viernes, diciembre 28, 2007

Apuntes desde Ostende

La costa argentina es fría, ventosa, poco confortable. El mejor de los soles necesita que el aire resigne un poco su libertad y se quede quieto, y además el agua debe domar su pasión antártica para que querramos meternos entre las olas. Las primeras sensaciones, a nivel del pie y hasta la rodilla, desalientan, proponen más una prueba de coraje y voluntad que un agradable baño de mar. El que visita las playas vive la aventura de desafiar los elementos, o de ser desafiado por ellos. Uno tiende a sentirse más un griego luchando contra la adversidad del dios del mar que un garoto a punto de refrescarse la bronceada piel.

Hay quien siempre prefiere estar a resguardo y leer, y gusta de estas playas precisamente porque las sabe cómplices de su necesidad, playas que nos mandan de vuelta a la habitación, para confortables siestas y largos reposos. (Cosas todas posibles en el caso de que no se tengan chicos chicos, indómitos reclamadores de toda la atención adulta disponible, nuestro exigente caso… que licúa muchos de los posibles regocijos.)

El que lee se entiende con un mundo exterior inhóspito, tal vez su pasión por la lectura tiene precisamente ese origen, la necesidad de meterse para adentro, de viajar sin moverse, de conocer mundos interesantes sin tener que hablar con nadie, de vivir aventuras a través de interpósitas creaciones. Por eso los ambientes intelectuales suelen ser tan neuróticos, porque están compuestos por personas con dificultades para el intercambio y con tendencia a restarse hacia un universo interno en donde todas las cosas son representaciones y no del todo cosas.

Los lectores, que somos también los que escribimos, después hablamos de la experiencia de leer glorificándola, como si se tratara de una elección nuestra y no de la imposición de una necesidad que no hemos decidido tener, y le damos a la lectura la apariencia de una ocupación superior, con la que incluso podemos despreciar un poco a los que no la tienen, a los directos, aquellos que tienden a las cosas sin las vueltas de la simbolización exagerada que necesitamos. Sí, la lectura tiene sus valores, nadie pretende negarlos, pero uno de sus equívocos consiste en que en la mayor parte de los casos los lectores leen sobre no lectores, sobre personajes o situaciones en las que la lectura no es el elemento principal. Es decir, los lectores aceptamos al mundo leído, mucho más de lo que somos capaces de aceptar al mundo concreto y real.

Descansar cansa. Dormir mucho da sueño. Es como si el cuerpo aceptara que es momento de aprovechar para hacer un service general de la personalidad, y desactivara todas las funciones posibles. Uno se pierde en tanta nada, genera una distancia con su realidad normal, distancia destinada a renovar la sensibilidad. A eso le llamamos vacaciones, y pueden dejarlo a uno extenuado.

Escribir es ponerse en renglones, integrarse a esa existencia paralela, a ese canal productivo de la lectura, meterse en radio conciencia y operar los controles, divertirse, andar en pensamiento, conectar y conectarse, lograr el punto de bienestar de la mirada y dejarse llevar por las cosas. Entrar en la escritura es entrar en el mundo. ¿Y no era que los lectores se habían ido, que huir de todo?

Bueno, digamos que el mundo del darle vueltas a las cosas es una oportunidad que sirve tanto para perderse como para encontrarse. Un sistema de producción de aventuras que hace que cada uno viva la suya.

El despelote de los chicos es el mejor despelote posible, una catástrofe positiva, la caída de meteoritos revitalizantes.

Seguiría escribiendo pero tengo que ir a la playa a complementar a mi mujer, que se quedó sola con los dos y …

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente, brillas en este tipo de escrituras.

Humanoide dijo...

Yo amo los libros. Me obsesionan y de una manera u otra, mi vida gira en torno a la literatura. Sin embargo, no soy ingenuo. Frente a la posibilidad de perder el tiempo junto al mar, con la familia, los libros no valen gran cosa. A lo sumo, puede ser un pasatiempo como cualquier otro. Pero es necesario hacer caso omiso de las solemnidades que a veces guardamos sin verdadera justificación frente a la impresión que nos causa el intelecto que, a decir verdad, hace tiempo que viene dando muestras de una bancarrota que cada vez parece más y más irreversible.
Ya está bien con los intelectuales.
Aguante la costa.

Pepe Trueno dijo...

Lo que siempre quisiste escuchar, de la peor manera posible.
Soy Pepe Trueno, y esta es mi Navidad:

Como festeja la gente, las fiestas de Navidad
Los padres la pasan comiendo, las hijas pierden la virginidad
Se amontonan mensajes cristianos, con frases de vieja raigambre,
Unos se llenan la panza, otros se mueren de hambre

Siento en las fiestas que están, una mano muy obscura,
Pero eso es muy normal, pues la festejan los curas.
La estrella de Belén, guió a los tres reyes magos
Por que los encontró preguntando ,”¿ donde esta el dichoso establo?”
.................

Anónimo dijo...

Qué bueno escucharlo nuevamente !
Tenía temor de que hubiera entrado en una depresión...
Felíz Año 2008 Alejandro !
Un abrazo
Carlos

Anónimo dijo...

Ale, me diverti mucho leyendo tus apreciaciones sobre la lectura, la costa argentina y las vacaciones porque parece que me leíste la mente.

