Alegría, fluidez y ligereza 2
Si no hay alegría, fluidez o ligereza en lo que haces, eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que hacer. A veces, simplemente, basta con cambiar la manera de hacerlo.
Ahí tenemos un principio de observación y una tarea: ¿hay en nuestra vida cotidiana una sensación de liviandad o de peso? Uno pensaría en primer lugar en una modificación del objeto, y se imaginaría en vez de en una ciudad gris y fría en un lugar soleado y vacacionando. Eso transforma la experiencia de la insatisfacción en una esperanza, en algo quieto, una añoranza. (A muchos les sale un estilo de rememoración, como si la opción fuera un estado perdido). La idea propuesta es contraria: hay una forma de hacer lo que estás haciendo que permitiría que esa calidad buscada fuera encontrada sin ningún cambio aparente.
1 comentario:
Buen punto de vista... A veces se comente el erron de pensar que hay que cambiar de actividad, cuando en realidad lo que tenemos que cambiar es la actitud....
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