Músicas suavecitas

Me producen un rechazo gigantesco las músicas suavecitas. Las intencionalmente suavecitas, onda Jack Johnson (no el disco de Miles de ese nombre, que no es nada suavecito sino muy vigoroso, expresivo, libre y genial, y parece un disco solista de John McLaughlin). No me molesta la suavidad de ciertos clásicos, o la del tema Blackbird de Los Beatles, por poner un ejemplo. No necesito que todo sea marcha y despelote, me refiero a un suavismo impostado que tienen algunos músicos en especial.

Siento que los suavecitos se hacen un poco los bobalicones, que cultivan intencionalmente una postura de tranquilidad e inocencia, que se enmascaran en una negación de sus impulsos potenciales. Resulta muy poco creíble. Cualquiera que tenga sangre en las venas tiene sentimientos más plenos y complejos.

Hay un rioplatense que no me acuerdo por suerte cómo se llama que también cultiva el suavecismo y me saca de quicio, como Jack Johnson. Siempre pienso que la gente que necesita escuchar esa música no se lleva bien consigo mismo y con sus pasiones. Deben sentir que todo el universo emocional de la realidad es "estresante" y necesitan poner paños frios. O tal vez se trata simplemente de depresión. O tal vez es un problema mio. No importa, queda dicho, que se trata de decir.

Ilustro esta opinión con un fragmento del Jack Johnson de Miles Davis, que me dijo una vez Gillespie que también era el disco favorito de Petinato.