jueves, mayo 28, 2009
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El gusto es un rango estético ligado a las aventuras existenciales propias. Va desde un lado hasta otro, desde unas cosas hasta otras alejadas. La amplitud puede ser riqueza. También puede ser falta de selección...
Imagen: un súper Leger
en 7:26 a. m.
Etiquetas: sabiduría
8 comentarios:
Hay un dicho (supuestamente) popular que afirma: "Sobre gustos no hay nada escrito."
Esto es mentira, hay cosas escritas. Uno va "educando" -de algún modo, conduciendo- el gusto.
De allí el saber en las degustaciones (de vinos, por ejemplo). O saber escuchar música: diferenciar géneros, estilos, etc. O saber apreciar un cuadro.
Es bueno cultivar el gusto, te abre dimensiones inéditas.
Yo no puedo estar mucho tiempo con gente que no muestre cierta predilección por el buen gusto.
Saludos!
¿Encontrar clichés y estereotipos del tenor del "Patria Socialismo o Muerte", "Cochinos Burgueses Pitiyanquis" etc etc, en casi todas partes de mi país, y que me carguen, en consecuencia, me convierte en un tipo con gustos o anti-gustos? Porque no pocas veces me siento un marciano.
Saludos,
El gusto es lo que te gusta, tan simple como eso.
"La amplitud del gusto puede ser riqueza. También puede ser falta de selección..."
que interesante el punto de vista, puedo imaginarme que aquel que le guste "todo" es mas bien alguien que no puede renunciar a perderse de algo, tomar una decision equivocada y dejar de seguir un gusto posible...
Fernando habla del costo de oportunidad. D-post-Crux hable muy atibadamente del gusto adquirido.
Pregunta, no sienten que el gusto adquirido, ya sea vinos o jazz o la novela rusa del s. XIX, está cada vez menos fomentado ?
Hola Gollian: sí es así.
La mayoría de la gente prefiere quedarse en su inmediatez.
Cultivar el gusto, educarlo, requiere paciencia y esfuerzo.
Saludos!
A mi me gusta mi gusto, ademas gusto del gusto de otros. Pero definitivamente no me guste el gusto que disgusta por disgustar nomas.
Los gustos van mutando como mutan otras tantas experiencias en nuestras vidas.
No me imagino pasar toda una tarde escuchando a The Ramones como lo hacía en la adolescencia. Sin embargo sigo disfrutando del brit pop.
Hoy no podría leer tanta sci fi como cuando existía la revista El Péndulo que era mi disparador hacia la colección Minotauro.
No sé si resistiría un ciclo completo de Greenaway que cosntituye una de mis experiencias cinematográficas más enriquecedoras desde lo estético pero sí me gustaría ver un ciclo entero de Ezequiel Acuña que es muy indie y entretenido.
En casa nadie leía, nadie escuchaba música, nadie iba al cine pero esos lujos estaban permitidos. Siempre había dinero para eso. Los Reyes Magos pedían una lista de libros posibles y terminaban trayéndolos todos.
Uno va pobando con qué cosas armoniza en sus diferentes etapas vitales. Son recorridos necesarios: determinadas lecturas te conducen a determinada música, determinada música te induce a llevar determinada ropa, la ruta que hiciste para comprarla te lleva a probar un volcán de chocolat en un bar que adoptás como propio.
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