Es verdad. Hubo un tiempo que me parecía que en realidad vivíamos perseguidos por un fantasma. Después la idea me pareció una forma de tomar coraje. Terminé sintiendo que igual la confrontación dejaba de ser fantástica y se hacía real. Ahora me gusta más pensar que uno se articula con las personas, y que se posibilita al lado de algunos, y al lado de otros un poco menos. El lugar es en el que uno se posibilita más explícitamente. Creo que si uno dejara la idea del enemigo como un imposibilitador quizás se volviera menos sanguíneo en la concepción de sus deseos. Más relajado y seguro. Mi afirmación sería, un amor se puede medir, por todo lo que hace posible a su alrededor. PD: Me faltó decirte que la otra parte del peronismo es que no enfrenta los problemas, los evita.
Comparto. El enemigo es el refugio perfecto para los inútiles.
Como muestra basta con escuchar a muchos de los políticos, acusando a paises o gobernantes extranjeros de males más argentinos que el mate con bizcochitos.
No coincido, el enemigo existe aunque casi siempre, por la educación, por el estancamiento, por la falta de maduración, por el poco o precario conocimiento de uno mismo. Lo vemos fuera de uno, sin darnos cuenta que somos nosotros mismos nuestro propio enemigo. El enemigo existe para mi, aunque muchas veces seamos nosotros nuestro propio enemigo.
El enemigo es por definiciòn una persona que tiene mala voluntad con otra y le desea o hace mal. No existe UN enemigo, enemigos existen todo el tiempo. Cambian permanentemente pero los encotramos a diario. Uno mismo suele ser el peor enemigo muchas veces (metaforicamente o no). También puede suceder que exista un enemigo que nos azote toda la vida, en fin hay de todo en la viña del SANTISIMO JUAN DOMINGO. Creo que hay que apuntar a pensar que las frustraciones y fracasos tienen màs que ver con nuestras acciones que con terceros en discordia. Dependemos más de nosotros que de lo que nuestros enemigos nos pueden hacer. Pero como no van a existir enemigos!! QUE ES ESTO UNA NOVELA DE LEWIS CARROL!!!
Disiento. El enemigo es inevitable, estará siempre donde queramos poseer algo que tenga cierto valor. Son tan inevitables como la naturaleza competitiva que nos impulsa. También son necesarios. Si son buenos, pueden jugarnos mas de una mala pasada, derrotarnos y hacernos ver que todas nuestros supuestos talentos son solo meras regurgitaciones del amor propio. Ahí es donde se ponen buenos, se convierten en un objetivo de superación, en una necesidad inmediata de movilizar los recursos internos para derrotarlos, dejarlos atrás y experimentar el gozo del triunfo. Derrotar al enemigo es como acostarse con una mujer que esta rebuena a la media hora de haberla conocido. Obviamente, vivir en lucha permanente es desaconsejable, pero hay que tener el músculo entrenado para el adversario. Tienen la mala costumbre de aparecer cuando no te la esperabas. Vencer al enemigo es primordial en los niños varones, marcará la diferencia entre ser quedado o audaz. Hay en el enemigo, cierta cosa pendeja que te impide negociar y te obliga a pelear. El se lo busca.
para poder ver hay que sentirse menos visto / las sociedades no están enfermas, son así / el pensamiento atrasa / hay que volver a mirarlo todo / no hay que buscar originalidad sino autenticidad / no respeto, historia, seriedad sino osadía, deseo, informalidad / el melodrama puede ser superado / no existe el pueblo, somos nosotros / hay ideas que seguimos usando sin darnos cuenta de que ya vencieron
8 comentarios:
Es verdad. Hubo un tiempo que me parecía que en realidad vivíamos perseguidos por un fantasma. Después la idea me pareció una forma de tomar coraje. Terminé sintiendo que igual la confrontación dejaba de ser fantástica y se hacía real. Ahora me gusta más pensar que uno se articula con las personas, y que se posibilita al lado de algunos, y al lado de otros un poco menos. El lugar es en el que uno se posibilita más explícitamente. Creo que si uno dejara la idea del enemigo como un imposibilitador quizás se volviera menos sanguíneo en la concepción de sus deseos. Más relajado y seguro. Mi afirmación sería, un amor se puede medir, por todo lo que hace posible a su alrededor.
PD: Me faltó decirte que la otra parte del peronismo es que no enfrenta los problemas, los evita.
No estoy muy seguro quien lo dijo ni que dijo pero creo que fue Aristoteles y "El enemigo mas dificil de vencer es uno mismo" guguel ya!
Comparto.
El enemigo es el refugio perfecto para los inútiles.
Como muestra basta con escuchar a muchos de los políticos, acusando a paises o gobernantes extranjeros de males más argentinos que el mate con bizcochitos.
el enemigo siempre es uno mismo
No coincido, el enemigo existe aunque casi siempre, por la educación, por el estancamiento, por la falta de maduración, por el poco o precario conocimiento de uno mismo. Lo vemos fuera de uno, sin darnos cuenta que somos nosotros mismos nuestro propio enemigo. El enemigo existe para mi, aunque muchas veces seamos nosotros nuestro propio enemigo.
Soria: Tiene un dos, vuelva en marzo.
El enemigo es por definiciòn una persona que tiene mala voluntad con otra y le desea o hace mal. No existe UN enemigo, enemigos existen todo el tiempo. Cambian permanentemente pero los encotramos a diario. Uno mismo suele ser el peor enemigo muchas veces (metaforicamente o no). También puede suceder que exista un enemigo que nos azote toda la vida, en fin hay de todo en la viña del SANTISIMO JUAN DOMINGO. Creo que hay que apuntar a pensar que las frustraciones y fracasos tienen màs que ver con nuestras acciones que con terceros en discordia. Dependemos más de nosotros que de lo que nuestros enemigos nos pueden hacer.
Pero como no van a existir enemigos!! QUE ES ESTO UNA NOVELA DE LEWIS CARROL!!!
SALUDOS!!
NAHUEL...
Disiento. El enemigo es inevitable, estará siempre donde queramos poseer algo que tenga cierto valor. Son tan inevitables como la naturaleza competitiva que nos impulsa. También son necesarios. Si son buenos, pueden jugarnos mas de una mala pasada, derrotarnos y hacernos ver que todas nuestros supuestos talentos son solo meras regurgitaciones del amor propio. Ahí es donde se ponen buenos, se convierten en un objetivo de superación, en una necesidad inmediata de movilizar los recursos internos para derrotarlos, dejarlos atrás y experimentar el gozo del triunfo. Derrotar al enemigo es como acostarse con una mujer que esta rebuena a la media hora de haberla conocido. Obviamente, vivir en lucha permanente es desaconsejable, pero hay que tener el músculo entrenado para el adversario. Tienen la mala costumbre de aparecer cuando no te la esperabas. Vencer al enemigo es primordial en los niños varones, marcará la diferencia entre ser quedado o audaz. Hay en el enemigo, cierta cosa pendeja que te impide negociar y te obliga a pelear. El se lo busca.
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