lunes, octubre 08, 2007

Diccionario: Gimnasio

Gimnasio: esforzatorio para cuerpos humanos que buscan salud y desarrollo pero que suele también servir para no encontrar finalmente ninguna de las dos cosas; ámbito habitado por máquinas de metal que desafían a los músculos a repetir movimientos de fuerza con el objetivo de afirmar la carne que de otra forma tendería a volverse flácida y morbosa, y también a tensionar tejidos y actitudes que buscan una actitud de reciedumbre y firmeza que no poseen naturalmente (a la que creen conveniente pero de cuya utilidad en realidad poco se sabe); recinto de constante retrocontrol de la calidad y de la forma corporal, inundado de música generalmente espantosa e insoportable puesta a un volumen arrollador, como si los decibeles fueran los generadores de movimiento, a cuya saturación simbólica contribuye también la presencia de varios monitores de televisión encendidos simultáneamente, de manera de imponer un ruido mental que somete a la conciencia para que el cuerpo pueda cumplir su maquinación y volverse máquina de mecanismos ciegos y repetidos; emulatorio de bellezas ajenas o imaginarias, en el que las personas transpiran su fe y su voluntad, de manera de lograr la constancia que genera resultados; espacio ofrecido a los socios para el cultivo de la forma; correccional de abdómenes desquiciados, desinflador de caderas femeninas, elevador de colas y de pechos; conservatorio para el cultivo del instrumento “cuerpo”, potenciador de extremidades que buscan inflarse y soportar mejor la vida, generando una tensión que busca contrarrestar la tensión del stres de la vida moderna, tan sometida a exigencias paralizantes; método para la experimentación de un físico salvajismo planificado y accesible a las vidas más civilizadas, incapaces de dar lugar a sudoraciones espontáneas.

2 comentarios:

Julián Rodriguez Orihuela dijo...

Pensé que ibas a poner algo como "Lugar de autosometimiento a tortura"... pero estuvo mejor.

Anónimo dijo...

Como siempre, la mejor solución es la mas cara. Por suerte puedo pagarlo y entonces dos veces por semana tengo un personal trainer, en quien he delegado toda la disciplina y conocimiento que no tengo. Solo sé que tengo que entregarme a su arte un par de horas por semana y ella hace lo que tiene que hacer. El personal trainer es una solución que se adapta a las necesidades propias. Me da resultado porque no soy yo el que tiene que adaptarse, sino ella la que está atenta a mis capacidades y limitaciones. Además, cuando pagás por clase, te da pena cancelar. Para mi fué una solución espectacular, porque me permite entrenar al aire libre y mantenerme lejos de los gimnasios. 50 pesos por clase. Tal vez sirva, saludos.

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