Porque es índice de autenticidad, índice de verdad. Es decir, una persona espontánea es una persona que está ahí, presente, que no finge ni imposta un papel. Es una persona y no una imagen.
Las personalidades no muy espontáneas comunican una sensación de incomodidad. Está incómoda la persona que actúa su ser tanto como la que recibe su influencia.
¿Por qué es tan importante la idea de autenticidad?
Porque otorga orientación en muchos casos. Por ejemplo: respecto de la búsqueda de originalidad. Una producción (arte, costumbres, formas de vivir) no debe ser original, debe ser auténtica. Originalidad es una categoría que tiene que ver con la observación externa, con la comparación de términos. La autenticidad en cambio registra el orden interno, el factor orgánico, el modo en que algo se ajusta a una verdad propia o no.
El caso más gracioso: la sexualidad no puede medirse por su originalidad, sino por su intensidad. Al igual que los solos en la música. Lo importante no es hacer algo nuevo (en la sexualidad, sobre todo, es imposible), lo importante es que lo que se hace sea sentido, placentero, intenso, real.
Espontaneidad y autenticidad son modos que van siempre juntos. Dan la sensación de frescura, de liviandad. Es un estado de fluidez emocional, que puede darse cuando lo que hay por sentir es aceptado y encajado en la realidad personal.
La excitación (la otra forma de aludir al entusiasmo, que tiene una válida connotación sexual aunque en muchos casos no se trate de nada sexual) surge de este territorio, y se hace difícil cuando la cosa se pone demasiado controlada.
Todos son fenómenos imprescindibles para la vivencia de la intimidad: autenticidad, espontaneidad, excitación, liviandad… podemos agregar el humor a esta serie. El humor como forma superior de la salud, fresco y vital, humor de disfrute, sin cinismo ni desencanto.
Estamos hablando de actitudes, pero también de valores, de formas de valorar y por lo tanto construir modos de la realidad.
Es un texto conocido. Mi mamá me lo recortó de una revista hace un tiempo. Cliquear para leer. Son instrucciones estimulantes, no leyes que haya que respetar sí o sí...
La actuación es un quilombo, desprolija, el solo de guitarra deshilachado y primitivo, pero todo eso es lo encantador de este video. Nos trae otra época de vivos precarios (antes los recitales empezaban siempre tardísimo, porque el armado era un quilombo, los músicos probaban y afinaban con el público ahí, entre tema y tema todos hacían sonar sus instrumentos, algo que no se hace más...).
En el blog que hago para el gobierno de la ciudad, Aire y Luz, acabamos de subir el podcast de una conversación que tuve con Hernán Lombardi, el actual Ministro de Cultura y Turismo. Hernán me cae muy bien, es un tipo súper querible, entusiasta y desbordante.
Monstruos de excitación, voladísimos, cazadores de emociones al vuelo. Además, el video es lindo porque se ven muchas escenas de las manos de los músicos, la parte concreta de la magia. (Diría que los camarógrafos, o el director de cámara, eran músicos.
"Nos sentimos víctimas": cuando se logra construir una buena posición de víctima se puede entonces avanzar sobre alguien a quien se supone causa de la propia situación y ser agresivo (incluso abusivamente, situarse en rol de víctima es la justificación perfecta para liberar la agresividad contenida). Sin constituirse como víctima muchas personas no encuentran centro ni sentido.
Es de esos sites en los que uno no termina nunca de entender muy bien qué pasa. En este caso la conclusión es que hay dibujos, y mucho color, y todo puesto asi nomás pero muy lindo e impactante. Es una comic gallery, se llama paperrad.
Con orgullo y felicidad les cuento que el libro que escribí con mi mujer sobre la crianza atea fue publicado en Brasil. La revista Epoca nos hizo una nota.
Esa frase me gusta porque resume la idea de que el rol activo sólo es posible en la medida en que dejemos de considerarnos objetos de una consideración o mirada externa. Somos mirados o somos quienes miran.
Justo Macri, al que muchos (ya no tantos, por suerte, cada vez menos) gustan acusar de ladrón (sin tener idea de nada), sea el que está terminando con las mafias progres...
El blog Paleo-Future se dedica a investigar las representaciones imaginarias del futuro, hechas en el pasado. Es fascinante y sensacional. Altamente recomendable. Como ejemplo, dos imágenes especialmente tentadoras.
