viernes, noviembre 14, 2008

Fragmentos de mi libro "Ideas falsas": Las apariencias engañan


Esta idea podría haberse formulado también como todo lo que parece una cosa es en realidad otra, y alude al hecho de que es una costumbre interpretar lo visible como algo que oculta la verdad de las cosas. Es un automatismo enloquecido el decir siempre que lo que parece claramente una cosa es en realidad otra y es un placer de todo el que cultiva un perfil de enterado el poner al otro en ridículo acusándolo de crédulo o de ingenuo.

Se llaman apariencias porque es una forma de aludir a lo visible en relación con un fondo. Para el que cree que las apariencias engañan la verdad siempre está en el fondo, pero en un fondo que desde acá no se ve.

Otra posición es la que dice que el fenómeno en vez de ocultar la esencia la manifiesta. Esta manera de plantearlo da vuelta el problema. Dice que lo visible, la apariencia, en vez de ocultar la verdad, la muestra. Es como decir: esencia y apariencia son lo mismo. Cosa que también se dice de otra forma, que resulta más linda y fructífera: la verdad está en todas partes.

El problema con la pasión por el fondo es que jamás se logre aceptar algo de lo explícito como verdadero o consistente. Es decir, el arte de la interpretación es pertinente (decir que lo que parece A puede ser B, no hacemos otra cosa en estas columnas), ya que muchas veces lo que vemos debe ser indagado para captar su verdad, pero lo que no es correcto es descartar de entrada todo lo visible como falso o como algo que intenta engañarnos. Muchas veces –las más- las cosas son realmente lo que parecen.

Por supuesto que hay cosas que no se ven a primera vista, que hay que aplicar inteligencia para observar y detallar y comprender. Pero se trata de entrar en la densidad problemática de las cosas, no de eliminar apariencias sino de comprenderlas.

La verdad está en todas partes quiere decir que el vaivén de buscar entender se encuentra con argumentos o facetas que son todas verdades, que hay que ubicarlas en los planos que corresponden, pero que todas tienen lugar. La realidad vendría a ser como un diamante tallado, llena de formas y de aristas, de brillos y reflejos. La apariencia no es algo sencillo, contiene toda la complejidad de lo profundo, el problema es aprender a mirarla, a entenderla, a captar sus sentidos.

Tal vez en lugar de declarar a las apariencias falsas es mejor camino considerarlas más verdaderas de lo que uno está dispuesto a considerarlas. Tal vez podríamos decir, en vez de las apariencias engañan algo así como que lo que se ve es más complejo de lo que parece.

La imagen es de Jean Arp.

Link: "Ideas falsas" en Bienvenidos a mí.
Link: Librería Capítulo dos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente, no habia visto este concepto antes, pero si. creo que de lo que hablas es del escepticismo, que lleva a no creer en nada, a negar constantemente la realidad y las posibilidades. En general es un acercamiento que viene de emociones de no poder, lo que vos tanto traes a colacion en tus escritos.
Muy bueno.
Un ejemplo que voy a traer de mi experiencia es que tuve unas discusiones con amigos que piensan que en EEUU no hay tal libertad como "parece ser". O sea, para ellos esa libertad es solo estetica, para afuera. Lo cierto es que esa libertad se puede comprobar en otros aspectos, no solo en el estetico. Por ejemplo tienen la libertad y el vuelo de crear internet, facebook, google, y tantas otras cosas... o sea es una cultura bastante fluida, en contra de lo que dicen los "escepticos" de que es solo una "apariencia".
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno lo dice la canciòn de Drexler ..."la vida es mas compleja de lo que parece"
Apropòsito¿Te gusta Drexler?
Lo fuì a ver al teatro...me impresionó...fanàtica yo ? nah

Unknown dijo...

Creo que el poder de esta hipótesis, tiene una raíz profundamente emocional y habita en cierta paranoia del temor al engaño. Su vigencia no pertenece al móvil de la búsqueda de la objetividad; donde por supuesto, tiene una función valida. Sino que como vos decís, funciona como una membrana de experiencia. Una suerte de escudo protector a las malas intenciones del simulador. Lo malo del asunto es que se convierta en una especie de patrón con el cual medir el mundo. Terminas amargo como jarabe para la tos.

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