martes, agosto 12, 2008

Notas sobre los hoteles

Los hoteles son escenarios en donde los humanos normales comenzamos a transformarnos en personajes de ficción. El ambiente azaroso, romántico, fuera de la cotidianidad, causado por el viaje que precede la llegada al hotel, hace que nuestra autopercepción se altere y estemos especialmente dispuestos a otro tipo de visiones y experiencias que las habituales.

Quien se aloja en un hotel se siente en una situación de excepción, más predispuesto a vivir una aventura que una vida común. La alteración de sus costumbres, el que haya personas dispuestas a atenderlo (lo que eleva a cualquier sujeto a categoría de notable que dispone de servicio), el estar rodeado por otras intimidades igualmente emplazadas en un tiempo y un espacio fuera del tiempo y del espacio acostumbrados, hacen que se abran puertas en la percepción y el deseo que generalmente están cerradas. Es para recrear esta atmósfera de aventura y excepción que muchos tienen la costumbre de alojarse en hoteles aun en su propia ciudad, como si al hacerlo accedieran a una perspectiva deseada pero no fácil de conseguir.

El hotel tiene también algo de regresivo, en el sentido de poner a cualquiera en una situación parecida a la del niño, que no debe hacerse cargo del órden ni de la alimentación de su rutina. El hotel por su misma estructura y funcionamiento arropa el alma, dando una sensación de cobijo y familiaridad.

Como si fuera una metáfora de la vida, en donde a cada persona le toca en suerte una habitación en un amplio conjunto de habitaciones, el hotel mezcla destinos, entreteje historias, saca a relucir personalidades dormidas en quienes se alojan en ellos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

que buen posteo, y ni que hablar de los albergues transitorios, son un tema aparte. Por ejemplo, no existen albergues transitorios en Estados Unidos, no se en Europa. Es una caracteristica Sudamericana? En EEUU lo que hay son unos tipos de hosteles que se pagan por noche, creo que orientados a los camioneros o los viajeros de bajo presupuesto pero no he visto hoteles por hora. Los hoteles transitorios de Buenos Aires me dan la sensacion de cosa prohibida, de cosa que se hace a escondidas, de trampa. Sera que hay algo en nuestra cultura que tiene que ver con eso, con la trampa? porque no he visto cosas asi en EEUU donde vivo hace 8 años? No soy sociologo, psicologo, ni tengo tiempo para semejante conclusion, pero quizas alguna mente iluminada pueda brindar mas informacion... tema a tratar: albergues transitorios...

estebanmorin dijo...

Leyendo tu artículo me acordé del cuento "La puerta condenada" de J. Cortázar y la percepción siempre fantástica de Julio y sus cuentos. El hotel es a la vez libertad (del orden y el trabajo que la propia casa requieren) y prisión (de horarios y código interno).
Linda nota. Gracias.

Anónimo dijo...

weno, caray, nunca me sentí "cobijada" ni "arropada" en ningún fuckin' hotel.
acabo de regresar de mis vacaciones en pipa, en donde me alojé en un hotel hermosísimo, un lujo en medio de la selva, en donde dí rienda suelta a mi veta de hippie burguesa: andaba en patas tocando el berimbau y cenaba riquísimo por 100 reales (invitada, of course).
descubrí que el suco de maracujá induce al sueño , la cama era más que accogedora, me arrullaba el mar, qué más pedir??? pero extrañaba los cuentos de apo, las charlas de dolina, las mañanas de magdalena, mi mate cocido, mis tostadas, mi piano, las baldosas de mi casa, el cobijo de mis paredes, mis cosas más íntimas...
lo mío sería: hotel= tristeza nao tem fim.
será que la vejez me está poniendo más pelotuda de lo q siempre fui. mi casa es mi fuerte y ojalá fuese como el caracol o esos cangrejitos que se ven por la playa con el caracolito a cuestas...tAtA

Anónimo dijo...

Tampoco considero al hotel un lugar de resguardo y calidez (aunque deben existir, como esos perdidos en islas del Pacífico, o los de altísima montaña).

El grueso de los hoteles me llevan automáticamente a Edward Hopper.

Lazarillo Mochilero dijo...

Siempre en vacaciones me hospedo en hostels, ahi la cosa cambia porque NI intimidad queda ya que la habitación la compartís con hasta 5 personas más (uno se ¨hospeda¨ en la cama que paga), pero se gana en sensaciones porque asi he conocido gente de Rusia, Israel, Uk, Colombia, Japón, etc, y esa es una de las cosas que más placer me da: hablar y radiografiar a un extranjero, obvservar, aprender, intentar una comunicación fuera de los idiomas.

Santiago Javier dijo...

Me encantó, eso me pasa cuando voy a un telo.. siento como que por unas horas estoy de vacaciones...

Anónimo dijo...

Sensaciones relacionadas a las que vos describìs me invadìan cuando tenìa que ir al edificio de mi colegio algùn dìa o algùn horario fuera de lo comùn. El "La Salle", en pleno centro porteño era un mundo por explorar. Media manzana construida hace màs de 100 años, con subsuelos, pasadisos, altillos, un museo, una iglesia, una capilla, biblioteca, imprenta...
La otra media manzana, moderna, con 10 pisos, ascensores, gimnasio, tatami, mesas de ping-pong, el bar de Ignacio, el piso de los Hermanos, la terraza...
Uh!

emilio mateos

So dijo...

Hay un cuento corto de Stephen King, del cual se hizo una pelicula (1408) y que justamente alude al numero de cuarto de un hotel.
Si bien la tematica es el terror (algo recurrente en muchos escritos de King) es interesante lo que dice el escritor al principio, una reflexion que muchas veces ni la tenemos en cuenta.

"...Cuantas personas han dormido en esa cama antes que ti?, Cuantas de ellas estaban enfermas? cuantas estaban volviendose locas? cuantas consideraron, tal vez, leer unos cuantos versos finales de la biblia que se encuentra en la mesa de luz?..."

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