Alguien dice: después de la crisis no aprendimos nada, otra vez la típica economía de ciclos patológicos característica de la Argentina
Otro dice: Es que el populismo, en el fondo, no es algo que tenga que ver con manipular gente, es neutralizar una sociedad…
El alguien primero responde: hay un mandato simbólico de fracaso, al fracasar triunfamos, tenemos que cumplir con la fatalidad…
Otro: sí, la filosofía miserable del tango, que se permite alegrías siempre y cuando sean pasajeras y no tengan consecuencias, el tipo pierde a la mujer, nunca tuvo hijos…
Alguien: si, es un nene, el tanguero, por eso pone énfasis en la voz de varón, simula la virilidad que le falta
Los que padecemos el vicio de los libros… basta de hipocresía: los que somos fanáticos acumuladores de libros, o bien porque nos gusta leerlos o bien porque disfrutamos del ambiente que se arma al tenerlos cerca, sabemos que una vez que crece una biblioteca se transforma en algo así como un habitante más de la casa. En las mudanzas se hace evidente: mudar los libros es más trabajoso que mudar efectos personales o que mudar la ropa, al menos en los casos de hombres poco coquetos y muy dedicados al ensimismamiento explorador del mundo que se produce en la lectura.
¿Qué hacer con una biblioteca?
Opciones:
Armarla: comprar, comprar y recibir de regalo, comprar nuevos y comprar usados, buscar en otros lugares, encontrar, sobre todo encontrar cosas que a uno le pertenecen por interesarle tanto, que por fin son nuestras como siempre debieron serlo. Hacerles espacio en la casa, poner estantes, dibujar bibliotecas y decirle a Tito como las tiene que hacer, poner más estantes, pedir más bibliotecas, recoger alguna estantería tambaleante de la calle y pintarla para ponerle más libros. Fijarse si están bien agarradas, fantasear con que los estantes ceden y algún pariente queda atrapado, o que a alguien se le revienta la cabeza de tanto peso editorial.
Disfrutarla: servirse de ella algo no leído, como quien dispone de riquezas innumerables (eso es lo que en realidad sucede), repasar los lomos y los nombres, ordenando la sucesión de lecturas, agarrando dos o tres para examinarlos y ver a cual quiere uno dedicarle atención, rebuscar en los lugares más difícilmente accesibles los títulos de los que uno tiene menos conciencia, etc. Hay quien (yo) disfruta de la aventura constante que provoca una biblioteca desordenada, en la que su dueño mismo no sabe qué va encontrar, cuando y dónde. La biblioteca es así un mundo de sorpresas. Siempre está la posibilidad de agarrar esa biografía de Cleopatra comprada tan barata y volverse faraón. Además, qué lindas quedan las paredes forradas de libros, acolchadas por las palabras, los sentidos, las ideas, las historias. Paredes revestidas de momentos de intensidad, y me refiero a los momentos de la lectura o a los de los personajes mismos: todo está rodeado de mundo humano, de hechos, datos, imágenes, momentos. Difícil sentirse solo.
Depurarla: no se pueden tener tantos libros, algunos completamente al pedo, ¿cuándo voy a volver a leer este, que ni siquiera me gustó tanto? ¿Y este otro? ¿En qué estaba pensando cuando lo compré? O bien: este tema no volverá a mi vida, me hartó. O bien: uf, este regalo no lo quiero ni ver. O bien: este tipo es un tarado, no quiero tener sus palabras en mi casa. Se junta cada tanto en cajas una cantidad de libros y se echan de casa. Al reciclaje de una librería que canjee libros usados (se pueden conseguir cosas buenísimas, pero no se soluciona el tema del espacio dedicado a la página, en todo caso se reduce en un porcentaje menor), o a la donación patriótica. Pero la donación es medio rara, porque se trata de los libros descartados, ¿acaso uno “dona” la parte de su espíritu que desecha, su desperdicio? Estas ideas que me parecen una bosta las doy a los pobres que las van a aprovechar: no es una linda actitud. Se dona a la basura, entonces, por más que antes de la basura siempre hay alguien más que mira las cosas antes de mandarlas a la destrucción final.
Este tema de Invisible (grupo de Spinetta después de Pescado Rabioso, para los que no lo saben) es sensacional. Lástima que no hay constancia en video de esa época. ¿Alguien tiene algo? Estas son unas fotos ensambladas, pero se agradece a quien lo hizo poder escuchar el tema.
(La única vez que ví a Invisible en vivo, en el Teatro Coliseo, presentando "Durazno Sangrando" tocaron como cierrre este tema y "Elementales leches", otra belleza).
En el blog que hago para el Gobierno de la Ciudad, hay un cronograma de baches y también un par de buenos posts sobre los sites oficiales de otras ciudades. Un par de materiales buenos e interesantes, ¿no tienen ganas de darse una vuelta por ahí?
El entusiasmo no es una actitud que pueda provocarse intencionalmente en torno a cosas que no nos interesan. Volcó en la calle un camión cargado de excrementos humanos: ¡vamos, pilas, a levantar caca, vamos!
No. El entusiasmo procede según una selectividad espontánea: hay cosas capaces de provocarlo y cosas que no. Hay temas que nos excitan y temas que jamás lo harán. En este video abundo sobre el tema.
