martes, octubre 07, 2008

Enojo y tristeza


Lo encuentro en el blog de Ximena, presentado como una historia. Ya la sabía la idea, pero no me la acordaba bien. Es buenísima. Es la siguiente: cuando uno está enojado, tal vez en realida está triste. Cuando uno está triste, en realidad está enojado.

Sí, "en realidad" no está bien dicho. Pero es una manera de aludir al afecto principal, de fondo, que toma formas aceptables, elaborables. Lo que determina el enojo es, tal vez, la tristeza. Vale la pena mirar, y uno verá. Lo que hace que uno se ponga triste, es, tal vez, una bronca tremenda que uno no acepta sentir. Miremos.

Es un principio estratégico de gran aplicabilidad. ¿Para qué sirve? Para conocerse, para acercarse a la verdad (sí, hay, es mejor aceptar sentir que la hay), para desplegarse mejor.

(Yo compré "El Tony" en esta época, mis primeros números...)

5 comentarios:

capitanfla dijo...

Si. Recuerdo.

Bucay, como gran narrador que es, dejando de lado su particular veta comercial, una vez contó una fábula, que no deja de ser interesante.

El enojo y la tristeza se fueron a bañar a un lago. Se desnudaron y una vez dentro riñeron.

No pudiendo razonar y cegadas por lo que sentían, al salir, por error tomaron la ropa equivocada, de modo que ya no pudieron ser reconocidas con claridad.


Saludos.

Victor dijo...

Esta bien el enfoque... me identifico, pero después que? Termina no importando que es que "en realidad". Si. Enojado y triste son dos caras de lo mismo.

Coincido con la aplicabilidad.

Anónimo dijo...

Hago una distincion entre Enojo y Bronca.

Personalemente creo que el enojo es un producto, tanto como la bronca, no necesariamente de la tristeza, sino de muchas sensaciones mas y aveces desconcertantes sensaciones que nos producen incertidumbres, dudas aun donde no deben estar y eso lleva a un malestar que encauza el enojo.

La bronca por algun hecho ahislado es facil de encarar, no se si de solucionar, pero es palpable.

El enojo, producto de la angustia, la tristeza, la desazon,la incertidumbre,es potencialmente mas intolerable y produce aun menos enojo inmediato pero es como si se fuera consumiendo al ser poco a poco.

Y para peor no encontramos facilmente al oponente. Son aquellas batallas ya ganadas que vuelven a despertar en nuestro subconciente.

Genera molestia y una pasividad lastimosa para el espiritu.
La bronca genera accion, grito y rapida solucion.

El enojo generalmente vuelve disfrazado, la bronca se descubre sola.
No las veo como dos caras de la misma moneda, prefiero el enojo direccionado y no la tristeza que siempre me acompañara en el recuerdo o la impotencia de tenerla y no saber bien qué es.

Bueno saludos a todos y no tengo idea como enviar esto!!!.

Iñigo Biain dijo...

Mirá vos... era así como funcionaba la cosa. Con razón mi enojo me entristece (quizás porque lo considero injusto).
Me gustó el relato de Bucay.
¿Me parece a mí o -en algún sentido- estar enojado es un paso ¿mejor? que estar simplemente triste?

Anónimo dijo...

Bucay siempre tiene razón.

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