miércoles, diciembre 24, 2008

La excepcionalidad argentina


Si hay algo en lo que parece fácil coincidir, algo en lo que a casi toda la gente le gusta estar de acuerdo, es en que las condiciones de vida en nuestro país son excepcionales en un sentido negativo. La Argentina les parece a muchos el centro de la chantada universal, un país en el que todo se hace mal, en el que todo es trucho y de segunda. Según esta visión, el argentino es un ser mediocre e incapaz, especial, único en su estupidez. Afuera, en otros lados, las cosas son en serio. Todo se hace con más compromiso y eficiencia. Como si nuestro país fuera una especie de parodia de la realidad, y nosotros fantasmas, transparentes para la mirada de cualquier canadiense, por ejemplo.

Siguiendo por ese camino es fácil llegar a la sensación de que acá las cosas no son siquiera reales: los árboles parecen menos árboles que en Europa, las nubes menos nubes que en Estados Unidos, el cuerpo menos cuerpo que en Japón. Pero, ¿es más viento el viento de un país desarrollado? ¿Es más amor el amor de las parejas europeas? La impresión de que el ser humano hubiera desarrollado su infamia de manera especial en la Argentina y más precisamente en Buenos Aires es una especie de una arrogancia al revés, como si sólo nosotros pudiéramos llegar a esos extremos de desastre. Y qué querés, estamos en Argentina. ¿Cuántas veces se ha oído esa frase? ¿Cuántas veces la hemos dicho? ¿De dónde viene, qué quiere decir? ¿Por qué se expande esta visión tan fácilmente?

Su efecto es siniestro. Damos lugar a un cinismo despreciativo que produce con facilidad lo que tememos. La realidad responde a la fuerza con la que se la alimenta y vive. Esta creencia en una falta esencial de valor produce desánimo y empobrecimiento. No puede decirse que la realidad sea entre nosotros menos realidad que cualquier otra, pero sí puede observarse cómo esa creencia construye algo similar a lo que denuncia. Encierra una renuncia al ejercicio de una fuerza personal más luminosa y creativa, una renuncia al protagonismo individual sin el cual ninguna comunidad puede considerarse viva.

Lo cierto es que los problemas que enfrenta la Argentina, siendo concretos y particulares, son al mismo tiempo universales, es decir, provienen de la misma fuente que los problemas que se encuentran en cualquier otra parte del mundo. Esa presencia del mal en la realidad es inevitable, no puede haber realidad perfecta al modo en que nuestros sueños la imaginan. ¿Serán entonces los sueños, en vez del estímulo positivo que creemos, un engranaje en el motor de la creación de desencanto? Esto, que a muchos les suena como una resignación preocupante, es el simple reconocimiento de una verdad.

Decir que no puede no haber problemas graves la presencia del mal no puede ser evitada no es tampoco una posición quietista. Ni siquiera es una posición. Es el mero reconocimiento de las condiciones de existencia de la vida, y la única forma de no perder eficacia en la acción posible. Más que sueños necesitamos ganas, más que imaginar mundos perfectos necesitamos querer el nuestro. Pero claro, las personas contagiadas de la pasión crítica no quieren actuar, no quieren hacer algo. En su niebla creen que sus palabras son muy importantes, un gran aporte. Están enamorados de la descripción negativa mediante la que se sienten superiores sin serlo.

La realidad es difícil, problemática y no lo es entre nosotros más que en cualquier otra parte. Hay lugares del mundo dónde se vive mejor materialmente, hay sociedades más civilizadas que la nuestra. También hay muchas que lo son menos. ¿O habría que darse cuenta definitivamente de que no tiene sentido la comparación?

La idea de que “lo que pasa aquí no pasa en ninguna parte” es sólo hija de la mirada cínica y desencantada del argentino. Es un dolor buscado, amado, como si la confirmación de la miserabilidad de la existencia fuera una especie de fiestita íntima con la cual cada persona se regocija internamente. Superemos esta sensibilidad amante de la desgracia.



La imagen es de Gabe Brown.

16 comentarios:

Santiago Javier dijo...

Tenes razón, eso hacemos los argentinos... Una crea todo lo que piensa y así estamos....

MARIMALS dijo...

Excelente. Será esto de que tanta mala onda sólo nos predispone a afrontar las cosas de modo negativo, y por eso nos suele ir flojo?
Hay que salir del agujero interior!
...A la vida hay que hacerle el amor...
...jugar con la imaginación, sin tener que pedir perdón!

mono dijo...

Lúcido y fresco. Se nota que tenés el ojo de cazador de taras bien calibrado. Salú.

perogruyo dijo...