El taller “El desarrollo del entusiasmo“ es una experiencia diseñada para ayudar a los participantes a avanzar en la puesta en movimiento de sus ideas, proyectos y capacidades.
El objetivo es generar acciones que sostengan y promuevan los entusiasmos básicos de cada persona, esos intereses que expresan la verdad de nuestra vida personal pero que muchas veces resulta difícil transformar en centro de nuestra actividad cotidiana.
El taller funciona como un espacio de estimulación y asistencia para personas que están intentando desplegar sus entusiasmos y proyectos, ofreciendo estrategias concretas y aplicables para dar forma a la actividad personal.
Se desplegarán, entre otras, ideas de los siguientes autores:
David Allen (“Getting things done” y “Ready for everything”), Brian Eno (“Oblique strategies”), Julia Cameron (“El camino del artista”) y Tom Peters (“El proyecto 50” y “Re imagina”).
El taller consta de 4 reuniones de algo más de una hora y media de duración (con una pausa para tomar una copa de vino) en las que el profesor expondrá ideas y propondrá la realización de sencillas tareas personales.
Cursada: jueves 28 de Agosto, 4, 11 y 18 de Septiembre Duración: 1 hora y media (un poco más) Horario: 20: 00hs a 21:30 hs Lugar: Bar El Taller (Serrano 1595, 1er.piso, en Palermo Viejo, frente a la Placita Cortázar, esquina Honduras).Costo: 250 el mes
Informes, Inscripción y reserva de vacantes: Llamar a Shona (ex Lourdes) al 4831-1588 y/ó escribirle a: cursos@bienvenidosami.com.ar
Yo leí el libro de Tamara di Tella, "El cliente nunca tiene razón", y me pareció SENSACIONAL, ya voy a hacer un posteo más extenso sobre él. Y estoy leyendo uno de Heinrich Böll que se llama "El legado / La herida", bastante bueno (me gusta mucho Böll). También leí "Humor sufi", de no me acuerdo quien (ya lo voy a comentar también). Y leo pedazos de "Desarrolle el líder que está en usted", de John Maxwell, que no termina de convencerme pero al que le sigo dando su oportunidad.
Estuve en Salta, llevado por Toronto Trust para una convención aniversario que reunía a 74 cajas previsionales profesionales del país, y comprobé una vez más algo que suena a remanido porque es cierto: la gente del interior es más tranquila y agradable. Dí mi charla sobre el esquema del deseo, el drama y el melodrama y me fue súper bien. Gustó mucho y nos divertimos bastante. Gracias a todos por allí (y gracias a Sigrid Tolaba, que me llevó).
En el blog "La tumba de Julieta" encontré esta rareza: Billy Bond a los 11 años (es un decir), en una época que parece anterior a la de los dinosaurios. No es linda la música, pero tiene valor como curiosidad.
La letra dice: "No quiero llegar a viejo / sin hacer algo importante". Importante es vivir la vida de uno, ¿te enteraste al final, Bond, Billy Bond?
El jueves empieza mi taller "El desarrollo del entusiasmo / Taller de método y acción" y estoy dándole vueltas a los enfoques que voy a aplicar.
Mientras me duermo o me despierto pienso en frases para empezar, en modos de enmarcar la actividad, en cómo volcar en el taller las más nuevas ideas que me interesan, las lecturas recientes que me ayudan a mi mismo a desplegar entusiasmo y avanzar en mis proyectos y realidades.
Me encanta este trabajo de ayudar a otros a entusiasmarse y sacar lo mejor de sí, y me entusiasmo yo mismo al compartir los trucos y actitudes que me funcionan en mis proyectos. Las noches del taller suelen ser grandes momentos de encuentro y diversión, para mí, y desde que incorporé la copa de vino en la pausa creo que terminamos todos en órbita. En órbita entusiasta, por suerte...
Tal vez una de las mayores utilidades del tema del entusiasmo es cómo nos ayuda a superar la sensatez con la que suelen vestirse nuestros temores. Uno no cree tener miedo: uno cree estar siendo simplemente precavido, tomando en cuenta los posibles fracasos y traspiés, pero en lo concreto de esa forma uno elige el camino del miedo, y la excitación y las ganas de vivir se debilitan.
Optar por el entusiasmo requiere en cambio que nos hagamos fuertes, nos invade una excitación productiva y feliz, y el movimiento hace que se nos ocurran constantemente nuevas cosas y podamos cada vez más. Los espero.
1) ¿Qué comieron en la última comida? 2) ¿Estaba rico? 3) ¿Con quién / quiénes comieron y en dónde? 4) ¿Fue un momento disfrutado? 5) ¿Qué bebieron durante la comida y en qué cantidad?
¿Cómo es el mundo desde el punto de vista del entusiasmo? La realidad, el universo, el mundo humano, como querramos decirlo, no está descaminado. Esa visión es la visión convencional no entusiasta, podríamos decir, de una visión decepcionada, de cabeza gacha, caída.
