Vida y muerte, tiempo y scaner
Hoy salió este artículo mio en El Cronista, en el que retomo un párrafo sobre la muerte de mi mamá, publicado en este blog, y cuento mi aventura actual de scanear fotos viejas.
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En la foto mi primo Guillermo Mármora, fallecido súbitamente antes de tiempo.
7 comentarios:
Excelente nota y algo más que pude descubrir con el scanner: los negativos que se pueden positivar. Esos ruleros perdidos en cajones o cajas, o negativos grandes como postales donde una parece despertar imágenes que creía perdidas de uno o de la familia. Hasta encontré un negativo de vidrio donde se lo vé a mi papá muy joven posando para la eternidad junto a Ricardo Rojas, que ya parecía de bronce. Lo que más me impresiona es que en las fotos viejas la gente posa. Ahora que uno puede sacar fotos sin miedo, ya casi nadie posa, salvo la gente grande. Tomamos fotos de acciones y cuando grabamos videos de gente grande suelen quedarse quietos y no hacer nada, ni hablar.
Me conmueve, me emociona leerte cuando hablás de este tema.
Las fotos antiguas familiares, testigos de nuestras vidas... cuántos espacios, cuantos olores... !
Cuanta riqueza!
La muerte, como la enfermedad y la salud, la riqueza y la pobreza, la suerte y la desgracia y el talento o la mediocridad son distribuidas en forma aleatoria al nacer.
Es injusto ? No simplemente es así y ser adulto es afrontar el lado oscuro con dignidad, la propia muerte, la propia desgracia, la propia enfermedad e incluso la propia mediocridad.
Me parece, bah...
Yo conocí a Enrique Mármora, videasta con una mano faltante pero dueño de una inteligencia filosa como una navaja toledana.
Es el hermano ?
yo todavía no puedo ni ver su letra escrita.
necesito tiempo para poder mirar fotos, escanearlas, pensarlas, rescatar momentos.
x ahora, lloro.
A mí, ese tema de scanear fotos viejas, especialmente las de tonalidad sepia, me agarró cuando me mudé a vivir solo. Le pedí a mi mamá una caja que tenía en el ropero y las scaneé todas. En mi caso tenía un sentido arqueológico, algo así como buscar documentos que me muestren postales del mundo anterior a mi niñez, ese mundo en el que nunca viviré y que de alguna manera se fue gestando para que mis viejos se conocieran. Encima me agarró fuerte esa onda, incluso por medio de una tía mía conseguí fotos de cuando mi viejo era chico que ni él sabía que existían. Es que una foto refleja un instante que ya no volverá a ocurrir, es un momento único, y la tonalidad sepia nos oculta los verdaderos colores de ese momento... lo cual nos lleva a tener que imaginar un poco. Además si uno las contempla en una situación sensible es como que esa melancolía reconforta y te hace más humano. Y no es algo a lo que uno tenga que aferrarse, es sólo un momento sensible en el cual de alguna manera encontramos cierto bienestar.
Dos de sabiduría china sobre la muerte:
Desde el momento mismo del nacimiento, una persona es lo suficientemente vieja como para morir.
Es evidente que un recién nacido está más lejos del final del camino que un anciano. Lo que nadie sabe es cuán velozmente se acercan a la meta.
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