martes, agosto 26, 2008

¿Qué hacer con los libros?


Los que padecemos el vicio de los libros… basta de hipocresía: los que somos fanáticos acumuladores de libros, o bien porque nos gusta leerlos o bien porque disfrutamos del ambiente que se arma al tenerlos cerca, sabemos que una vez que crece una biblioteca se transforma en algo así como un habitante más de la casa. En las mudanzas se hace evidente: mudar los libros es más trabajoso que mudar efectos personales o que mudar la ropa, al menos en los casos de hombres poco coquetos y muy dedicados al ensimismamiento explorador del mundo que se produce en la lectura.

¿Qué hacer con una biblioteca?

Opciones:

  1. Armarla: comprar, comprar y recibir de regalo, comprar nuevos y comprar usados, buscar en otros lugares, encontrar, sobre todo encontrar cosas que a uno le pertenecen por interesarle tanto, que por fin son nuestras como siempre debieron serlo. Hacerles espacio en la casa, poner estantes, dibujar bibliotecas y decirle a Tito como las tiene que hacer, poner más estantes, pedir más bibliotecas, recoger alguna estantería tambaleante de la calle y pintarla para ponerle más libros. Fijarse si están bien agarradas, fantasear con que los estantes ceden y algún pariente queda atrapado, o que a alguien se le revienta la cabeza de tanto peso editorial.

  2. Disfrutarla: servirse de ella algo no leído, como quien dispone de riquezas innumerables (eso es lo que en realidad sucede), repasar los lomos y los nombres, ordenando la sucesión de lecturas, agarrando dos o tres para examinarlos y ver a cual quiere uno dedicarle atención, rebuscar en los lugares más difícilmente accesibles los títulos de los que uno tiene menos conciencia, etc. Hay quien (yo) disfruta de la aventura constante que provoca una biblioteca desordenada, en la que su dueño mismo no sabe qué va encontrar, cuando y dónde. La biblioteca es así un mundo de sorpresas. Siempre está la posibilidad de agarrar esa biografía de Cleopatra comprada tan barata y volverse faraón. Además, qué lindas quedan las paredes forradas de libros, acolchadas por las palabras, los sentidos, las ideas, las historias. Paredes revestidas de momentos de intensidad, y me refiero a los momentos de la lectura o a los de los personajes mismos: todo está rodeado de mundo humano, de hechos, datos, imágenes, momentos. Difícil sentirse solo.

  3. Depurarla: no se pueden tener tantos libros, algunos completamente al pedo, ¿cuándo voy a volver a leer este, que ni siquiera me gustó tanto? ¿Y este otro? ¿En qué estaba pensando cuando lo compré? O bien: este tema no volverá a mi vida, me hartó. O bien: uf, este regalo no lo quiero ni ver. O bien: este tipo es un tarado, no quiero tener sus palabras en mi casa. Se junta cada tanto en cajas una cantidad de libros y se echan de casa. Al reciclaje de una librería que canjee libros usados (se pueden conseguir cosas buenísimas, pero no se soluciona el tema del espacio dedicado a la página, en todo caso se reduce en un porcentaje menor), o a la donación patriótica. Pero la donación es medio rara, porque se trata de los libros descartados, ¿acaso uno “dona” la parte de su espíritu que desecha, su desperdicio? Estas ideas que me parecen una bosta las doy a los pobres que las van a aprovechar: no es una linda actitud. Se dona a la basura, entonces, por más que antes de la basura siempre hay alguien más que mira las cosas antes de mandarlas a la destrucción final.

14 comentarios:

goolian dijo...

El problema con las bibliotecas para mí es su crecimiento constante.
Compré hace dos años una biblioteca de pared a pared y de suelo a techo, algo así como 16 metros cuadrados de libros y ya estoy falto de espacio.

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Dentro de 25 años releer este post se sentirá un total anacronismo. Los maravillosos SONY READER y AMAZON KINDLE, dispositivos dotados de la tecnología de "papel digital" se harán accesibles a todo el mundo y habrá - creo muy a mi pesar porque soy librero - una revolución en cuanto a nuestra relación con la lectura.
Hoy mismo se puede acceder a esta tecnología maravillosa que nos permite almacenar una pequeña biblioteca en el lugar que antes ocupaba un solo ejemplar por sólo U$S 300; y sin los problemas que hacían imposible o muy dificultosa la lectura en dispositivos electrónicos.
Por otra parte, habrá una verdadera democratización del conocimiento, pues ya mismo los clásicos cuestan U$S ¡0,99!.
Vale la pena investigar.

Así que lo mejor que se puede comenzar a hacer es ir transformando la biblioteca en archivos de AMAZON KINDLE y eligiendo un lindo empapelado.

