viernes, enero 27, 2006

Capítulo de Amor y País: Sobre el progresismo


En mi libro Amor y País / Manual de discusiones, hay un capítulo que se llama "El retroprogresismo", y alude a esa mentalidad que nace en la izquierda y pasa por ser en muchos casos el sumun de la buena conciencia: el progresismo. Cargué en el blog auxiliar de "100 Volando" la parte del texto que lleva por título: El progresismo expresa una mentalidad ignorante e inmadura. No comprende la vida ni quiere comprenderla.

Link: aquí.

10 comentarios:

tibu dijo...

cabe aclarar que el "progresismo" del que hablas es el "progresismo a la argentina", pues en otros lugares (no tan lejanos: Chile, Uruguay, el mismo Brasil) progresismo es algo totalmente distinto al estado de "indignación y resentimiento" permanente de nuestros "progres" de café...

...Ricardo Lagos, Tabaré Vazquez una Michelle Bachelet son ejemplos envidiables de "progresistas"...

Fabiana Bump dijo...

Hola!
Mi blog es una novela completa.
Cada capítulo es un post. Y tiene por supuesto un índice.
Está en:
http://mentasalucinantes.blogspot.com

Creo que es una muestra de cómo, con nada, puede hacerse algo más o menos interesante. Y eso es progresismo, al menos para mí.
Saludos!!!
Hippel

Anónimo dijo...

Hace un tiempo vengo pensando en algo parecido con respecto al progresismo que se construye en Argentina.Ultimamente se ha refugiado en la idea de los derechos humanos y el indigenismo. Un caso para observar es la confederación mapuche residente en la Patagonia, que reclama para sí derechos por sobre los derechos de cualquier persona nacida en este país. Se consideran ^originarios^de esta tierra, como si nosotros no fueramos también originarios si nacimos acá, no es posible que por haber nacido años después esto se convierta en una desventaja para los que no pertenecemos a la etnia mapuche. Me llama la atención el grado de violencia y de rebeldía adolescente que comienzan a mostrar.Claro que no todos son así, pero creo que es un tipo de progresismo alentado por algunas ong`s que debemos comenzar a observar con atención.

Anónimo dijo...

este blog hay mucho que piensan que la tienen tan clara, como los naSSis.

Anónimo dijo...

SARCASMO
claro, como se atreven estos negritos aborigenes a reclamar derechos!!! los unicos que tenemos derecho a reclamar somos nosotros los blanquitos hijos de europeos.
En ningun pais los nativos tienen mas derechos que los demas.
FIN DE SARCASMO

Dieguistico! dijo...

Antes que nada, me parecen brillantes tus reflexiones sobre el "progresismo", más que nada porque hay que tener valor para rebelarse contra lo que sería ser un intelectual "políticamente correcto" que lleva el Página 12 debajo del brazo y añora décadas pasadas cual paraíso perdido.
Una cosa interesante es que toda la obra del "progresismo", lejos de mostrar optimismo y amor al progreso, es una colección de negatividades, de rencores, de resentimientos.
En cambio, el pensamiento que acá se tildaría de "reaccionario" (los clásicos del liberalismo, por ejemplo) suelen tener un tono absolutamente opuesto: cuando uno lee a Adam Smith no puede dejar de observar el optimismo del autor, la fe en el progreso, el asombro ante los avances de la técnica, en un mundo bastante similar al que Marx, por ejemplo, describe lleno de odio de modo tenebroso.
El lenguaje de la izquierda "progresista" generalmente abreva en palabras como "lucha" o "resistencia", y no palabras como "progreso" o "esperanza".

Andrés Martínez dijo...

La definición de Alejandro es buena, pero podría agregársele algo: quienes se enrolan en esta nada denominada "progresismo", comparten un perfil, acaso una característica psicológica, que está dado por su apuesta permanente hacia la ruptura de cualquier noción de orden con la que se topen, sea esta del origen que sea (natural, social, religioso, etc).

Basta que el "progresista" detecte en la sociedad algún orden (por ejemplo económico) para que quiera destruirlo, y denuncie que es injusto, arbitrario, perjudicial.

Desde esta óptica, es claro que aquello que llamamos progresismo está completamente desvinculado de la búsqueda de la verdad. Al progresista (al auténtico progresista) no le interesa si algo es verdadero o falso, y mucho menos si es bueno o malo. Basta que advierta que para que sus antecesores (familiares, profesionales, académicos, etc, etc) es bueno o respetable, para odiarlo automáticamente por ese solo hecho, sin analizarlo realmente.

