Familia: arena de la pasión humana

Algunas citas del libro llamado "Terapia no convencional", de Jay Haley, texto que usaré en el curso "Parejas, matrimonios, hijos y familias", que empiezo a dar mañana. Informes: aquí.

Aunque la arena de la pasión humana es la vida familiar ordinaria, sólo recientemente se ha puesto bajo observación a este contexto y se lo ha tomado seriamente. Se va haciendo más evidente que las familias recorren un proceso de desarrollo, y que el sufrimiento y los síntomas psiquiátricos aparecen cuando ese proceso se perturba.
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El psiquiatría y en psicología parecía más profundo centrarse en problemas tales como la identidad, las formaciones delirantes, la dinámica inconciente o las leyes de la percepción, y no en los dilemas que surgen cuando hombres y mujeres se unen y crian niños.
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Los síntomas aparecen cuando el ciclo vital en curso de una familia o de otro grupo natural se disloca o interrumpe. El síntoma es una señal de que la familia enfrenta dificultades para superar una etapa de su ciclo vital. Por ejemplo, el ataque de angustia que sufre una madre al nacer su hijo está expresando la dificultad de la familia para pasar a la etapa de la crianza.
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Un clínico debe ser tolerante hacia las diversas formas de vivir y, al mismo tiempo, tener una captación del proceso evolutivo de las familias, que le sirva como guía para reconocer etapas críticas.
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La cuestión es que el clínico reconozca, en las vidas mezquinas que muchos jóvenes llevan, el resultado de no haber podido desenredarse de sus familias. Por ejemplo, algunos jóvenes viven de forma desviada respecto de la sociedad porque forman parte de una cultura juvenil en busca de estilos alternativos. Otros lo hacen porque su función en la familia es consiste en ser un fracaso. No están respondiendo a sus pares, sino a lo que sucedería en casa si eligieran un sendero más convencional; y aunque aparentemente han elegido, en realidad están respondiendo desvalidamente a una maraña familiar.

Del capítulo El ciclo vital de la familia.

Es cierto que la familia es la arena de la pasión humana, como lo demuestra la tragedia o muchas de las historias más intensas que puedan contarse. O como me dijo una vez Alberto Ure: ¿A quién mata siempre uno? A alguien de su familia...