El sociólogo Julio Mafud escribió en 1959 "El desarraigo argentino". Aún hoy me impresiona la inteligencia de su análisis.

desarraigo: Falta de interés o lazos con el entorno en que se vive.

Recuerdo que explicaba el desarraigo tanto de los que vinieron a "hacer la América" y lo lograron, como el de los que no lo lograron y decidieron quedarse pero añorando. También mostraba el fenómeno del desarraigo entre los padres inmigrantes y sus ocupaciones a las que menospreciaban pese a que les procuraban una forma eficaz de sustento y progreso. Cómo le inculcaban a sus hijos "el estudio" como forma de ascenso social ("M'hijo el doctor"), cuando éstos, bien prodrían haber seguido, tal vez exitosamente, la profesión de sus padres, muchos de ellos muy hábiles manual y prácticamente.

Creo que explica, en alguna medida, nuestra decadencia y "desarraigo", falta de lazos, como "cultura" y sociedad.

Ricardo Fasseri dijo...

Existe la postura que describís, y también la opuesta.
Hay un grupo de pensadores que desde hace años vienen diciendo que somos lo suficientemente buenos como para poder vivir aislados, "vivir con lo nuestro", y hoy están el el Poder...
Hay gente que se compara con los países desarrollados sólo para echarles la culpa de lo que nos pasa. Hoy día, si la escuchás a Cristina, compara y encima se anima a decir que somos mejores...

Esa comparación "lastimera" y "quejosa" de la que hablás, no es sincera. De hecho, cuando viajamos, somos considerados soberbios... Nos creemos los mejores del mundo, y en muchos lados nos detestan por eso!.
La autocrítica desmesurada, no es más que un acto de soberbia para decir que no podemos ser tan pefectos como creemos que somos.
La comparaciones constructivas, en cambio, aportan. Sobre todo para acercar nuestros criterios de autovaloración, muchas veces desmesurados, bipolares, a la realidad...

Anónimo dijo...

Un buen post. Detras del de Tomas Abraham sobre el mismo tema. Aunque el si lo nombra a Oscar Teran. Y bueh, estamos en Argentina.

Silvina Carlomagno dijo...

Que bueno que vos podes ordenar cosas que yo a veces pienso.Es como si fueramos una especie de adolescente orgulloso de ser el peor de todos.
Esa vanidad que se nos adjudica es, una jactancia por ser los reyes de todos los males.
¿No seremos siemplemente humanos?
Tal vez tengamos que buscar nuestras propias soluciones a los problemas de todos.

Anónimo dijo...

Gracias Ale por este año!!! Te deseo revolución, primavera y amor!!! Argentina apesta porque el mundo apesta. . . pero yo lo voy a cambiar!!!
God!!!

tibu dijo...

quizas lo mas frustrante es que siendo un país con tantos recursos, tanto potencial...nos quedamos a mitad de camino, es como que siempre tenemos que resolver los mismos problemas, la calidad de los problemas en Argentina no evoluciona...que exista desnutrición en Argentina es una aberración y que cada año y medio desde hace mas 10 a algún canal de BA se le ocurra mostrarla muestra lo recurrente del problema...eso frustra y potencia el cinismo y la decepción.....

...dicho esto, creo que haces un buen punto en tu blog, pero eso no debería impedir reconocer una cierta mediocridad de eso que llamamos "sociedad argentina"...

Anónimo dijo...

Te felicito Alejandro, comparto plenamente tu comentario. Saludos.

Anónimo dijo...

La democracia sin libertad, produce mediocridad!

No me podes negar que tenemos lo peor de Italia, el desorden, la mafia, la arrogancia, el amiguismo (el arte y la historia quedó allá, el catolicismo vive mas aca que allá), lo peor de España, la mediocridad, la indefinición (los valores españoles quedaron allá), lo peor de Francia, el pseudo idealismo (como puede ser que hayan venido franceses y "Libertad, Igualdad y fraternidad" son solo palabras en esta tierra?), tenemos influencia cultural de la parte vacia de EEUU y no la tenemos de los ideales de sus fundadores.

A ver.. que tal esta??? A que no sabes a quien tenemos de los Alemanes??? Tenemos un presidente descendiente de la gran Alemania y justo éste alemán tomó lo peor de ese país!!!

No hace falta que lo discuta nadie, esta a la vista!! Nadie quiere comparar! Que tenemos? peores tierras? NO!

En vez de superar nada, deberíamos aceptar lo que somos, y lo dice una persona contentísimo de que sus antepasados se hayan subido a un barco a nowhere para abandonar la vieja y quedada Europa!

