miércoles, diciembre 03, 2008

La neurosis 2


La neurosis se reproduce en las ideas. Salta de un cuerpo a otro, propagándose como propuesta a través de una visión del mundo, o de la versión enrarecida de ciertas cosas determinadas. No sólo está presente en una concepción de la vida como destino de dolor o de soledad, sino también en la idea de que el valor establecido es sagrado, en la idea de que el dolor es prueba de sensibilidad (cuando igualmente podría serlo el placer), etc.

Y se reproduce también en las experiencias que vivimos, todo el tiempo, como modos sociales básicos, normales, aceptados, aconsejados y argumentados hasta el cansancio. Hay neurosis extendidísimas: el ser social normal es recortado en base a las neurosis más comunes. El futbolismo es una neurosis; la insatisfacción permanente, la tendencia a saber por qué y qué nos espera en vez de decidirse a encarar los qués y los cómos de nuestro propio querer, son neurosis habituales.

La neurosis, asi planteada, es como una enfermedad social, casi un virus, una cosa pegajosa contra la cual tiene sentido luchar. Explicarla con este grado de transparencia sirve para plantear muchas vías de operatividad. Como si habláramos de una cuestión de salud pública, que es lo que es pero no parece porque se trata de un juego de ideas. Pero los juegos de ideas son reales, objetivos y concretos, y producen efectos. No porque las cosas sucedan en el nivel de las ideas y la conciencia, que son configuraciones de sensibilidades expresables simultáneamente en varios frentes. Las ideas son cosas ellas mismas, y encarnan, transmiten, gestionan, cantidades de energía. Dar la batalla en su campo, es decir, jugar con ellas de manera de cargarlas de un sentido es una cuestión operativa, un recurso nada desdeñable. Otro de sus valores es respecto del otro, la capacidad de transimisión y encuentro que generan las ideas.

La neurosis es la visión de la vida que surge de la infelicidad. La serie de visiones, mejor dicho. La neurosis no debe ser enaltecida, ni propuesta como modo deseable de vida, debe ser señalada y superada, en la medida de lo posible. El camino de su superación es el camino del crecimiento personal, el que lleva a la vida y a la muerte, a los logros, a la plenitud accesible.

5 comentarios:

goolian dijo...

memética.
http://www.ramona.org.ar/files/r11.pdf

Anónimo dijo...

¿Cómo se lidia con la neurosis de la gente que te rodea? Hablo específicamente de los seres queridos, a los que no podemos descartar directamente de nuestras vidas... Se hace difícil, es como nadar en dulce de leche... ¿Alguna reflexión?

Anónimo dijo...

el psicólogo trabaja en este ámbito, no?

Anónimo dijo...

Y de la predisposición genética qué me decis? Hay gente que es más neurótica que otra porque tuvo una herencia genética que la predispuso a eso. A veces es una enfermedad, y no es sólo cultural.
De lo contrario preguntale algún psicólogo si puede curar una depresión, o si se pueden curar del todo la ansiedad. Cuáles son los logros de las terapias?
__Hay gente tiene que estar medicada por la neurosis. Así como un diabético necesita insulina, un neurótico necesita de una medicación.
MArcos

Anónimo dijo...

Estoy antes de acuerdo con goolian que con Anónimo Marcos. Justamente mencioné a Richard Dawkins, el padre del concepto del meme, en un comentario sobre Naturaleza/Cultura. El meme es la transmisión de conductas por imitación o aprendizaje. Alejandro habla del "futbolismo": conozco padres futboleros con hijos no futboleros y viceversa, como también las distintas combinaciones del comportamiento neurótico, lo cual descarta el fundamento genético como origen. Bastante antes, hay que decir que el concepto de "desorden" (no enfermedad) mental está hoy altamente cuestionado desde distintos lugares, y hay petición de principio al hablar de "enfermedad" mental. La incapacidad de curar una depresión tal vez tenga que ver con creer que exista algo así como la depresión. Dolina decía que su padre, cuando él era chico, decía "estoy triste", y no "estoy deprimido" o "tengo depresión". Me parece que hay mucho de conductual, de hábitos, del comportamiento, y de la interpretación: suele describirse el desorden mental como lo diferente a cierta norma, y las normas varían, entre lugares y épocas. Un ejemplo extremo: los romanos tenían derecho a asesinar a sus hijos, porque los hijos eran su propiedad; hoy un tipo que asesina a su hijo es un psicótico, psicópata, u otra cosa, y es encerrado. El desorden mental, por otra parte, lo supera el paciente, no el profesional, en el caso de que pueda, quiera, encuentre un camino.

Algunas ideas desordenadas sobre los temas mencionados.

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