viernes, enero 30, 2009

Qué es un partido político hoy


Una complicidad moral, una aventura de poder, un grupo de acción coordinada, un eje de trabajo social. Un deseo de mundo construido en base a otros. Un mecanismo para desarrollar un paso en común que afecte al difícilmente concebible (pero no por eso menos real) cuerpo nacional. Una trama de relaciones sociales de personas que aspiran a reorganizar las cosas. Un grupo de amigos que no se conocen, pero que comparten posiciones y deseos y por eso se sienten amigos aunque no se hayan visto las caras. Un club de guerreros controlados (que depusieron las armas y los métodos cruentos), que cultivan su unión como un modo de enfrentar problemas, inventar soluciones, superar la acción de otros grupos a los que consideran no tan capaces ni enfocados, ni tan positivos para el desarrollo de la sociedad.

Un partido político es hoy algo incierto. Por eso la necesidad de volver a decirlo, de redefinirlo, de pensarlo de nuevo, y sobre todo, de organizarlo según nuevos criterios y nuevas necesidades. Nadie sabe qué es un partido político hoy, qué debe ser, cómo darle funcionalidad y sentido, porque nadie se ha tomado el trabajo de reinventar lo que se cree ya definido para siempre. En vez de hablar de la crisis de los partidos políticos, aludiendo al proceso como si fuera un deterioro, tendríamos que ser capaces de entender que estamos aludiendo a un movimiento, y con toda seguridad a uno que expresa oportunidades de cambio, de mejoría, de crecimiento.

La crisis de los partidos debe ser leída como parte de un proceso político nacional, en el que la credibilidad se deteriora y la participación parece haber desaparecido, pero en donde –bien mirado- el mundo adopta nuevas formas necesarias y busca su nueva efectividad. No llegaríamos a ningún lado si no entendiéramos que en nuestro habitual despelote hay nuevas formas que están gestándose, buscando su lugar, empezando a mostrar sus contornos. La visión desesperanzada o crítica sólo expresa, una vez más, una voluntad de encierro y de fracaso, lo que es un acostumbrado uso de la energía en nuestro horizonte nacional de frustraciones y desencuentros. En vez de hacer de la política un arte del desarrollo al servicio de la felicidad, con demasiada facilidad y frecuencia hacemos de ella un camino para lograr fracasos y desesperaciones, y para satisfacer de esa forma un ansia patológica de caída e impotencia.

La pregunta se abre en muchas preguntas: ¿qué es la militancia hoy?, ¿de qué hablamos en nuestra compleja realidad cuando hablamos de valores, de política, de transformación social? (Y es necesario entender que una sociedad es siempre una transformación constante, porque las comunidades no son entidades fijas sino procesos de cambio continuo). ¿Es necesario hoy que un partido político tenga locales? ¿Para hacer qué en ellos? ¿Puede crearse un partido nuevo, es necesario tener una infraestructura material de alcance nacional o es posible establecer mecanismos de comunicación y participación virtuales que suplan aquellas viejas formas sin perder, o incluso ganando, vitalidad? ¿Pueden los medios ser las vías de un armado rápido y distinto?

Detrás del aparente desinterés de una sociedad por la participación posible es justo interpretar la existencia de nuevas participaciones aun no diseñadas, aun no elaboradas, para ocupar el espacio vacante de una política futura. El partido que interprete que de esta crisis se sale retomando con vigor las antiguas y fundacionales conductas políticas estará al hacerlo demostrando su estilo negador del mundo. El partido que por el contrario entienda que su sentido es el de vivir, con los medios disponibles hoy, y con las determinaciones de las nuevas realidades, su carácter de aventura compartida, que intente conectar personas entre sí, y conectarlas también, básicamente, con intenciones de rediseño social, será el que avance en la recreación de estas instituciones sociales –los partidos- dándoles nueva forma y conectándolas con las realidades a las que deben responder. No es una situación de ningún modo lamentable, es un llamado a despertar nuestra poderosa creatividad.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno si que esta interesante que alguien piense la politica desde ese lugar... aunque no concuerda con el lugar desde donde intentas cambiar las cosas.
Siempre que no sea un discurso politicon que destruye cada una de las palabras, conceptos, herramietas y cosas hermosas.
Por si las dudas yo me atajo. Asi que te da un responsabilidad hablar de estas cosas.

Podes ilucionarnos inutilmente. Si nos traicionas.
Podes cambiarnos la percepcion. Si no lo haces.

Te haces cargo o te titulo de sokete astronomicon! capiche?

Anónimo dijo...

La creatividad política es un bien preciado en las sociedades donde la política y el civismo se encuentran arraigados, y se ha visto que su proceso transformador y biencomunista es algo por lo que se debe abogar constantemente.

En cambio, en sociedades de política subdesarrollada, donde los "guerreros" no han depuesto armas (violencia política, corrupción desenfrenada, amiguismo desesperante, inutilidad), la creatividad es una moneda chiquita.

Me resulta más interesante, en nuestro país, el tema del poder político y la representatividad, el acceso y fluctuación de ambos. Acá está plenamente demostrado que podés tener las mejores ideas, las mejores intenciones - e incluso un puñado de hechos trascendentes - y ser un don nadie, subyugado tanto a la ignorancia representativa como a la presión insostenible del que ocupa los asientos.