Amo Argentina, pero no me gusta!
Si tuviésemos libertad e igualdad sería otra cosa!! Los pocos genios geniales que tenemos estuvieren en lo que hacen mejor, y estuvieren 'arriba' dirigiendo los destinos del país y todo el resto aprendiendo de ellos, sería otra cosa!! Sin libertad, mitad en los countries mitad en las villas!!
JLC

Unknown dijo...

Si, nefasta expresión ideológica. Absolutamente impotente y generadora de grandes desastres sociales. Funciona como un cliché cultural que se va pasando de generación en generación. El signo mas evidente de que esta sociedad padece de una clase de autismo cívico, de una falta de empatia con el habitat y el otro que presenta caracteres psicopatológicos. Siempre dispuesta a grandes epopeyas absurdas(Malvinas, en 1982, por ejemplo), pero temerosa y timorata a cambios concretos y practicos. Su inconsciente esta plagado de mitos y fábulas, como el de habitar en un suelo generoso y rico hasta el infinito, cuando su presente es una constante lucha por lo escaso. Tantas y tan grandes irrealidades, solo puede generar el presente al que estamos acostumbrados. Despertar nos haría tan bien, abandonaríamos el status de hijos de la tierra prodiga, pero nos volveríamos humanos concientes de sus limites. pero con gente tan convencida de que lo sabe todo,¿como podría aprender algo nuevo?.

Anónimo dijo...

Ruta 2: 90% de conductores viola el límite de velocidad
Eso no pasa en ningún país del mundo!! E insensatos son aquellos que quieren controlarnos!!! Se debería multar al 10% que no viola el límite y este país sería el mejor. Se debería encarcelar a quien NO es corrupto!! El país es de la gente, no lo podrán cambiar nunca, me causa gracia Macri tratando de ordenar el transito!!

Anónimo dijo...

El paisaje es lindo.

E. dijo...

Nuestro problema, ya lo dijo alguna vez Scalabrini Ortiz, es la tierra, la fertilidad de nuestras pampas. El argentino es un extranjero que, en menos de una generación sobre este suelo, aprende a no trabajar, a que todo crece solo, olvidando como por arte de embrujo la cultura de nuestros antepasados, que debían, en Europa, China o donde fuere, hacer crecer comida de las rocas y de debajo de la nieve. De este modo, la máxima pericia del argentino arraigado se desarrolla en el difícil arte del atado con alambre: nada más le es necesario, pues el resto lo da la vida. Y si las cosas no salen bien, bueno, la culpa siempre es ajena, del destino: ayer le cabía a la granizada, a la sequía, y hoy al neoliberalismo, al peronismo, o al mundo que apareció de golpe con sus crisis para arruinarnos la vidurria (como si ésta no hubiese sido producto de ese mismo mundo sino algo forjado de la nada por nuestros preclaros mandatarios). He visto incluso a los chinos, seres laboriosos si los hay, inaugurar un supermercado nuevo y trabajar todos los días de 8 a 22, feriados y domingos incluidos; a los pocos meses, interrumpen a la media tarde, cerrando entre las 14 y las 17, y se van a las 21; al año, los feriados y los domingos abren solo medio día; a los dos años, ya ni abren. ¡Es la Argentina! Si bien he visto, raras veces, la pujanza europea en algunos individuos, en algunas familias, ¿puede ser que, aun en medio de una ciudad, aun en tareas que no se relacionan ni tangencialmente con las bonanzas o no de nuestro suelo, el espíritu de la tierra nos embruje a todos de tal modo?

Anónimo dijo...

esta bueno tu post y creo que es cierto en parte. en parte parece que lo que pones peca del mismo problema que senialas, o sea, estas mostrando un problema como si fuera especial de argentina. Todas las culturas tienen un poco de critica y un poco de la cultura de la queja. Creo que no siempre es negativa la cultura de la queja. Por otro lado, hay cuestiones materiales en Argentina que son las razones por las cuales la gente se siente frustrada e impotente. Es decir, nuestra queja constante tiene razones materiales. Yo creo que el problema no esta tanto en la cultura sino en circunstancias politicas, como por ejemplo la corrupcion de dirigentes que yo creo que no es la corrupcion "de la sociedad" como muchas veces se dice. Es verdad que la flexibilidad moral del argentino medio es un problema para nuestro desarrollo, pero para mi una de las causas mas importantes para nuestra falta de progreso es la cuestion politica y problemas puntuales con respecto a quienes llegan al poder. Argentina necesita mas firmeza institucional y mejores politicos. Claro que necesita otras cosas de todos los sectores, pero lo mas relevante para un progreso para mi es la cuestion de los politicos y la cuestion del paso del tiempo. Necesita pasar tiempo y ese tiempo debe ser uno donde no atrasemos, sino que avancemos en nuestros problemas.
Ramiro

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