Dalí escritor

Lo de Dalí que más me gusta, por lejos, son sus libros. Sus ideas, su forma de expresarse, las cosas que se le ocurren, las verdades que llega a decir, las boludeces tremendas y sensacionales que expresa.

Del libro "Dalí me dijo":

Para escribir lo que sigue calzo zapatos de charol por primera vez desde hace mucho tiempo, zapatos que me vienen tremendamente apretados. Suelo ponérmelos antes de empezar una conferencia. El doloroso constreñimiento que ejercen sobre mis pies tiene la virtud de acentuar al máximo mis facultades de orador… La porfía física visceral, la tortura avasalladora provocada por mis zapatos de charol me fuerzan a derramar palabras repletas de verdades condensadas, sublimes, engendradas gracias a la suprema inquisición del dolor que padecen mis pies. Me pongo, pues, los zapatos y empiezo a escribir, de una forma masoquista y si apresuramientos.

Así comienza el libro. En vez de ponerse cómodo, se pone incómodo, y dice que de esa incomodidad brotan las palabras y las ideas de manera más interesante. Ni siquiera alude a una situación de exigencia productiva, como podría pensarse de una exigencia que hiciera presión en nosotros hacia el esfuerzo útil. Su exigencia se expresa como una mera molestia, como una dificultad un poco absurda pero de la cual cabe esperar una modificación significativa de la sensibilidad.

En otro párrafo del libro cuenta que un día estaba muy apurado por ponerse a pintar y su mujer, Gala, le pide que vayan a bañarse en el mar a un lugar cerca de donde vivían. El no quiere hacerlo, pero acepta para darle el gusto y dice después que paladea el placer de no hacer lo que quiere hacer, el placer de esa demora involuntaria. Es otro caso en donde transforma en fuerza positiva, asumida, querida, algo que es una molestia. Se auto impone límites o pequeñas torturas, las disfruta y saca de ellas un sentido distinto para la acción. Estos ejemplos expresan su carácter místico, de inmolación cotidiana, de autotortura excitante. Son cilicios accesibles, mínimos, ligados probablemente a una cosa profunda y antigua de la cultura española religiosa que él desea encarnar.