sábado, diciembre 06, 2008

La indignación defensiva


En la tipología humana hay una veta de indignados, personas que tienden a indignarse con facilidad por algo y dan rienda suelta a su intensidad personal bajo la forma de ese afecto seco.

Una de las cosas que uno piensa cuando se encuentra con indignados es cómo es posible que alguien se ponga en ese lugar de pureza, cuando debe tener también su falla, como todo el mundo.

El indignado se pone en situación de superioridad, pero como no suele mostrar sino reacción de rechazo no se sabe en qué consistiría su valor, en qué radica su superioridad.

Creo que Nietzsche diría que la indignación es una patología digestiva.

9 comentarios:

Lisandro FT dijo...

El post me recuerda a una caracterización que hacía Sebreli en su Historia de la Ideas Políticas Argentinas, del progresismo en tanto "la indignación como actitud política". El progresismo bienpensante al cual se refería Sebreli no es el que se usa corrientemente hoy, que denota al peronismo K. En esa época, era más bien una tendencia de ciertos socialistas, algún ala izquierda del radicalismo y del peronismo y con referentes como Chacho Alvarez o Graciela Fernández Meijide. Según me acuerdo, Sebreli enfatizaba el carácter esencialmente estéril de esa actitud, porque la indignación actúa como una suerte de anestesia e inhabilita para la acción política real. Algo tipo "qué barbaridad! me indigné, ya está, me quedo tranquilo, pasemos a otra cosa". Se podría decir que, por caso, indignarse frente a la pobreza es moralmente mejor que usarla como capital político (como lo haría el peronismo), pero creo que justamente la inacción que se deriva de la actitud de indignación es un factor que facilita el éxito de los que sí saben actuar, lamentablemente en sentidos nefastos.
Por esto me parece muy valioso, muy saludablemente "antiprogresista" que intelectuales como Tomás Abraham con los socialistas de Santa Fe, vos con los macristas de Buenos Aires y otros, participen de la acción política real, donde se concentra el esfuerzo en hacer lo que es posible, por los medios que son posibles, dentro del contexto de un mundo que es el real. Perdón por la extensión.

Saludos!

Anónimo dijo...

vos tambien te indignás mucho

Ricardo Fasseri dijo...

Lisandro, muy interesante lo que decís y la cita que hacés de Sebreli. Trabajar sobre la realidad y la acción política real es mucho menos "vistoso", menos romántico y más controvertido, pero es el único camino para no quedarse en la "queja"... Ahora, pienso que no dependende tanto de nombres ó partidos como señalás, sino de cada uno de nosotros. Hay que involucrarse. Tanto desde la acción como desde la crítica constructiva para controlar y evitar desvíos, porque siempre hay muchos intereses en juego... y esto sucede en todos lados.

Anónimo dijo...

esa foto es horrible alejandro, me indigna.
;-)

Anónimo dijo...

Vos te indignás seguido. Claro que vos no decís "¡me indigna! ¡me indigna! 'cómo me indigna" pero te indignás. Indignarse es feo y ver y escuchar a un indignado es insoportable.

Unknown dijo...

Indignarse es una forma de defenderse, de rescatarse de una situación un tanto adversa. Es sencillo: estoy discutiendo y te la tengo que ganar como sea y si veo que no puedo me indigno y punto, aunque no tenga razón, no importa, pero de arriba no te la vas a llevar. Es una manera de zafar y de paso evitar la conversación a solas con uno mismo. En mi caso, ante la derrota prefiero optar por la salida elegante.

Unknown dijo...

Los comentarios del post han dejado bien en claro que la indignación, al igual que los helados, tienen distintos sabores. Yo la siento como un especie de calentura que puede brotar por razones dignas o por la menor boludez. Es como un arrebato histérico, una suerte de acción que se debe tomar cueste lo que cueste. Emoción predilecta de consumidores insatisfechos que no logran presentar su queja al gerente y deben conformarse con exponerla al humilde supervisor. Violación temporaria y transitoria de algún derecho no escrito en ninguna parte y que suele a veces pretender la organización de una rebelión colectiva.
Frase favorita del indignado: "Me viste cara de boludo????". Manifestación circunstancial de un ego herido, con rasgos paranoides, activando las palancas por dentro.
La foto de ilustración del post es estupenda. No podría graficársela mejor.

Lisandro FT dijo...

comentario al comentario de Ricardo:

me alegro que te haya interesado. Los nombres eran sólo ejemplos. Sinceramente, no había qurido caer en la perogrullada de afirmar que si uno no se involucra los chances de conseguir que algo cambie son más bien escasas, pero, como bien decís, en nuestro contexto es algo que aún pese a eso, debe afirmarse y resaltarse. Tengo para mí que una de las contribuciones más duraderas de la Dictadura Militar ha sido la satanización de la política y todo lo que tenga que ver con ella, que ha quedado como una especie de argumento descalificador ("lo hace por motivos políticos") y expresiones como "la política es sucia" o enaltercerse con la frase "yo no me meto en política". Seguramente, para el que manda es lo mejor ("uds. no se metan en política, déjenme que toda la hago yo").


Saludos!

Anónimo dijo...

JUSTO AHORA ME LO VENÍS A DECIR???

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