Semana Onírica dijo...

Alejandro Dolina una vez comentó (no me acuerdo citando a quién), que la política es un hecho inevitable. Incluso cuando intentamos desapegarnos de ella, pues decir "no me gusta la política" es en sí, hacer política.

Yo creo que el accionar político del futuro viene no necesariamente de las agrupaciones que ya llevan varias generaciones, sino de los emprendimientos que accidentalmente vienen a poner a un grupo de personas siguiendo la mmisma intención, para lograr una acción concreta. Ejemplo que me gusta, los obreros que se juntan a reabrir fábricas. Por ahí no suelen tener ideales en común, pero al perseguir un objetivo, un bien común, ahí es donde funciona la política. Yo siento que la política funciona en estos días cuando se separa del hecho cultural que representa como fenómeno político, y de los estandartes (ya folcklóricos) sobre los que se alza.

Ricardo Fasseri dijo...

Los Partidos Políticos han quedado vaciados de contenido porque se los ha usado más como medio de acceso al poder que como alternativas de gobernabilidad.

El mayor problema para mí, es que nunca hubo un partido liberal en serio, y todos los países desarrollados del mundo, en los últimos 20 años crecieron gracias a esas ideas.

Aquí significan otra cosa, y la gente las rechaza. El último que dijo que era liberal, creó monopolios privados, una Corte dependiente, corrupción etc. y de los anteriores ni hablar...

Así, los partidos sólo buscan conseguir trabajo a sus militantes, sin convicción, sin propuestas, sin saber bien qué hacer en temas concretos.

Algún día tendremos que dejar de filosofar y hablar sobre qué hacemos con determinados temas, y tratar de lograr un "consenso mínimo", algo que trascienda incluso el cambio de Partidos en el Poder.

Todos los países serios lo hicieron. Nosotros debemos definir primero el espacio liberal. Liberal pero en serio!

Anónimo dijo...

Me tenté y busqué lo que dice la Constitución nacional respecto de los partidos políticos...y "dice" que son "instituciones FUNDAMENTALES del sistema democrático”.

Pensar que hoy son...un circo...

Ricardo Fasseri dijo...

Los partidos políticos argentinos todos cumplieron. Digo cumplieron con los errores y aciertos que sus propias ideas implicaban.

El sistema político de partidos se desgastó porque faltó un partido liberal en serio. Como en la España de Aznar, la Francia de Chirac, entre otras.

Al no tener ese partido liberal en serio, el sistema sufrió el desgaste de la falta de resultados, y llevó a la decepción de la política.

Para colmo, los que se dijeron liberales hicieron cualquier cosa y quemaron la "marca".

Estoy harto de ver gente que se dice liberal y son fachos, oligarcas, reaccionarios, religiosos cualquier cosa menos liberales...

Por eso el malentendido. Va ser necesario que aclaremos que es el liberalismo en serio, que no es, y luego, ver si se puede armar un partido politico ó trabajar sobre los dos de la oposición para ver si armamos un partido Liberal en serio...

Ricardo Fasseri dijo...

Disculpen por los dos mensajes, pensé que el primero no había salido. Por suerte, no es "doble mensaje"..je.

Oscar Batista dijo...

El artículo "Qué es un partido político hoy", lo considero excelente, muy bien logrado.

Anónimo dijo...

Muy acertado. Me gusta eso de hacer un partido con los medios de hoy, quizá electrónicos. Por qué no partidos apolíticos también. Gente que se una para tratar asuntos de interes común aún viviendo lejos. Es poderoso el alcance de la idea. Imaginarse que aquí en Venezuela retrocedemos 100 años o más!!!
Que mierda son los dinosaurios del tiempo. No nos dejan vivir y avanzar como se debe, en una sociedad que debería buscar, a travez de su autoreconociemiento, la felicidad esperada (un poco a medias, pero posible).

Bueno saludos desde acá...

Y suerte!!

Anónimo dijo...

"Un partido politico como un grupo que depone las armas y metodos cruentos": Hay que tener cuidado con esto porque los partidos politicos toman las armas. Primero la derecha para callar a la fuerza los reclamos, y luego la izquierda revolucionaria como unico medio que los grandes burgueses le dejan. La izquierda no es reaccionaria porque primero agrede con la fuerza fisica el grupo que gobierna. No hay que olvidar que Peron asume democraticamente y que ciertos partidos politicos en alianza con el ejercito lo echan. Y luego al peronismo no le queda mas que alzarse en armas, porque no le dejan otro campo.

Javier dijo...

Urgente hay que hacer un reconversión de los partidos políticos.

La forma tradicional murió.

Militancia, palabra que nunca me gusto, no entusisasma a nadie. Reuniones de comite improductivas,anulación o fraude de elecciones internas,slogan de campaña,ensuciar toda una ciudad.
Gastar una fortuna en publicidad y a los militantes no le tiran 10 pesos para comer una pizza.

Hoy casi todos tienen internet, en cyber o en casa.
Reuniones interactivas con web cam, armar bases de mail lo mas amplias posibles,se ahorra tiempo y plata
Internet es un semillero de muchos temas, nuevas formas y tamaños.
Hay que buscarle la vuelta.

Saludos.

PD: también para tus talleres de escritura.Talleres interctivos.

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