Los malos no engordan
Ayer almorcé con Raul Juste Lores, un periodista brasileño (ex corresponsal de la revista "Veja" en Buenos Aires) con el que grabé un programa para 100 Volando TV que saldrá al aire en Febrero, y en la conversación surgió algo que me parece sensacional. Raúl es flaco y come mucho. Al comentar el asunto dijo que no engordaba "por maldad". ¿Cómo? Así se dice en Brasil, me explicó, de la gente que come en grandes cantidades sin subir de peso: Nao engorda de ruindade. La idea es -desarrolló- que ser malo requiere mucha energía, y de esa forma la comida no se gasta en cuerpo sino en acciones ruines.
De aquí se disparan muchos pensamientos:
1. que un buen método para adelzagar (o de cuidar el peso) es desarrollar la capacidad para hacer el mal.
2. que esta visión coincide con lo de "gordo bueno": el alimento o grasa acumulado es agresividad contenida, deseo jugado para el lado de la inhibición y no para el de la acción.
3. que llamamos "ser malo" a lo que deberíamos llamar entonces "estar bien parado en el ejercicio del deseo propio", con lo que esto supone de egoismo, relativa inmoralidad y autoafirmación.
No sé si Raúl será malo de verdad o no, pero la cosa me dejó pensando.