Tomar dictado
Uno de los más orientadores consejos de Julia Cameron en su libro "El derecho y el placer de escribir", que ya hemos comentado en este blog, es la idea de que uno al escribir no decide qué palabras poner sino que "toma un dictado". Es decir, se poner en situación de imaginar que alguien o algo le está dictando las palabras que lleva al papel, o a la pantalla.
Al correrse, al salir del lugar del "decisor", se da una experiencia de libertad y fluidez que resulta muy aprovechable. Claro que eso que surge de algún lado también es "uno", pero situarse de esa forma en el momento resulta muy útil para permitir que exista la escritura.
Uno se sienta a escribir y en vez de decirse "¿y ahora qué pongo?", se dice: "a ver qué escucho". Muy buen consejo. A muchos les sirve, a otros no. Como todos los buenos consejos, por otra parte...
(Lo mismo decía Arlt con su famosa frase: "Dios o el diablo te dictan inefables palabras").
En la foto, Julia con una admiradora (la más delgada es ella). Sí, Julia Cameron es la de "El camino del artista", entre otros.
2 comentarios:
Viéndolo de afuera como lector me parece que esa es una de dos formas de escribir, la otra sería la que representa Borges como estereotipo, donde la sensación que te queda es que el texto está construido completamente a conciencia, e incluso buena parte de su efectividad pasa por ahi.
Lo que plantea Julia sería equivalente a explicar una idea a otra persona, la otra forma sería buscar las palabras que hagan resonar esa idea en la cabeza del lector, dos tareas muy diferentes.
Algo parecido dice Elizabeth Gilbert, en una lindisima conferencia que vale la pena escuchar y ver, en TED, ideas worth Spreading. La conferencia se llama: A different way to think about creative genious. Lo pongo en ingles porque asi la encontre´, no se si está traducida.
Ella es la autora del libro Comer, Rezar; Amar.
Un beso
Flor
Publicar un comentario