viernes, febrero 06, 2009

Personal


Cada persona es un individuo y no un ejemplo del abstracto ser humano: no hay modo de crecer sin tomar en consideración esos matices estrictamente personales que determinan nuestra huella digital anímica, nuestro estilo determinado, nuestra historia, nuestros gustos, nuestro precioso potencial único. El éxito no surge de eliminar todo lo que es personal en nosotros sino de lo contrario, de tomarlo en cuenta al punto de poder estructurar con ello nuestro camino de desarrollo personal. Y en esa aventura, el entusiasmo se vuelve el eje orientador que tanto necesitamos.

Imagen: Henri Edmond Cross

5 comentarios:

MARIMALS dijo...

Excelente... ando en esa, toda una búsqueda... la de uno mismo. La de hacer que los lugares/momentos por donde pase no sean uno más, al menos en mi vida. Un abrazo Alejandro.
Mariano.

Ricardo Fasseri dijo...

Está muy bueno lo que decís, porque muchas veces, uno trata de modificar la huella personal para ser aceptado, ó tener éxito con los demás, y lo único que logra es desdibujarse.

Creo que este tipo de enfoque es el que más me gusta para el libro.
Porque creo que en realidad, mucho de los objetivos deseables para vos, lo son para la mayoría, el tema es que no todos podemos alcanzarlo ni sabemos cómo...

A quíen no le gusta tener entusiasmo, se afirmativo en la vida, estar lleno de proyectos e ir para adelante??

Por eso a mi me gusta más que lo enfoques desde el lugar de este post. No tanto desde el objetivo final, ó desde la visión provocadora del blanco ó negro, sino de ir desmenuzando los obstáculos ó trabas que tenemos ó nos inventamos para no fluir en nuestros deseos.

Suerte con el libro!

Maga h dijo...

"Huella digital anímica" Excelente, hombre "palabra".

perogruyo dijo...

El entusiasmo, entusiasma.

Tus preguntas acerca del entusiasmo en un post anterior me recordaron la contribución de un niño grande o un "loco lindo" como Federico Manuel Peralta Ramos, quien tuvo al entusiasmo por su religión: La Religión Gánica

Aquí sus mandamientos.

Anónimo dijo...

¡¡hermoso!!

Si los seres humanos nos pudiéramos mirar así cada día, descubriendo nuestra propia huella digital anímica, sumarla a nosotros y no dejarla de lado, seríamos más felices.

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