"¡Feo!", de Gonzalo Otálora

Gonzalo Otálora escribió un libro que se llama “¡Feo!”, que plantea el problema de los que se sienten disminuídos frente al ideal estético que reina en nuestro universo social.

Hice todo tipo de dietas, me sometí a cirugías estéticas, viví en el gimnasio y así y todo seguía sintiéndome inseguro y desgraciado, dice.

Ayer salió a juntar firmas por la calle florida, publicitando sus propuestas con un megáfono.

No leí el libro, pero sus propuestas pueden leerse en su site. Son:

· Regulación de los desfiles de moda y las publicidades para que se incluyan feos

· Cupo feo en las empresas

· Plan integral en los colegios para erradicar la violencia física y verbal en la burla contra los feos

· Democracia sexual: todo lindo/a que quiera acostarse con lindo/a debe hacerlo antes con un feo/a

· Regulación del uso del photoshop y el maquillaje en revistas de belleza y publicidades

· Inclusión de actores poco atractivos como protagonistas en las novelas de amor

· Maniquíes de todos los talles en las vidrieras.

· Que recursos humanos explique que significa “Buena presencia” y que se abstengan de solicitar fotos en las búsquedas laborales.

Es interesante, sobre todo es gracioso. Mas que hacerme eco de su propuesta, que me parece descabellada, quiero señalar dos cosas que me gustan de esta idea: que un autor le busque la vuelta a la escritura, que arme un despelote, que proponga pensar algo con medios no convencionales, que haga una burla inteligente de la idea de que hay que reclamar por todo (llega a proponer un subsidio para feos), la puesta en cuestión de la idea de que la diferencia es siempre resultado de la injusticia.

Creo que pide lo que no se puede pedir. El valor de la belleza se impone naturalmente. No es democrática, es verdad, es natural, es injusta la distribución, como la de la capacidad o el talento. No todo puede someterse a reclamo, hay cosas de las que uno tiene que hacerse cargo.

Sí, la vida te pone en circunstancias que no elegiste, pero es así, no puede no ser así, y más que reclamar hay que aceptar e inventar.

Uno puede siempre hacer algo, si es capaz, con lo que le tocó, o también podemos decir que la belleza está ligada a la gracia más que a la forma (lo que me parece una conclusión adecuada). Y la gracia tampoco se elige, ni se finge, tal vez se cultiva indirectamente a través de la autenticidad, por ejemplo, pero poco más.

Conclusión: siento que el juego que propone con inteligencia Gonzalo Otálora no tiene a la belleza como tema principal. Su tema es más bien el de la creencia en el reclamo como forma de vida.

Sentir que todo es injusticia y reclamar es todavía no ser capaz de aceptar que hay cosas inexorables, y que no provienen de la supuesta mala fe del sistema o del capitalismo sino de la misma naturaleza.

Link: Blog del feo