miércoles, agosto 22, 2007

Pecados del arte contemporáneo

Muy interesante fragmento sobre el ridículo y apasionante arte contemporáneo, en el que "hay de todo", pero en donde se reconoce la impostura y la pretensión por todas partes. Lo dice un escrutador constante de ART FORUM, un seducido por sus expresiones, y no un crítico puro y severo.

Aquí el fragmento en cuestión:

Esto es la primera vez que pasa en la Historia. Nunca antes una sociedad había creado un arte en el que no se reconoce la inmensa mayoría de esa misma sociedad. Nunca antes una sociedad había creado un arte donde lo monstruoso, por su propia condición de monstruoso, pudiera ser reconocido como arte. Esto no ha aparecido por generación espontánea; es el final de un camino. A lo largo de ese camino se crearon muchas y muy grandes cosa, y también se abrieron muchas posibilidades, pero el hecho es que estamos donde estamos.

Estos son los ocho pecados capitales del arte contemporáneo:

Uno, la búsqueda obsesiva de la novedad: es un fenómeno específicamente moderno que empieza a ser letal cuando la novedad se convierte en único objeto de la búsqueda expresiva del creador.

Dos, la desaparición de significados inteligibles: un rasgo que no tiene que ver tanto con la representación realista del mundo como con la desaparición de códigos compartidos por el creador y el espectador.

Tres, la transversalidad de los soportes: cuando cualquier cosa sirve para hacer arte –latas de conserva, macarrones, paquetes de cigarrillos-, es fácil terminar llamando “arte” a cualquier cosa.

Cuatro, la tendencia a lo efímero: sólo la sociedad contemporánea ha convertido la circulación acelerada de objetos, su caducidad y aniquilación, en base del propio orden social, y el arte no escapa a la regla.

Cinco, la vocación nihilista de la cultura contemporánea: desde las grandes revoluciones modernas, todo nuestro camino colectivo ofrece el aspecto de una carrera desenfrenada por destruir cualquier referencia sólida, estable.

Seis, la sintonía con un poder concebido como subversión: este tipo de arte se corresponde con un poder que se enmascara tras el discurso del cambio permanente, de la continua mutación como ceremonia del progreso.

Siete, el naufragio de la subjetividad del artista: si el arte es expresión, y por tanto comunicación, hoy encontramos que el artista, sometido a una presión cada vez mayor de su subjetividad, es incapaz de hacerse entender.

Ocho, la obliteración absoluta de la pregunta por la belleza: en todo este camino, nadie parece tener en cuenta la vieja convención que atribuía al arte la misión de aprehender la belleza; incluso se considera como algo retrógrado, también perverso.

Estos ocho rasgos definen, totalmente o en parte, la mayoría de la creación artística contemporánea. Cuando el arte deriva hacia la impostura –cosa que hoy ocurre con frecuencia-, entonces estos ocho rasgos se convierten en otros tantos pecados: los ocho pecados capitales del arte contemporáneo. Ellos son la causa de que hoy el arte se esté convirtiendo en un planeta inhóspito y hostil.

(José Javier Esparza: Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo, Almuzara, Córdoba, 2007. www.editorialalmuzara.com)

Link: El Manifiesto: Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo, de JJ Esparza

¿De quién es la obra de arriba? De una empresa que fabrica máquinas para la construcción.

11 comentarios:

no tan iguales dijo...

No llego a comprender si ud. está de acuerdo con la existencia de los pecados capitales o si se limita a enumerarlos. Por mi parte, lo estoy; en más de una oportunidad he sido tildada de ignorante y cero "cool" por no encontrarle el gusto a alguna moderna instalación.
Muchas obras de hoy (y el consiguiente éxito de los pretendidos artistas) siempre me recuerdan a un capítulo de la revistita de Larguirucho, ésa que salía en los 70 cuando yo era chica: lo confundían con un famoso plástico y lo obligaban a pintar en público, y al tipo sólo se le ocurrió poner un pequeño punto de pintura negra en la tela en blanco. Se llenó de fama, prestigio y dinero, por supuesto.

