Un inquilino llamado Parkinson (Gerardo Otto VLASICH )
Vean todos los señores propietarios que terrible jugarreta del destino soportar a un gringo prepotente hace más de diez años de inquilino
Empezó como siempre lo hacen todos prometiendo lo bueno y lo mejor Me dijo que era tímido y callado y por eso temblaba de emoción.
El contrato lo firmó con nombre falso varios años después me fui a enterar porque Parkinson tiene mala fama y no hay forma que le quieran alquilar
Le renté el lado derecho del cerebro y el ladino ahí nomás se entusiasmó sobre todo al tomar conocimiento de que yo era joven, zurdo y cabezón
Renové dos veces el contrato pues prometía que pronto se iba a ir por no pelearme con ese caradura hasta quise aprender a convivir
Muchas veces me acusó de ser injusto cuando le digo que no lo aguanto más y que en cambio le tendría que dar gracias pues gracias a él dejé de trabajar.
Con la idea de lograr desalojarlo contraté los más famosos abogados un estudio jurídico importante del doctor Levodopa y asociados.
Pero al final me terminaron convenciendo y escuchen muy bien lo que les digo si no podes desalojar a tu inquilino es mejor que trates de ser su amigo
para poder ver hay que sentirse menos visto / las sociedades no están enfermas, son así / el pensamiento atrasa / hay que volver a mirarlo todo / no hay que buscar originalidad sino autenticidad / no respeto, historia, seriedad sino osadía, deseo, informalidad / el melodrama puede ser superado / no existe el pueblo, somos nosotros / hay ideas que seguimos usando sin darnos cuenta de que ya vencieron
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Un inquilino llamado Parkinson (Gerardo Otto VLASICH )
Vean todos los señores propietarios
que terrible jugarreta del destino
soportar a un gringo prepotente
hace más de diez años de inquilino
Empezó como siempre lo hacen todos
prometiendo lo bueno y lo mejor
Me dijo que era tímido y callado
y por eso temblaba de emoción.
El contrato lo firmó con nombre falso
varios años después me fui a enterar
porque Parkinson tiene mala fama
y no hay forma que le quieran alquilar
Le renté el lado derecho del cerebro
y el ladino ahí nomás se entusiasmó
sobre todo al tomar conocimiento
de que yo era joven, zurdo y cabezón
Renové dos veces el contrato
pues prometía que pronto se iba a ir
por no pelearme con ese caradura
hasta quise aprender a convivir
Muchas veces me acusó de ser injusto
cuando le digo que no lo aguanto más
y que en cambio le tendría que dar gracias
pues gracias a él dejé de trabajar.
Con la idea de lograr desalojarlo
contraté los más famosos abogados
un estudio jurídico importante
del doctor Levodopa y asociados.
Pero al final me terminaron convenciendo
y escuchen muy bien lo que les digo
si no podes desalojar a tu inquilino
es mejor que trates de ser su amigo
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