lunes, noviembre 17, 2008

Teoría del celular (parte 1)


Los celulares son un prototipo de comunicación telepática. Lo cual quiere decir, creo, dos cosas. La primera, que vamos en camino a un futuro en donde los aparatos sean tan minúsculos que estén insertados en el cuerpo, y desaparezcan, quedando sólo la capacidad de conectarse selectivamente de mente a mente (fantasía, por el momento, pero fantasía alentada por los avances de la nano robótica). La segunda, que el concepto central para aplicar en la comprensión del fenómeno de la telefonía celular es el de la intimidad. Los celulares vehiculizan un acercamiento entre los seres, una proximidad que las personas buscan y necesitan, un contacto lo más inmediato posible. Juntando los dos puntos podríamos decir que los celulares proponen una forma de llegar al otro y de estar tan cerca suyo que da la impresión de que se hubiera logrado superar de un modo espectacular las habituales barreras físicas que nos separan.

¿No era parte del sueño tecnológico de unos pocos años atrás? Tener un aparatito con el que poder hablar telefónicamente desde cualquier parte, ¿no era lo que de chicos buscábamos conseguir con los siempre deseados y siempre decepcionantes walkie-talkies? ¿Alguien había pensado que además se podría sacar fotos, llevar música, grabar video, tener una agenda y juegos, navegar en internet, todo en un aparatito mínimo, del tamaño de la palma de una mano? El celular, que ahora miramos ya con costumbre, es un prodigio cotidiano para todo aquel que tenga más de veinte años. ¿Para los demás, para los nuevos? Su mundo, su punto de partida. Su standard. Impresionante. Estamos siendo pioneros en una capacidad que llegó para quedarse.

La foto es de un cementerio de celulares. Ver aquí.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro lado del asunto:
http://www.whnt.com/Global/story.asp?S=9339006&nav=menu108_1_4

Anònimo Juan

Barullo dijo...

Yo nací sin celular y puedo vivir tranquilamente sin uno. Lo uso por cuestiones laborales, pero nunca me compré ninguno (todos los que tuve me los regalaron). Tengo un abono mínimo de 35 pesos por mes y siempre me sobra. Y me olvido casi siempre del celu cuando salgo.
Creo que, de todas formas, habría que actualizar la ética a los nuevos tiempos. Por ejemplo: me parece de muy mal gusto que me manden mensajes de texto haciéndome una pregunta y YO TENGA QUE PAGAR POR RESPONDER. Casi nunca respondo. Si el que pregunta necesita una respuesta, me parece de mal gusto hacer pagar la llamada al que le soluciona el problema, en lugar de hacer la llamada esa persona. Loco, si querés algo, decímelo, no me obligues a escribir con ese teclado de m...

Raúl Soria dijo...

Ale coincido en que los celulares acortan distancias, generan intimidad cuando se esta lejos.
Como también aveces, su mal uso genera mas desencuentros que encuentros; como todo recurso mal empleado, sucede que aveces el celu genera una mayor intimidad y uno hasta termina dialogando, como fue mi caso con mi pareja cosas que se debian dialogar personalmente... pero como dije antes lo malo no es el recurso, sino el empleo.
Lo que si detesto son los aparatitos de radio; los NEXTEL y sus derivados, me molesta su ruidito... pi pi pi...
Y mucho mas cuando la gente te manda alertas... es estresante y adictivo su uso.. ja

Anónimo dijo...

como conclusion de los ultimos dos mensajes (Estoy de acuerdo en ambos casos) es que quizas el recurso (como bien lo llama Soria) esta adelantado a la capacidad de los usuarios. O sea que todavia el buen uso de ese recurso no ha sido aprendido por muchos.
La pregunta de siempre es esta mal o bien el celular? habra gente a favor y en contra, pero quizas nos podemos acercar a una verdad si decimos que el celular acelero ciertas cosas, o sea, al idiota, lo ha puesto mas idiota, mas aislado en su idiotez, y al buen usuario le ha mejorado la vida, le ha ayudado a crecer en ciertas formas. No se, es parte de mi teoria.
Saludos,
Ramiro

Anónimo dijo...

