Liderazgo y cirugía

La dificultad del liderazgo está bien representada metafóricamente por un hecho concreto: tratar de escribir mientras vas en un auto o en un colectivo. Todo se mueve, uno querría que todo estuviera quieto, hay que escribir igual, cuando escribís el trazo se te va para todos lados, las cosas no quedan exactamente como querrías, enchastrás un poco el renglón, pero no hay opción. La opción es no escribir. Las decisiones se toman en un nivel de exigencia e incomodidad alto. O sea: ¿quiere una persona saber si puede ser un líder? Que trate de escribir en un auto o en un colectivo (sentado, el que escribe en un colectivo en marcha estando parado es un genio) y se fije si se banca la dificultad de la experiencia.

Una vez dí la materia liderazgo en el MBA Executive de la Universidad di Tella. Como uno de los casos de estudio propuse a mis alumnos el caso del liderazgo en el quirófano y llevé a un amigo cirujano, Juan Zorraquín, que además de tener experiencia en el rubro es una de las personas más inteligentes y cultas que conozco. Tiene el don del pensamiento. Juan contó cosas muy interesantes. Una de ellas: que hasta hace alrededor de cien años a los pacientes se los operaba mal dormidos. O sea que el cirujano tenía que contar con la ayuda de algunos grandotes que le sostenían al tipo. La mitad de los pacientes moría. Operabas a un tipo que estaba moviéndose todo el tiempo, luchando contra la operación. Algo parecido a escribir en el auto pero con consecuencias peores. (Parece que cuando se inició el uso de la anestesia, un cirujano estrella del momento tiró el bisturí al suelo diciendo: la cirugía se ha vuelto cosa de maricones…)

El asunto es que, paciente despierto o paciente dormido, el tipo de liderazgo del cirujano en el quirófano es bastante particular. Todos los ayudantes (instrumentalistas, anestesista, enfermeras) observan y aportan, pero el que toma la decisión final de lo que debe hacerse es el cirujano a cargo, y su decisión la toma de manera definitiva y sin poder volver atrás. Otros líderes tienen la posibilidad de aprender por el método de ensayo y error. Incluso hay visiones, en el mundo de la psicología y de la empresa, que consideran que cometer errores es parte imprescindible y hasta valiosa de la experiencia de una persona. En el quirófano no es así. Por eso Juan hablaba del liderazgo quirúrgico, de un tipo de líder que debe asumir una responsabilidad inmensa y que no puede aprender con comodidades.

El cirujano también asume que debe causar un cierto daño como camino para el logro del beneficio que busca. Si no corta, rompe, y saca, no puede curar. Esto es interesante si lo ponemos en relación con los habituales líderes demagógicos políticos, que tan volcados están a que el paciente (la ciudadanía) esté contenta que no pueden hacer sobre ella las operaciones que podrían curarla.

Imagen: Donald Sultan