Quizás suene exagerado lo que digo, pero los adcriptos a esta ¿corriente?, parecieran vivir en una perpetua adolescencia, aplicando su tiempo a detectar justamente esas nociones de orden que la sociedad respeta o asume, para atacarlas, denigrarlas y, si es posible, destruirlas.

Ejemplo: La Sra. Bonafini ha dicho reiteradas veces que su posición respecto de cualquier asunto, puede averiguarse muy fácilmente: De cualquier cosa que opine la Iglesia, ella está en contra (sic). Ello demuestra, a mi juicio, cuan infantil (o más bien, adolescente) es el modo de razonar progresista. A la Sra. Bonafini no le interesa si lo que opina la Iglesia en algún tema es más o menos correcto, o se ajusta más o menos a la verdad. Ella ya "sabe" a priori, que está en contra.

En fin, creo que los ejemplos podrían ser muchos más, comenzando por el de nuestro actual presidente, que habiendo saciado el apetito adolescente de la progresía vernácula (mediante el descuelgue de cuadros, promesas museológicas, y pretendidas derogaciones de leyes penales con efecto retroactivo), puede darse el lujo de hacer absolutamente cualquier cosa (v.gr. pagar 10.000 millones de dólares al FMI), sin que a los previsibles lectores de Página 12 se les mueva un músculo.

La única explicación que encuentro para tal esquizofrenia, es la que esbozé al princio: Al progresista le importan un pepino la pobreza, la injusticia, y la corrupción.

Su único objetivo (su única obsesión) es destruir, y escogerá siempre el camino que le permita saciar este apetito, sea que vaya al norte, sea que vaya al sur.

tibu dijo...

Martin, de lo mejor que lei respecto del tema....suscribo 100%.

Vicente dijo...

Dentro del mar de subjetividades creo que hay cosas objetivas en la vida: el cuerpo para el sujeto (su parte animal), el dinero símbolo para el intercambio de mercaderias (en la cual se incluye el sexo desde años inmemorables), la división entre pobres y ricos y la superadora seres poderosos y seres débiles y sobre todas las demás la muerte.
En política hay una objetividad, aunque retroactivamente, se puede observar "lo que hicieron", y se ven claramente sus hechos: terrorismo, alianzas con la agencia de seguridad de estado de EEUU, y por sobre todo boicotear a los movimientos populares argentinos, y una vez en el poder "ponerse" con el dinero de la reserva de la nación sin nisiquiera chistar o negociar mejoras, no tener inversión extrangera (además de Venezuela claro) y tener una economía conservadora para unos pocos... Los hechos valen más que mil palabras haa y aclaro hay progresistas católicos también..y muchos, por lo cual "el progresista" es una categoría de sujeto más allá de sus creencias, supersticiones, nivel económico y color de piel.
Saludos... muy buen post Martín

Anónimo dijo...

Quería realizar un comentario con respecto a la persona que hizo mención a Adam Smith. Sólo si tomamos un criterio ahistórico podemos tomar a su pensamiento como "reaccionario".

El mismo Marx reconocía el carácter progresista de la burguesía. De hecho, la misma burguesía hasta el año 1848 se lanzó a diferentes insurrecciones y revoluciones contra los residuos (y no tanto) del absolutismo.

Por otra parte, el pensamiento de Marx no es sombrío, ni tenebroso sino las relaciones sociales que describe en su época (que tampoco es exactamente la misma que describe Adam Smith). Y además, si se leyera directamente a Marx, se observarían cómo reconoce el legado de Smith, especialmente en la obra "El Capital". Puede acordarse o no con Marx, pero primero hay que leerlo y conocer la realidad histórica de la época. Muy pocos historiadores se animarían a discutir lo paupérrimo de las condiciones de vida de la clase obrera en las primeras décadas del siglo XIX.


Por lo tanto, las categorías de "reaccionario" son ahistóricas para el caso de Smith. Y desligar la categoría de "progreso" de Marx y
el marxismo también denota un profundo desconocimiento. Y, antes que contesten, por favor distingan el pensamiento marxiano del marxista.

Aclaro que no concuerdo con la mayoría de los posteos de este blog.

Cordialmente,

Manuel Muñiz
Profesor de enseñanza media y superior en Historia (UBA), docente de nivel medio y terciario e investigador.

Related Posts with Thumbnails