El entusiasmo mira al mundo y siente y sabe que la realidad es ella misma una expresión de entusiasmo, de deseo, de desborde, de exuberancia, de despliegue interminable e indomable de vida y de formas. Irreprimible.
En este video leo el texto llamado "Teoría de la televisión", que no pretende ser realmente una teoría en un sentido estricto del término sino una serie de comentarios sobre el tema.
La sociedad argentina parece acostumbrada a vivir en una crisis política crónica. La que se abrió en 2001 no se cerró. Al contrario, durante el segundo gobierno Kirchner se ha profundizado. Esa persistencia amenaza con efectos anestésicos. De lo contrario, es difícil explicar por qué los gravísimos descubrimientos que se están realizando alrededor del caso de los tres empresarios asesinados en General Rodríguez no provocaron todavía un vendaval sobre la vida pública.
Parte del financiamiento de la campaña electoral de Cristina Kirchner fue puesta de nuevo en tela de juicio. Está demostrado que entre los principales contribuyentes a ese proselitismo hubo una droguería sospechada por sus vinculaciones con el narcotráfico: Seacamp, de Sebastián Forza, uno de los muertos.
Cuando uno busca conocer su ser íntimo y profundo en realidad encuentra un vacío, porque uno íntima y profundamente no es nada. Uno es en la medida en que fluye. Se trata de “el fenómeno de superficie” o, para decirlo de una manera complementaria, como dice Nietzsche, “lo más profundo es la piel”. Lo más profundo es ese deseo que aparece que se sepa por qué, pero en donde uno es profundamente uno.
Así surge el juego con la idea del “verdadero”, ese personaje que uno busca en sí mismo. El verdadero es el personaje principal de la novela que llevamos dentro, es el héroe para cada uno. El verdadero aparece con el entusiasmo, sólo para desaparecer en seguida borrado de la consciencia por las mil cosas más interesantes y concretas que el entusiasmo trae; esas pequeñas experiencias que constituyen el entusiasmo, que son los momentos de vida concretos bañados de sentido por el hecho de que uno logró proyectar su deseo en ellos. Por eso, en el momento en que uno está entusiasmado con algo y quiere algo, se pierde de vista la pregunta “¿quién soy?”. Sin embargo, el verdadero se traba y molesta cuando funciona como exigencia, como auto persecución, cuando lo miramos fijo o lo perseguimos mucho. La mejor manera de no encontrarse es perseguirse mucho.
En este video explico un poco en qué consiste el nuevo taller, que continúa la línea del taller BOOM, pero puede ser hecho también por personas que no hayan hecho el anterior.
Cursada: jueves 28 de Agosto, 4, 11 y 18 de Septiembre Duración: 1 hora y media (un poco más) Horario: 20: 00hs a 21:30 hs Lugar: Bar El Taller (Serrano 1595, 1er.piso, en Palermo Viejo, frente a la Placita Cortázar, esquina Honduras).Costo: 250 el mes
Informes, Inscripción y reserva de vacantes: Llamar a Shona (ex Lourdes) al 4831-1588 y/ó escribirle a: cursos@bienvenidosami.com.ar
Muchos lo conocen como Douglas Vinci, que formaba parte de Radio Bangkok en los inicios de Rock and Pop. Yo lo conocí haciendo una voz rara en un programa que la Alfano tenía en canal 2 cuando Ure era director de arte o algo así del canal. Nos juntábamos después del programa a tomar Montchenot en lo que se llamó de manera original el Club Montchenot. Eramos Carlos Masoch, Ure, Ricardo Miró, a veces un anónimo Gerardo Rozín y yo. Uno de los mejores momentos de amistad y diversión en mi vida, animado por el genio de Alberto Ure, maligno, gracioso y súper inteligente.
Estas imágenes son parte de la producción reciente de Masoch. Y lo de abajo un párrafo suyo hablando de su arte.
VER PARA CREER
aplicacion de las laminas para un trabajo interior
Yo que soy medio ciego me dedico a la pintura pero aun mantengo la ilusion, la singularidad, y nunca disciplinarme a determinadas cosas que se esperan, no mando a salones, no pertenezco al ambiente (muy a pesar de mi prolongada produccion y carrera) todo es una verdadera farsa, como mi poretendida sigularidad y estos caprichos, sintetizados en estas "LAMINAS"
no para ganarme el cielo, pero si para ver algo de luz y de bondad. Estos ltrabajos son un pequeño devocionario a la pintura, (la muestra realizada en enero del 2008 en la galeria Enlace de Lima Perù, se titulo "Bendita Seas") y a mi trabajo como artista como para salir de a ratos de la muerte.