Totalmente cierto Alejandro.
Y comparto que lo que puede causar problemas es el mal uso, pero no el aparato en si. Esto ocurre con cualquier cosa que se use en extremo. Comer en extremo, hacer deporte en extremo, cualquier cosa llevada al extremo hace mal.
Tampoco veo un merito en decir "no tengo celular, no lo uso y puedo vivir". Es logico. También se puede vivir sin corriente electrica, y sin otros tantos inventos maravillosos. Lo que me pregunto es, ¿para que? Las cosas son mucho mas amigables y mucho menos invasibas de lo que se cree.
Es más, no solo lo veo como algo poco meritorio, sino como un signo total de debilidad.

Magonia dijo...

Ummmm... yo era fanático del aparatito que usaban en viaje a las estrellas. Quería ser el Capitán Kirk cuando sacaba su especie de motorola de tapita de hace diez años y hablada desde cualquier parte con cualquiera...
En fin, hoy tengo abono libre y no me importa pagar la factura, con tal de poderlo usar para hablar, navegar la web, chatear y todo lo que sea cuando tengo ganas. Hasta me encanta hablarle a mi primo de Madrid desde el celu subiendo el Uritorco. Aunque me cuido porque sale mucha plata...
Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Dos aclaraciones sobre mi comentario: donde dice invasiba, lean invasiva.
Me gustaría dejar en claro que no me refiero puntualmente a "barullo" y su mensaje cuando hablo de los orgullosos por no usar ciertas tecnologías.

esteban dijo...

Yo en 1988 vi el primer celular. LO
o portaba un jefazo del Citi y costaba 3000 dólares. Hoy lo usa la señora de la limpieza y cuesta 50 dólares. Ese es el maldito capitalismo, tan denostado: de como un milagro tecnologico, se junta con una demnada mutitudinaria y el precio cae a la nada y las prestacienes suben al infinito. Y aun hay tarados que se quejan: queda re-progre putear contra el celular, viste?, tan invasivo...
¿Porque no pedimos que vuelva Entel, estaticemos todo y estamos hechos?

Barullo dijo...

Todo bien, Titán, no me sentí aludido, a pesar de lo "cavernícola" de mi anterior mensaje.
Ya que estoy, aprovecho para meter más inconvenientes al aparatito (aunque, como bien dicen antes, el problema es el chabón que lo usa, no el aparatito en sí): me rompe soberanamente las pelotas cuando en un cine, teatro, conferencia u otro evento en espacios cerrados con público, a un idiota le suena el celular. ¡Ponelo en vibrador!

Anónimo dijo...

El cambio tecnológico es imprevisible e inevitable y, como si eso fuera poco, más veloz que el cultural. ¿Volver hacia atrás? Podría sostener que sólo obedece a la nostalgia de "mi patria es mi infancia", pero que nos baste con que es imposible. Durante milenios la gente murió con más o menos la misma tecnología con la que había nacido. ¿Suerte o desgracia? Eso ya no es así. De los autores que he leído es Arthur C. Clarke el que más se interesó por este tema. En "Regreso a Titán" (1975) describe algo muy parecido al celular y en "3001 La odisea Final" (1996 - Secuela de 2001) propone un firewall sub-craneal para poder filtrar lo que transmitan los nervios ópticos y auditivos ¿Decide no ver más publicidad de gaseosas? entonces la señal jamás le llegará al cerebro ¿No desea recibir llamadas? podrá hacer que los ring-tones nunca alcancen su corteza cerebral. ¿Imaginativo, no? Bueno, también me lo pareció el celular en 1975. Por último, y ya que estamos con Clarke, a los que les guste el género, en "Factor detonante" (2000) juega con los dilemas de encontrar, por casualidad, una tecnología que cambiará al mundo de la noche a la mañana y no necesariamente para bien. El celular, como tantas otras cosas, está aquí para quedarse y evolucionar junto con su fabricante (dicho esto en el más darwinista de los sentidos). La pregunta del millón no es qué nos parece, si no qué haremos con él.

Julián Rodriguez Orihuela dijo...

Para los que quieran un relevamiento más imparcial sobre los peligros del celular, la wikipedia es mejor que muchos artículos de "especialistas":

http://en.wikipedia.org/wiki/Mobile_phone_radiation_and_health

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