La lectura de este texto me hace reflexionar acerca de las matrices culturales. Planos de ejes X e Y, donde se dibuja el comportamiento posible del individuo. Convención establecida con la misma lógica que rige la mutabilidad de la lengua. Casi una similitud con las fuerzas tectónicas, que al igual que ellas ,modelan subterráneamente el medio ambiente mental de los seres humanos. Es un punto de vista dirigido a detectar patrones ;códigos preestablecidos que son una suerte de moneda lanzada al aire, cuya cara o cruz, puede definir un destino. Trampa patrocinada por el mas puro principio de la horda, que nos guste o no, es la chispa de todo comportamiento social posible. El poder de este paradigma es muy poderoso. El individuo que hay en nosotros, inevitablemente, creo, entra en pugna con este mandato y establecer una línea divisoria entre él y la conciencia personal, es un foco de incendio, una fuente de incertidumbres que provocara un enorme malestar. De la fe que le tengamos a nuestros instintos, dependerá el desarrollo de una subjetividad que nos torne concientes. Lo que hagamos con esa conciencia es un tema absolutamente personal.
para poder ver hay que sentirse menos visto / las sociedades no están enfermas, son así / el pensamiento atrasa / hay que volver a mirarlo todo / no hay que buscar originalidad sino autenticidad / no respeto, historia, seriedad sino osadía, deseo, informalidad / el melodrama puede ser superado / no existe el pueblo, somos nosotros / hay ideas que seguimos usando sin darnos cuenta de que ya vencieron
1 comentario:
La lectura de este texto me hace reflexionar acerca de las matrices culturales. Planos de ejes X e Y, donde se dibuja el comportamiento posible del individuo. Convención establecida con la misma lógica que rige la mutabilidad de la lengua. Casi una similitud con las fuerzas tectónicas, que al igual que ellas ,modelan subterráneamente el medio ambiente mental de los seres humanos.
Es un punto de vista dirigido a detectar patrones ;códigos preestablecidos que son una suerte de moneda lanzada al aire, cuya cara o cruz, puede definir un destino. Trampa patrocinada por el mas puro principio de la horda, que nos guste o no, es la chispa de todo comportamiento social posible. El poder de este paradigma es muy poderoso. El individuo que hay en nosotros, inevitablemente, creo, entra en pugna con este mandato y establecer una línea divisoria entre él y la conciencia personal, es un foco de incendio, una fuente de incertidumbres que provocara un enorme malestar.
De la fe que le tengamos a nuestros instintos, dependerá el desarrollo de una subjetividad que nos torne concientes. Lo que hagamos con esa conciencia es un tema absolutamente personal.
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