Este ilusionismo social, repleto de lugares comunes y de intenciones es la ultima produccion de este pasado año, muchas gracias
También podemos localizar la fuerza del entusiasmo en el nivel de lo que solemos pensar como deseo. Cuando uno desea algo está, de alguna manera, manifestando un entusiasmo, se está proyectando en una experiencia y el nervio de esa fuerza del deseo es aquello que solemos aludir con la palabra entusiasmo. El entusiasmo es una línea de acción. Y la noción del entusiasmo como fuerza fundamental del sujeto, implica la noción del sujeto como proceso siempre activo, es decir, no como un yo ya determinado y cerrado sino como algo en constante movimiento. Una persona demasiado anquilosada en una imagen de sí misma es, o bien una persona que está dando testimonio de su incapacidad para vivir el entusiasmo y el crecimiento aparejado.La idea de la identidad como algo referido al pasado o al contexto social no conciben el movimiento del individuo en su función fundamental. Son versiones quietistas, temerosas, incapaces. La identidad es el deseo, la identidad es el entusiasmo.
Cuando uno se pregunta “¿quién soy yo?” está dando testimonio de un momento de angustia, porque para esa pregunta no hay respuesta posible. La respuesta o, mejor dicho, la disolución de esa pregunta, aparece con otra pregunta y, sobre todo, con su respuesta. La pregunta es “¿qué quiero?”. Uno nunca va a saber quién es, pero se va a olvidar de preguntarse quién es cuando se proyecte en el deseo. De esa forma va a ser plenamente, y no va a necesitar establecer un orden por vía de conciencia.
Una lectora del blog, Laura Echaniz, me acerca un link muy gracioso. Son propagandas falsamente antiguas para publicitar productor súper modernos. Gracias, Laura.
Con el entusiasmo uno logra ciertas metamorfosis personales especialmente significativas. Cuando uno está entusiasmado o apasionado con algo, logra enfrentar algunos obstáculos que no podría enfrentar de otra manera. Por ejemplo, vale preguntarse por qué hay amores que crecen y otros que no crecen. Todos los amores tienen dificultades. Sin embargo, el amor que crece es aquel que ha logrado suscitar un entusiasmo tal en los involucrados que les permite enfrentar esas dificultades, sobrellevarlas y resolverlas. Precisamente a causa de que estos involucrados están entusiasmados con la relación, tienen en ese entusiasmo un argumento, una fuerza, que les permite hacer una elaboración de esos problemas pendientes evitando el fin de la relación.
Lo mismo sucede si uno se entusiasma con una tarea, por ejemplo, como escribir un libro. Si esa persona está realmente implicada en el deseo de escribir un libro, ese entusiasmo le va permitir sobrellevar los difíciles momentos que hay en la escritura, los tremendos estados de confusión, pérdida, desorientación yangustia que hay en el trabajo de escribir un libro. Ellos son subsanados si la persona está entusiasmada con ese trabajo. Si no está muy entusiasmada porque en realidad prefiere dedicarse al trabajo político, por ejemplo, o al desarrollo de otro emprendimiento, no tiene el combustible necesario para darle solución a esos obstáculos.
Por eso podemos pensar que el entusiasmo es lo que nos permite realizar las metamorfosis de la existencia, suponiendo que una existencia siempre es un camino de metamorfosis. Si hemos llegado a esta edad es porque hemos cambiado, sino no habríamos sobrevivido. Uno no puede llegar a tener 15, 16 años si no ha sido capaz de cambiar. No hablemos de llegar a tener 40 o 50. Esas metamorfosis son posibles y son expresiones de crecimiento en la medida en que han sido alentadas o estimuladas por una fuerza entusiasta.
Otavio Kulesz es un amigo de este blog (bueno, amigo mio en realidad) y comanda el emprendimiento editorial Teseo. En esta oportunidad convoca a una conferencia que va a dar acerca del libro académico en la era digital. Interesados cliqueen en la imagen y la van a poder leer mejor.
Desde que la conozco me impresionó esta foto. Están sacando del mar una esfinge que estuvo sumergida dos mil años, y la mina emerge feliz de la vida, rodeada de buzos, impasible, como si nada. No me digan que no es impresionante...
En este video invito a la presentación de "La venganza del oyente", el miércoles 20 a las 19 hs en la librería Cúspide del Village Recoleta. Hablarán Iván Velasco (con quien hicimos hace unos cuantos años "Te podés callarte, te podés", y Juan Acosta. Habrá copa de vino.
Este es el primer libro que leí. Libro sin figuritas. Me lo compró mi papá en una librería de la calle Santa Fe a la que me llevó con ese objetivo: comprar mi primer libro sin figuritas.
Lo leí y me encantó. Después leí otros de Salgari, no muchos, pero siempre me gustaron.
Uds, ¿cuál fue el primer libro que leyeron y cómo llegó a sus manos?