Alejandro Rozitchner dijo...

En general estoy de acuerdo con algunas de las cosas que describe, pero me parece que hay muchas cosas valiosas en ese campo.

Mastrocuervo dijo...

Hace no mucho leí, creo que en la revista de La Nación, un artículo de Umberto Eco donde decía, palabra más o menos, que el problema con el arte contemporáneo es que alguien lo tiene que explicar para que uno no crea que se trata de una broma.
Y me parece que vos, Alejandro, pulsás esa cuerda al exponer "la obra" que ilustra el post.

agdamus dijo...

Esa máquina que ilustra el post es alucinante (En funcionamiento y con algún "artista contemporáneo" adentro sería una maravillosa instalación).

Opiniones Independientes dijo...

Y si a las obras de arte las dejan de criticar los contemporáneos a las mismas?
Habría que darles un tiempo (un siglo quizás) y recién ahí hagamos la crítica.
Ustedes me dirán "los artistas entonces se mueren de hambre" y bueno, yo no puedo solucionar todos los problemas.

Anónimo dijo...

Yo creo que el valor de las instalaciones, no está tanto en su diseño, si es bella o no, sino en el mensaje que quiere transmitir.

No sé si a las instalaciones las podría considerar un gran obra de arte, son más bien experimentaci-
ones que buscan la innovación y que por estar expuestas en un museo se las llama arte.

esteban dijo...

Y...en tipo se atreve a decir lo que muchos pensamos.
Mi viejo pintaba abstracto...odiaba el realismo, pero siempre ponía un sentido trascendente en sus pinturas. Buscaba comunicar algo, a veces lo lograba y a veces no.
Ahora, en cambio, NUNCA NADIE COMUNICA NADA

Diego dijo...

La sola comparación del arte con el pecado, el asomo de una concepción religiosa y predicativa de la vida, ya me ponen de culo. Igualmente comparto en gran parte el análisis descriptivo de este tipo, pero no hacia donde vierte sus conclusiones.

Anónimo dijo...

en la esquina de mi casa siempre hay instalaciones,la carniceria de Ariel,a veces hasta incluyen guiños al buey "desollado",o cuando mi mujer tiende la ropa,re-cinetico!!!

duda:lo que esta y no se usa...nos fulminará?

la maquina de la foto es bellisima .

saludos.anonimous bosch.

Anónimo dijo...

Hablar de mandamientos taxativos que determinan lo que hay y no hay que hacer en el arte, me parece desagradable.
Creo que J.J. Esparza poco artista es. Tiene un pensamiento tan retrógrado y de añoranza al pasado, que con gente como él no existiría ni Andy Warhol ni Marcel Duchamp, ni Antonio Berni, entre otros; quienes utilizaron latas de conserva, macarrones y paquetes de cigarrillos.
Además, el arte y su belleza, y todo lo que conlleva, no es estático, muta, y si no gusta una etapa del mismo, puede ser, pero de ahí a hablar mal del momento que atraviesa el arte, no es sano, porque muy poco va a lograr modificarlo, menos sin ser un artista.
En fín: Hoy, un Esparza critica al arte moderno, como en algún entonces otro Esparza hubo criticado a Picasso. Creo que hoy nadie criticaría el poder artístico de picasso ¿o sí?

Anónimo dijo...

Acabo de leer una critica que tranquilamente podria haber sido para un artista como John Cage en los años 40 50...hoy esta considerado fundamental para la historia de la musica..y utilizando latas, radios, sirenas..anarquia espiritual...liberarse de todo prejuicio, sentimiento, sensacion de poder..salirse de esa estructura impuesta a la fuerza, de forma religiosa..utilizar otros parametros..eso es una obra de arte...que la obra hable por si sola...abandonada la estructura, la obra se compone a sí misma y el papel del compositor será cultivar un jardíin con la mente en blanco...es una vision obviamente..nada mas...

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