sentido primario;
me hace acordar al "elogio de la locura" de erasmo, claro que cuando lo lees, no se trata de la locura de manicomio, se trata de la locura creativa, por lo que al final el título es marketinero, antes de que se hubiera inventado el marketing;
con la embriaguez pasa lo mismo, porque si se interpreta literalmente, entonce se trata de que la única forma de producir arte sería alcoholizado, entonces decís, no, es la embriaguez de la fascinación, entonces digo, ¿ no estará mal traducido ?

El Paradojista dijo...

Con respecto a lo que escribió Alejandro sobre lo poco moral del arte (que bueno que sea así) me hace acordar a un pasaje del Demian de Hermann Hesse (quizás el más nietzscheano de sus libros) en el momento en que el protagonista dialoga con un músico sobre lo poco moral que es la música. El músico termina diciéndole que así como le gusta la música por no ser moral, así debería vivir, sin dejarse encadenar por la moral en otros aspectos de su vida. Esto es, ser creativo, intenso, libre, apasionado también en otros ámbitos, no solo en el espacio que la música le otorga.
Lo bueno de encontrar estos espacios (en la música, la escritura, en el arte en general o en otros ámbitos) es traspasar luego esa energía, esa cualidad de embriaguez al resto de nuestras actividades.
Con respecto al post de Marcelo: gracias por el oxymoron de Escohotado, eso de la “sobria ebriedad” me pareció tan genial que la busqué en el Google y me encontré con un artículo muy interesante de él con el mismo espíritu del post de Alejandro:
“Como resumiría mucho más tarde Montaigne, "los paganos aconsejaban la ebriedad para relajar el alma". De ahí que el ideal grecorromano no fuese la sobriedad, sino la sobria ebrietas, la ebriedad sobria que faculta para gozar el entusiasmo sin incurrir en necedades. El sobrio no debe ser confundido con el abstemio, porque el primero es racional con o sin drogas, mientras el segundo sólo lo es sin ellas; uno puede penetrar en los pliegues de la desnudez, y el otro ha de rehuirlo para no avergonzarse ante los demás y ante su propia conciencia”.
Quien a su vez me hace acordar a un concepto del anti-psiquiatra Thomas Szasz: “El orgasmo es la experiencia controlada de la pérdida del control”.

Ruben Bassi dijo...

Por mas ayudin que tengas sin talento ni Nietzsche te salva.

Ruben - cantante

Raquel Barbieri dijo...

Estoy de acuerdo en que la producción del bien no es el objetivo del arte.

Solamente quien es artista vive desde las tripas lo que es serlo, y sabe por vivirlo en carne propia, desde la piel hacia adentro y hacia afuera que "ser artista" no es una carrera que se encuentra haciendo un test vocacional, ni se busca en la guía del estudiante, ni es algo que se duda. Tal vez ahí esté lo que vos decís: "En los artistas, las buenas intenciones son siempre una máscara. Y cuando no lo son las obras no alcanzan la intensidad requerida."
Me juego totalmente por que el arte sin intensidad proviene de una postura artística más que del arte en sí.
Artista es el que vive del arte y se hace cargo. Sólo viviendo de esa manera aleatoria, de épocas de vacas gordas y de vacas flacas, es que uno se da cuenta de lo que es o no es. De esta manera es como no puede sino haber intensidad.

No creo que el arte tenga que tener otra intención más que manifestarse y mostrar; no intenciones buenas o malas. Si nuestro arte sirve para hacer más felices a otros, mejor (ninguna persona sana mentalmente desea herir con su arte). De todos modos, el arte siempre nos hará más felices a nosotros mismos por el hecho de que no estamos tapando una parte fundamental de nuestra naturaleza. Igualmente, creo que se puede ser muy intenso sin ser artista y siendo artista, mostrar toda la intensidad y calor en la obra y como "persona", no dar nada.

Tampoco hay que ser un "malo" o una "mala" para ser un gran artista. Hay gente que es muy chota y su arte no vale nada, además de su chotez, y hay artistas excelentes e intensos y que no tienen el alma podrida. Eso depende de la persona de donde proviene el arte, porque el artista es antes que nada, una persona y una cosa no puede desligarse de la otra. Uno canta como es, escribe como es, actúa, baila, toca un instrumento, alimenta a su familia como es, decora su casa como es. Transitoriamente, durante la creación y la ejecución de la obra, uno se traslada hacia una zona que está entre el alma y el instinto más animal, pero después vuelve porque ese regreso es necesario para convivir con los otros.
La embriaguez artística no necesita de narcóticos para surgir, a menos que la persona esté un poco reprimida y necesite un estímulo extra para atreverse a sacar lo que lleva adentro.

La intensidad no está en el grado de "maldad" o de "bondad" de un artista sino en la calidad de lo que produce. Mirá Wagner, si no.

Hay métodos más o menos puros para conseguir las cosas, y ahí se marca la diferencia entre las personas, se dediquen a lo que se dediquen.

Saludos :)

Raquel

César Altamiranda dijo...

me resulta poco certera esta aceveracion:

"en los artistas, las buenas intenciones son siempre una máscara"

coincido en que la bondad y la justicia no son motor directo de una obra, si en el jugar continuo con la irritabilidad de esos conceptos y esos valores existe el arte, el arte necesita lo ESTABLECIDO para romperlo, ridiculizarlo o bien mostrar su apreciacíon particular por sobre la interpretación comun. pero tambien muchas veces sirvió (o se sirvio de) a la verdad y la justicia, llevandolos a un extremado goce, sino que alguien me explique

"La libertad guiando al pueblo" Delacroix. 1830'

Anónimo dijo...

El autor del artículo dice: "Resulta CLARO que el artista no es el ser más moral del mundo".

Creo que no resulta CLARO pues hay artistas muy morales, otros poco morales y otros amorales o incluso inmorales. Depende de cada persona.

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