Como ya conté en estas páginas hago un blog para el gobierno de la ciudad llamado "Aire y Luz", junto a Marcos Peña, el Secretario General del gobierno, y a Julián Rodriguez Oriiuela. Es un blog que busca mostrar con informalidad total el trabajo que hacen quienes son parte del gobierno. El diario Perfil está tomándolo como referencia regularmente, lo cual me pone contento.
¿Ven tele? ¿Qué ven? ¿Cuál es el programa o el canal que más disfrutan?
Hace años yo era bastante adicto a la tele, ahora no tengo tiempo ni de ver los excepcionales documentales que vería con gusto. A mi mujer la tele no le interesa nada, nunca fue de ver, no tiene ni siquiera viejos programas favoritos. Lo único que hacemos es mirar un poco a la noche, casi sin volumen para no despertar a los chicos. Yo me quedo hasta más tarde que ella, mirando un pedazo de una película o algún partido de algo.
Como muchos habrán notado estoy eludiendo los temas políticos. No porque los haya expulsado de mi mente, si no porque siento que vivir diciendo que los tarados son tarados no es modo de vivir.
Sigo pensando que los K. son una desgracia nacional. Y que el progresismo y la izquierda son el fascismo, por más que se suponga que son lo contrario.
Sigo creyendo que toda promoción del pueblo y lo popular son una forma de hacerle mal a la gente, a las personas y a la comunidad. Que detrás de esos valores está la promoción de la pobreza como verdad y valor. Que la ideología es un fenómeno narrativo, no una forma de lograr cosas positivas para el país.
Pero, hacerle espacio a esta descarga de decirlo, por más que de un momento de satisfacción, ¿tiene sentido?
Los que lo saben lo saben, pueden verlo. Los que no, defienden sus posiciones cortas con pasión y violencia. Con la violencia propia de la intolerancia y la idiotez progresista.
Tal vez es mejor no decir nada. Pensar en las cosas en las que vale la pena pensar. Mirar el mundo, avanzar en la comprensión, en la experiencia de la belleza disponible, que es mucha, avanzar en el crecimiento de los que pueden y quieren crecer.
Un principio de salud fundamental es no pasar mucho tiempo mirando lo que hace daño, lo que se detesta. No quedarse escuchando a los ministros que defienden lo imposible con argumentos increíbles. Pasar de largo. No dejar que en uno crezca una bronca que en definitiva no es útil. Es mejor hacer lo que uno quiere, apoyar aquello en lo que uno cree, trabajar en lo que parece valioso.
Pero me pregunto: ¿estará bien esto? ¿O será mejor seguir dejando constancia del rechazo que uno siente por esta política de falseamiento y de negación de la vida?
Los hoteles son escenarios en donde los humanos normales comenzamos a transformarnos en personajes de ficción. El ambiente azaroso, romántico, fuera de la cotidianidad, causado por el viaje que precede la llegada al hotel, hace que nuestra autopercepción se altere y estemos especialmente dispuestos a otro tipo de visiones y experiencias que las habituales.
Quien se aloja en un hotel se siente en una situación de excepción, más predispuesto a vivir una aventura que una vida común. La alteración de sus costumbres, el que haya personas dispuestas a atenderlo (lo que eleva a cualquier sujeto a categoría de notable que dispone de servicio), el estar rodeado por otras intimidades igualmente emplazadas en un tiempo y un espacio fuera del tiempo y del espacio acostumbrados, hacen que se abran puertas en la percepción y el deseo que generalmente están cerradas. Es para recrear esta atmósfera de aventura y excepción que muchos tienen la costumbre de alojarse en hoteles aun en su propia ciudad, como si al hacerlo accedieran a una perspectiva deseada pero no fácil de conseguir.
El hotel tiene también algo de regresivo, en el sentido de poner a cualquiera en una situación parecida a la del niño, que no debe hacerse cargo del órden ni de la alimentación de su rutina. El hotel por su misma estructura y funcionamiento arropa el alma, dando una sensación de cobijo y familiaridad.
Como si fuera una metáfora de la vida, en donde a cada persona le toca en suerte una habitación en un amplio conjunto de habitaciones, el hotel mezcla destinos, entreteje historias, saca a relucir personalidades dormidas en quienes se alojan en ellos.
Además del interés estético, del asomarse al otro mundo que está dentro del nuestro, llama la atención la lista de cosas que este aviso ofrecía estudiar: cliqueen para ver.
A los que dicen que estudiar no vale la pena porque igual terminás trabajando en un taxi hay que recordarles que las cifras señalan otra cosa: el nivel de ingreso se eleva cuando se eleva la preparación de la persona. ¿Por qué no entender que el arquitecto que trabaja en un taxi es víctima de su incapacidad o de su neurosis, y no necesariamente una víctima del sistema?
Normalmente pensamos: ¿qué hace falta para ser feliz? Todo el mundo quiere ser feliz. Eso es mentira. Digan lo que digan, es muy raro que una persona quiera ser feliz. Es muy raro que una persona esté preparada para ser feliz; la gente invierte mucho en su infelicidad. Les encanta ser infelices... de hecho, son felices siendo infelices.
