domingo, noviembre 16, 2008
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La perversión humana no tiene límites. Hay hombres que secan a los tomates, sometiéndolos a temperaturas devastadoras... ¿Para qué? Para, una vez que están secos, volverlos a humectar, sumergiéndolos en agua. ¿En qué quedamos? ¿Por qué no se deciden?
en 1:06 a. m.
Etiquetas: costumbres
6 comentarios:
Ja ja
Bueno, yo he pensado lo mismo alguna vez. De todos modos, el gusto del tomate seco es algo distinto y muy rico.
¿Esto es una metáfora sobre algo?
...
Jua!
Como sea, es como lo de la carne seca o el bacaláo o los hongos ¿no? formas antiguas de consevar la comida y la verdad que ahumados son pa chuparse los dedos.
Sí, suena tan ilógico como otras cosas típicamente humanas.
Igualmente, supongo que secan los tomates para poder conservarlos, ya que frescos se echarían a perder con más facilidad.
Obviamente que para consumirlos hay que hidratarlos nuevamente.
Personalmente, no me gustan demasiado ni los tomates frescos (salvo en salsas) ni, mucho menos, los secos rehidratados.
tomates secados al sol en lugares como mendoza, multiplica sus propiedades, y se almacenan...duran mucho
Son riquísimos, Alejandro!
No hace muchos años no existia la heladera, y habia técnicas para conservar los alimentos. No es ilógico, era una necesidad. Se mantuvo ese uso porque tienen un sabor especial.
Pero me parece que el comentario tiene otro sentido, y por lo que supongo puede ser, opino que tambien es una necesidad para lograr un cambio, o solo un experimento para ver que resulta.
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