Para quién vive uno
Muchas, muchísimas, de las cosas que solemos evaluar pensando, en ese rumiar incesante, pueden resolverse a través de la pregunta del título de este post: ¿para quién vive uno? Porque en muchos casos daría la impresión de que, al aceptar criterios que no son propios, que tal vez no son de nadie sino que son depósitos de sentido sin dueño y enajenantes, uno termina viviendo para otro: para una mirada que no avala. ¿Logré decirlo con claridad? Ojalá...
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