El líder es una figura necesaria, imprescindible. La moral de grupo y equivalencia sólo tolera líderes que pregonen la mediocridad, pero tendríamos que ser capaces de más.
Esta es una vieja columna que publiqué en Clarín y que encontré ahora que estoy arreglando papeles. Ahí está: sobre Buenos Aires llovida y la intimidad que despierta.
Me encantan las colecciones. Yo tengo una pequeña pero creciente colección de revistas viejas. Es material que no está en internet, y es una vía directa a mundos que hoy ya no son. Pero no siento nostalgia ninguna, lo que me produce es una especie de deleite estético. Esto es de una Billiken del 58. En todo caso, una cosa es encontrarse con el pasado como un modo de buscarse a sí mismo, que es lo que critiqué en el posteo del otro día sobre la identidad, y otra cosa es ir hacia el pasado como un modo de diversión o por pura curiosidad. Así, el pasado no es respetado sino usado, incluso saqueado, como cualquier representación disponible.
Este libro, que reúne cartas y artículos de Raymond Chandler, el genial escritor de novelas policiales y creador del personaje Marlowe que Bogart inmortalizara en el cine, es un conjunto de increíblemente ricas observaciones sobre la literatura y la vida. Es un libro para subrayar y releer. Asoma la personalidad de Chandler, un neurótico genial, un cascarrabias con autoridad, un escritor dotado de una gran percepción de la vitalidad y la verdad en las historias. Tres parrafitos a modo de ejemplo:
Hammett sacó al crimen del jarrón veneciando y lo arrojó al callejón; no necesita seguir ahí para siempre, pero fue una buena idea… Hammett le devolvió el crimen a la clase de gente que lo hace por un motivo, no sólo para proporcionar un cadaver; y con los medios a mano, no con pistolas de duelo talladas a mano, curare o peces tropicales. Llevó al papel a esa gente tal como es, y la hizo hablar y pensar en la lengua que usa habitualmente con esos propósitos… Fue parco, frugarl, duro, pero hizo una y otra vez lo que sólo los mejores escritores pueden hacer. Escribió escenas que parecía como si nunca hubieran sido escritas antes…
El contraste entre lo que dicen los avisos publicitarios de los libros… y los libros mismos, cuando uno los tiene entre manos, es tan gigantesco que uno empieza a preguntarse si no se estarán pasando de listos.
¿Cómo se le dice a un hombre que se vaya en lenguaje duro? “Márchate, vete al diablo, vuela de aquí”, etcétera. Todas buenas. Pero a mí denme la expresión clásica, la que realmente usaba Spike O´Donnel, (de los hermanos O´Donnel de Chicago, la única organización chica que mandó al diablo a la mafia de Capone y vivió para contarlo). Lo que decía era “muérete”. Su laconismo es leta.
Luis había visto el auto y se le había ocurrido que podía servir para hacer algunas fotos. Cuando fuimos buscó algunas posiciones y saqué, entre otras, ésta. Fue hace unos cuantos años. La foto es típicamente spinettiana, tiene el sello de su mente inquieta, poética y humorística al mismo tiempo. La encontré revisando papeles viejos y me pareció lindo ofrecerla aquí. Que Buenos Aires sea la ciudad valiosa que es tiene que ver, para mí, con que ha dado artistas de esta magnitud. Pocos, siempre son pocos, pero el tema es que haya algunos.
En medio de versiones que transforman al tema de la identidad en una oportunidad de volver otra vez más a hacer pie en el pasado y no lograr nunca abandonarlo, de versiones que subrayan la importancia del contexto y del otro para definir lo propio, quiero insistir en que la identidad no es accesible por esa vía, que por esa vía más bien lo que sucede es que se transforma en valioso el abandono de la identidad real, y que la verdadera identidad tiene que ver con el deseo. Uno no es su historia o su contexto social: uno es lo que quiere.
Sí, por supuesto que ese querer, que ese deseo, tiene también una historia y un contexto, pero si ya lo tiene (y lo tiene como hay que tenerlo, de manera inconsciente), ¿para qué volver a subrayarlo por la vía de la conciencia una vez más? Quienes hacen tanto pie en la historia o en el contexto son personas que no quieren o no pueden volverse individuos. Está bien, no todos tienen que poder tanto, pero al menos no rompan tanto las pelotas...
En el blog Concept Ships se reúnen naves posibles, imaginarias, producidas en el presente y el pasado de la ciencia ficción o de la ciencia sin ficción. Me enteré porque lo ví en Microsiervos.
El “cómo” siempre es más importante que el “qué”. Trata de conceder mucha más atención a lo que haces que al resultado que esperas obtener. Centra toda tu atención a lo que el momento te ofrezca.