Imaga dijo...

Hace poco depure mi biblioteca..y me encontre en la disyuntiva de no saber que hacer con los "desechos".
Mi madre con buen tino me sugirió dejarlos en un banco de plaza.

Me parecio buena idea, pero todavia paseo con ellos en una bolsa en el baul del auto...

Anónimo dijo...

Mi biblioteca es puro caos. Los libros se caen y estan todos tirados por el piso. No se por que disfruto de que sean asi pero me atraen siempre las cosas mas sucias; me da la imprecion de que estan mucho mas vivas.

Tengo libros manchados con sangre!

Tengo libros manchados con comida!

Mi campera no la labo hace meses!

Me baño todos los dias. Eso si.

Santiago Javier dijo...

De mi modesta biblioteca, espero que algún día sea algo razonable, en este momento están de más: tres libros de la saga HARRY POTER, en su momento me entretuvieron, ahora ya no valen nada para mí... Creo que el resto está bien, si bien hay algunos que leí y no me gustaron , en el futuro puede que tengan otra chance....

Lisandro FT dijo...

Me parece que en la sana actitud de depuración, ejercicio de nuestro maravilloso espíritu crítico, la donación a otros no es una mala actitud. Suponer que todo lo que desechamos es absolutamente malo implica suponer que nuestro discernimiento es absoluto e infalible, idea que raramente, si alguna vez, vemos en personas inteligentes. Por otro lado, el proceso de selección y calificación (en este caso, como algo que no nos resulta de interés) es valioso en sí mismo. Por qué no ayudar a que otros también puedan hacer ese ejercicio?

Saludos!

Lisandro

Alejandro Rozitchner dijo...

Tiene razón Lisandro, tiene...

Lisandro FT dijo...

ja! es que tengo un vocabulario muy limitado, tengo... Para la próxima agarro un diccionario de sinónimos.

laura dijo...

Mi biblioteca está obsesivamente ordenada. Cada vez tengo menos lugar. No regalo libros -mal, muy mal- pero no tengo la capacidad de decidir cuáles no quiero más. Seguramente hace dos años no quería algunos que ahora sí quiero. Menos mal que no los regalé.
Me gustan las pilas de libros en mi dormitorio, me gusta tener cerca los que están en danza.
Y llevarlos a pasear.

Alejandro Rozitchner dijo...

Lisandro: no escribí así como una referencia a tu estilo, que es perfecto, era un modo gracioso de decir que creo que tenés realmente razón, que a uno puede servirle lo que a otro no.

susrey dijo...

Cuando intento hacerlo, siempre encuentro algo que no me deja. Los libros tienen en sus páginas algo oculto y nunca desciframos el porque estan allí, un recuerdo, regalo, frases marcadas, hasta las revistas viejas muchas de ellas estan guardadas en algún cajón de la biblioteca. Linda la nota Ale, recorde que tengo que buscar UPA, mi primer libro. Chau

Anónimo dijo...

Regalo mis libros, los olvido. Nunca he vuelto a comprar un libro del que me haya desecho. A mis treinta y cuatro años mis libros me hacen pensar en la muerte (lo que en sí mismo no es malo): algunos libros que disfruté nunca los volveré a leer: que los lea alguien más. Hay tan poco tiempo para leer; he pasado mi vida leyendo y apenas coincido con Alejandro en dos o tres libros de los que menciona. Bueno, tal vez exagere y no sean dos o tres, pero es sensible la diferencia. Saludos a todos.
P.D. Alejandro, ¿Por qué nunca puedo ingresar un comentario en tu blog con mi login de google/blogger? Extraño misterio.

Lisandro FT dijo...

Todo bien. Por ahí soy yo el susceptible, ya que mi "estilo" pedantoso, que pretende ser una parodia de la pedantería¿, a veces causa gracia y otras, hincha las pelotas.

Comentario al comentario de David: fijate si te sirve esto: probá primero loguearte en tu blog (si tenés alguno) y luego posteá tu comentario. Yo he tenido el mismo problema y he encontrado que de esa forma funciona.

Saludos!

Lisandro

Anónimo dijo...

Guardo muy pocos: Orígenes trágicos de la erudición, Genealogía de la moral y algunos así... de consulta. Lo demás regalo todo. Y las novelas, ni hablar. Vendí las de Dan Brown a 5$ traer haberlas leído y prestado y uno de la feria dijo: "5$? yo jamás pagué tanto por un libro".
Hay un taller literario. Cada año dono 50 relucientes nuevos y lindos libros. Les digo un secreto. Igual nos vamos a morir.

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