La vida es una aventura ininteligible (Bataille dijo)
Bataille, en la introducción a su libro “El erotismo”, condensa, al pasar y en una sola línea, su visión de la vida: “vivimos en una aventura ininteligible”, escribe. Es la versión mínima de las coordenadas básicas. Dos términos, dos cualidades que dicen lo importante. ¿Qué quiere decir que la vida sea una aventura? Que no hay molde, que no es una experiencia prearmada, que no hay saber que pueda evitar o domar el riesgo, que podemos esperar contratiempos, que exige de nosotros protagonismo y arte, pide valor e imaginación, que es una línea de eventos que dependen de nosotros y nunca se sabe cómo pueden salir. ¿Qué quiere decir que esta aventura es ininteligible? Que no cabe en un esquema de comprensión, que el camino del conocimiento -como el de la conciencia- es limitado y que no constituye de ninguna manera una guía fiable para ordenar el mundo humano. Que no sabemos cómo termina, ni por qué se produjo, ni adónde va, que no posee un sentido más allá de la aventura misma… Que la vida sea una aventura ininteligible quiere decir también que no se trata entonces de buscar esa comprensión imposible, sino de vivirla.
La imagen es un Geoffrey Humphries. ¿Por qué la puse aquí? La calidez y la intimidad que transmite es el campo de la aventura de la que hablamos.
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