El momento ofrece algo, lo contiene, está ahí para ser despertado por nosotros, si supiéramos cómo. No es un saber, no es una posesión, es más bien el abandono de toda estructura de sentido que, como el saber, catapulte el sentido del presente más allá del presente mismo. Otra metáfora que serviría es la de una persona que está descolocada. Cuando uno vive imaginariamente, cuando uno deja que un pensamiento en mal estado ocupe demasiado lugar y pierde la conexión con las cosas (conexión que debe ser ligera y alegre, fluida) uno está fuera de sí, fuera de su propio lugar, y en el lugar de uno no hay nadie.
El resultado mismo, siendo una imagen legítima y real, una imagen de logro y creación, de aporte y satisfacción, es todavía aun una imagen, y obstruye lo que haría posible su construcción concreta: lo que sucede en el presente. ¿Es grave esto, preocupante? No, propone Tolle, eso es la preocupación. No pide buscar un paso de mayor dramatismo, si no lo contrario. Busca probar que el alivio es lo que conduce a lo que la preocupación quiere y no logra. El preocupado necesita algo, lo logra el despreocupado.
En vez de champagne debía haber puesto otra bebida, me parece... Siempre va a haber alguno que no capte el humor y se moleste porque "le estoy faltando el respeto a los camioneros".
Si no hay alegría, fluidez o ligereza en lo que haces, eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que hacer. A veces, simplemente, basta con cambiar la manera de hacerlo.
Ahí tenemos un principio de observación y una tarea: ¿hay en nuestra vida cotidiana una sensación de liviandad o de peso? Uno pensaría en primer lugar en una modificación del objeto, y se imaginaría en vez de en una ciudad gris y fría en un lugar soleado y vacacionando. Eso transforma la experiencia de la insatisfacción en una esperanza, en algo quieto, una añoranza. (A muchos les sale un estilo de rememoración, como si la opción fuera un estado perdido). La idea propuesta es contraria: hay una forma de hacer lo que estás haciendo que permitiría que esa calidad buscada fuera encontrada sin ningún cambio aparente.
Me acerco a una de mis bibliotecas, en las que hay muchos libros subrayados con frases que me juré retomar porque sabía que en ellas había cosas encerradas que podían ser muy importantes para mí. Elijo trabajar sobre algunas frases de “Practicando el poder del ahora”, de Eckhart Tolle.
Pregúntate, ¿hay alegría, fluidez y ligereza en lo que estoy haciendo? Si no la hay, es que el tiempo encubre el momento presente y percibes la vida como una carga o como un esfuerzo.
Que la frase proponga a la alegría y a la liviandad como características distintivas del momento bien vivido llama la atención y produce al mismo tiempo una sensación de alivio. Llama la atención porque en general la valoración que se acostumbra a proyectar en la vida cotidiana tiene que ver con las metas por concretar y con el deber que uno siente o debería sentir respecto de la situación del mundo. Es más legítima la preocupación, en donde aparece exigente la figura de los otros (los más desposeídos o equivalentes), que esta fluidez despreocupada. Valorar la alegría suena, desde esa perspectiva, a poco, a nada, a frivolidad. Pero la frase también produce una sensación de alivio porque, en un nivel inmediato y directo, uno siente que su propia navegación de la vida siempre es evaluada desde ese punto de vista sensible: gracias a esta idea uno se reencuentra sensorialmente consigo mismo.
Tolle trabaja sobre la observación del tiempo, y sobre la aplicación de las ideas relativas al tiempo como guía para la implementación de una vida bien vivida. ¿Propósito egoísta? La pregunta plantea el problema en un lugar al que el problema no pertenece. La premisa falsa es que la realidad necesita la promoción del altruismo para luchar contra los males. Es falso que esa actitud tenga resultados positivos, es falso que los males puedan eliminarse o que el mundo pueda curarse. La realidad confirma una y otra vez que es a través de la aceptación del inevitable escenario individual como base de todo sentido y de la libre expresión del deseo particular como se genera algún tipo de riqueza o aporte.
Esa sospecha de egoísmo que uno dirige hacia sí mismo de manera espontánea y regular es en realidad una pura resistencia a la entrega, a la aceptación de las obvias leyes de la realidad. (En muchas operaciones prevalecen los fantasmas: en la política kirchnerista -en todo movimiento “popular”, por definición-, en la infelicidad neurótica, en el miedo autoprovocado o en el miedo base, en la religiosidad, en la híper moralidad).
para poder ver hay que sentirse menos visto / las sociedades no están enfermas, son así / el pensamiento atrasa / hay que volver a mirarlo todo / no hay que buscar originalidad sino autenticidad / no respeto, historia, seriedad sino osadía, deseo, informalidad / el melodrama puede ser superado / no existe el pueblo, somos nosotros / hay ideas que seguimos usando sin darnos cuenta de que ya vencieron