martes, mayo 26, 2009

Ladridos en la distancia


Siempre en todas partes se oye ladrar un perro, ¿serán perros reales o imaginarios? ¿Y si el perro en realidad es uno, y lo que oye son en realidad los propios ladridos mentales de una realidad atascada? Cuando era chico tenía mucha furia, ahora el refinamiento de la madurez me la ha transformado en intensidad, furia trastocada que me hace avanzar sobre las cosas y me las explica, ¿a todos nos pasa? ¿Por qué queremos siempre saber si lo que nos pasa profunda e intimamente le pasa también al otro, qué pasaría si no fuera así? No va a faltar el perro que te diga que él no es ningún perro. No, yo no oigo perros ladrando, jamás, nunca oí ningún perro ladrando, y cuando era chico no estaba furioso sino contento, la pasaba bárbaro, qué lindo era todo, qué infancia feliz, qué cosa, che.

Son perros reales, que ladran a otros perros, la sociedad vista desde el piso, caminada con patas descalzas sobre meadas de prójimos perros o perras, el olor desbordante que te vuelve loco y te hace ladrar.

10 comentarios:

Semana Onírica dijo...

Amo esa foto. Extraño muchísimo a los pichichos tipo cusquito porteños. Son de lo mejor en carácter generacional demográfico. Siempre prestos a una rascada detrás de la oreja.

Acá en Praga los perros no son patrimonio citadino, son propiedad privada. No te dejan tocarlos. La reacción más análoga para que te imagines, es "eh, qué me tocás el auto?".
Y yendo más allá, tratan a los perros como hijos (y a los hijos como perros).

Santiago.

delivery post-crucifixión dijo...

Siempre tuve perro/os..., estoy acostumbrado a sus ladridos. Me sería muy difícil vivir sin estos bichos.

Tener un perro bien, da mucho laburo, pero considero que es la manera de tenerlo. Hay que cuidarlo y educarlo.

Los perros quu tengo (desde las últimas décadas) son recogidos de la calle. Es terrible la cantidad de perros que andan vagabundos, ante todo en el interior del país. También en la costa. Hay mucha gente que los abandona. Hay mucha gente hija de puta...! Esto da para otro posteo.

Ah, volviendo al tema anterior; llevo una bolsita para que no ensucien las veredas.

Nietzsche escribió: "Del hijo y del matrimonio", habría que agregar.: "y el perro" (opcional). Hay que saber tenerlos. Hay que saber cuidar lo que se tiene.

Interesante lo que comenta "Semana Oírica", bueno Praga; en este aspecto supongo que es una realidad diferente a la nuestra.

Saludos

Paul Maril dijo...

Si, Alejandro. Se escucha ladrar perros todo el tiempo. Ese es el sonido de la ciudad. Autos, perros, y televisores con Tinelli.

Anónimo dijo...

Genial!

Anònimo Juan

Juan Pablo Martínez dijo...

Qué extraño. Lo relacioné en seguida con el tema de los papeles en la calle. Tengo una tía viviendo en Viena, en donde no hay papeles en la calle, como aparentemente no hay en Ljubljana, y como imagino que tampoco habrá en Praga. Siempre detesté a los perros en general, probablemente porque los perros de mi experiencia, los perros argentinos, se parecen a nosotros. Mi tía me dice que los perros de Viena son educados: no ladran, no ensucian las calles, no hacen ruido en los departamentos; entran a un bar y se quedan sentados al lado de sus amos. En mi opinión, es una suerte que no tengan perros en la calle (¿signo de progreso, tal vez?). Me parece excesivo tratarlos como hijos, igual.

No sé si el motivo del comportamiento en estas ciudades es el irrestricto apego a las reglas; además del cumplimiento de la ley, creo que debe existir un diseño de mecanismos de presión en distintos niveles que favorezca ciertos comportamientos y dificulte ciertos otros. Es por eso que un turista argentino en Viena no va a tirar un papel en la calle, aunque en Buenos Aires lo haga. Incluso tengo la impresión de que es más probable que las cosas funcionen mejor por estos mecanismos que por la ley y el apego que se le tenga, y los mecanismos cumplen la función preventiva, cuando la cárcel o la multa funcionan después del hecho. Tal vez el logro de estas sociedades consista en haber hecho de la idea del castigo el mecanismo represor por excelencia.

exequiel dijo...

De chico siempre me preguntaba si los demas sentirian lo mismo que yo(este pensamiento realmente me perseguia a todos lados)hoy con 21 me di cunta que cada uno tiene que trbajar artesanalmente sus sentimientos y pensamientos, que a todos nos pasan cosas y tiendo a ser muy desconfiado de las personas que solo hablan bien de si mismas

Juan Acosta dijo...

desde que tengo perro no se lo que es no ladrar, ladro y aullo con el, cuando era chico sabia que el perro extia cuando se moria, hoy esta en todos lados su ladrido, el perro paso a ser un un perro , convivo con el, los cruzo en las calles iguales a sus dueños, espero de mi perro algun acto de arrojo como el de lassie o rin tin tin, pero lo trato como a un perro, hay quienes les hablan en ingles y le cuentan su ultimo romance,, habla conmigo dulce perro blanco,,,

ShopGirl dijo...

Que linda imagen!!

Quien sabe capaz son perros imaginarios o no. A veces cuando me duermo pienso que los perros que ladran al lado de mi casa no existen...si no, no me dehan dormir.
Igual creo que eso me pasa porque nunca tuve perros. :(

Beso grande

Marité Frau dijo...

Hola Alejandro, siempre te he leído con interés, aunque nunca te he posteado nada, ahora estas fotos de los perros me ha emocionado, quizás porque acabo de leer y mandarte por facebook la nota sobre la jornada del "orgullo pedófilo" que me ha dejado demasiado sensible ante la locura con la que se presentan estos verdaderos bestias inescrupulosos. Ojalá hubieran más de estos perros para ver en sus ojos que solo con una mano en el lomo y un hueso, pueden devolverte aumentando, todo eso que aunque parezca poco, se le dio alguna vez. Si los perros ladran, está en nosotros escucharlos o hacernos los sordos, si los enfermos del alma nos hablan, no podemos negar que los hemos oido, la complicidad desde el silencio es tan peligrosa como el accionar de las bestias!

PORKETEKIERO dijo...

Tengo fotos de todos mis perros, los muestro como parte del album familiar porque tambien representan diferentes partes del camino recorrido, son parte de mi historia familiar y personal. Voy a contar una tonteria,siempre hubo gente a la que no le gustan los animales domesticos porque...ensucian. En mi infancia heche de menos la presencia de un perrito, tenia un patio y en el piso inferior vivian amiguitos mios, como fui muy VARONERA tenia una pelota y fantaseaba que era mi perro y la hacia ladrar! le daba ordenes y la premiaba con cariños. Mis vecinitos creian que mi perro era verdadero y me decian DALE MOSTRANOS TU PERRO!!que egoista.!. NUNCA PRIVEN A UN NIÑO DE UNA MASCOTA son la primera enseñanza de vida y responsabilidad, hay que alimentarlos, cuidarlos y quererlos!

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