Anónimo dijo...

hermosa foto!!!

pero, che, uff...sos de esos? Sos tan argentino?
Se ve que sí. Se ve que sos de esos que se quejan de que todo no sea perfecto.
Pero, en serio, date cuenta de que tu imposibilidad de disfrutar, de tu permanente búsqueda de la incomodidad hace que tu mujer (que como es mujer, se siente responsable de todo) se sienta incómodo y sienta culpa.
En vez de pensar en el viento, ¿porque no pensás, Alejandro, en esas dos bellezas que son tus hijos?
Dale, no hinchés los huevos.
Relajáte, disfrutá.
Estás en el mar, estás en la arena.
¿Osho no te enseñó a valorar lo que tenés por sobre fijarte en lo que no tenés?
No tenés una mar con agua tibia, ni el clima del caribe, pero tenés hijos hermosos, una mujer que seguramente es hermosa y brillante.
Disfrutálo, dale. No jodas.
Besá a tus hijos, decile a tu mujer que está linda, decile que estás feliz de estar con ella en Ostende.

dale, hacelo.

besos y suerte!!

Julián Rodriguez Orihuela dijo...

Bueno, veo que el aire de mar inspira con pensamientos interesantes, aunque lo más probable es que el mérito no sea del mar.

Me resultó muy graciosa y algo nostálgica tu reseña sobre las playas argentinas. Creo que se podría resumir en que la costa argentina está diseñada para dormir la siesta en el hotel.

También me gustó tu defensa de la no-lectura (qué fea me salió la frase, ¿será porque leo poco?), la defensa de la lectura se convirtió en la sacralización de un continente y no del contenido. Estaremos de acuerdo en que la televisión mayormente produce contenidos que no ayudan demasiado al nivel general, pero eso no quiere decir que leer cualquier libro de porquería mejore la cultura.

Me voy una semana al Balneario San Cayetano (encontralo si podés...) a meditar, leer, sacar fotos, comer, etc., ya que Neptuno se pone hostil por esos lugares.

PMS dijo...

La arena que se pega, más con el protector, el viento, pica la arena,,, la nena se mueve 50 cm y se pierde en medio de la gente, el calor, el pirulinero, se cae el pancho a la arena, se derrite el palito helado, !te dije que lo comas rápido!!!! si es así, y no lo entendí hasta hace 3 años, ahora soy un experto. Pero la energía y felicidad que te transmiten tus hijos jugando en la arena, caminar con ellos en la orilla o hacer un castillo de arena mojada tampoco tiene precio. Lo imprescindible: Llevar a tu mujer que te libere 1 horita para aislarte en un libro o descanzar los ojos escuchando el mar...

PMS dijo...

y lo mejor para este año!

fernando dijo...

Muchas veces leo y me encanta escaparme. Otras, prefiero ser contemplativo. La busqueda de la belleza, interna o de los demas, es siempre un camino hermoso de ser transitado. Claro, hay traumas y celulitis, pero cada tanto tenemos la oportunidad de encontrar alguna respuesta o alguna cola infartante. Disfruta la playa, Alejandro, y disfruta la compania de tu esposa e hijos, pero nunca te olvides de llevar algun librito (o el hediondo diario) bajo el brazo.

Anónimo dijo...

La playa argentina es inaceptable. Viva Dostoievski.

P_R dijo...

no rectificaria nada de lo que decis pero agregaria que "entrar en la escritura no solo es entrar en EL mundo... sino en UN mundo".

todos mis mejores deseos para el proximo año y muchas gracias

Paloma Roca

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta las circunstancias actuales en Paquistán, Al Qaeda debe ser vista a partir de este momento como una potencia nuclear.
El escenario ha cambiado.

laura dijo...

¿qué tiene que ver el culo con la memoria?

¿porqué si estás con tu familia no puede molestarte el agua fría y el viento, y la sal y el protector 80mil?

A mí, la playa no me gusta. Leer a la sombra sí. Pero no a la sombra de una sombrilla. No. SOmbra posta. Y si estoy en zona de playa, ir a la tardecita. Ya estoy grande, mis hijos también.

Ya pasó. Ya pasa, y tan rápido.

BESO A VOS A XIMENA Y A TUS CACHORROS

LAURA

El texto me hace acordar a tus escritos de "bienvenidos a mí" Cómo me gusta ese libro!

Anónimo dijo...

por que leemos mucho? 34 %para levantarse minas 33% aumentar nuestro ego 33% porque lo enocontramos atractivo.

es una teoria personal. jajaja

al margen, nada en demasia esta bueno, leer todo el tiempo y no vivir la vida real es perjudicial para la salud (mental).

los que hacen culto de su lectura es patetico.

Anónimo dijo...

Qué suerte Alejandro que todavía lees!!! Yo con tres pequeños, uno de ellos de 4 meses, tardo dos meses en leer un libro. Pero la clave está en no claudicar. No me rendiré. Aunque el sueño me gane, leo aunque sea una o dos hojitas por noche. Muy buen 2008!

Anónimo dijo...

Buenísimo el post!!!
Gracias por compartirlo! Entré a ver qué decías porque el blog de Xime me intrigó... Mandale un beso y disfruten las vacaciones como más les guste.

Anónimo dijo...

Como dijo, el filósofo, cada uno hace lo que puede. Leer sirve para soportar la existencia, y para olvidar el mundo real, que es patético. Polémica al margen, ¡muy bueno el post!

Anónimo dijo...

Lee (si te quedan fuerzas!!!) "Al sur de la frontera, al oeste del sol", de Murakami. Niños, playa, costa atlantica, una pesadilla y una verdadera prueba de amor. Felicidades!!!!!!

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