martes, agosto 11, 2009

Los símbolos estimulan la pobreza del pensamiento: artículo mio hoy en El Cronista


Así empieza:

Me embola la constante presencia de los símbolos en la vida mental del país. O del mundo. Me molesta que se les de tanto valor, cuando son representaciones bastante primitivas, limitadas, de cosas en realidad siempre más complejas y ambivalentes. En el símbolo se congela la realidad, el símbolo es el lugar común idolatrado como trascendente. Tiene algo de la mentalidad religiosa, la pasión por los símbolos, el establecimiento de una relación con el mundo completamente mediada por estas figuras de todo y nada.

Sí, es cierto, existen y cumplen su función. No es sencillo aglutinar personas, armar ese conjunto que también se valora tanto (concepto símbolo): el pueblo, la masa. Todos amasados en un amasijo. El enchastre generalizado, uno que somos todos apretados en donde no hay lugar ni aire, en donde ni respirar se puede. Un amuchamiento en el que nadie es nadie pero al que se refiere como principio orientador en cuestiones políticas. No es imprescindible, también podríamos pensar en una política de personas, en vez de una política de pueblo, y seguramente por ese camino lograríamos más en el camino de des empobrecernos. Si superáramos el automatismo de referirnos simbólicamente a la comunidad a través del símbolo ‘pueblo’ tal vez liberaríamos fuerzas necesarias, individuos más volcados a apreciar su capacidad y sus deseos ocuparían la escena que hoy ocupan fuerzas tradicionales.


Link: Artículo completo

9 comentarios:

Lic. Octavio Paulise dijo...

El otro dia yo pensaba en relaciòn a esto, sobre la posibilidad de tener la realidad en nuestras manos en lugar de los simbolos que la representan, gracias a los avances de la internet movil.
Paso a explicarme:
Antes, para contar una experiencia, habia que saber armar la idea mental, para poder expresarla en un relato coherente.
Hoy en dia, no necesito simbolizar nada: solo grabar o tomar una foto con mi celular y hacerselo ver a mis amigos.
Esto implica que estamos dejando de simbolizar.
Lo que no se si es bueno, porque de alguna manera estamos haciendo una especie de "pasamanos" de la realidad, sin reinterpretarla

Anónimo dijo...

Leì hace mucho un libro que te recomiendo: "El Hombre y sus Sìmbolos" del genial Carl Gustav Jung.
Un hurgador -quizàs el màs profundo- de toda la simbologìa humana a travès de la historia y culturas.
Como sabemos, elucubrador a posteriori, del "arquetipo".
En cuanto a lo que planteàs, creo que el punto neuràlgico es poner al sìmbolo en el lugar justo, que le corresponde y con el grado de importancia que tiene.
En Argentina, estamos enfermos de sìmbolos, y nò sòlo los patrios sino de sìmbolos como Peròn, los pobres, la riqueza, los desaparecidos, etc.etc.etc.
Nos empantanan en una autodestructiva mitologìa que sòlo èste paìs cree.
Creo que es una sociedad de divàn como ninguna en el planeta.
Contradictoria en su ensalada simbòlica.
Desprecia al rico, pero busca enriquecerse en forma espuria como gran logro de viveza.
Odia a USA y si somos algo, una repùblica desflecada, hecha bosta al menos, es gracias a un Alberdi que aprendiò de esos sìmbolos y realidades yankis y las trajo para crear una Constituciòn. La que en su momento nos sacò del caudillaje, la indiada y nos transformò en paìs durante varias dècadas.
Luego, el drogarnos con esos sìmbolos truchos ns desbarrancò y funcionan bàrbaro hasta ahora.
No hemos cambiado, esta sociedad es la misma, atascada en esos mitos.
Si bien hay mucha gente en su concreto dìa a dìa y laburando, creando, el poder lo tiene agarrado esa simbologìa activa, muy enraizada.
No nos exhorsizamos de ellos porque no queremos abandonarlos.
Por què?

Abrazo

Anònimo Juan

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Estás empezando a decir un par de cosas que ya era hora que alguien dijera.

perogrullo dijo...

De acuerdo, siempre que entendamos que la realidad real es una sola. Que sólo es manipulable a nuestro gusto si obedecemos sus leyes, esto es, si nuestra representación (interpretación), nuestra mirada personal, se ajusta a élla.

De no hacer así, sólo estaremos perdiendo el tiempo justificando fracasos y contando "relatos" sobre nuestras fantasías, como nuestra presidentA y tantos otros personajes similares.

Diego dijo...

Me adelanto (o me atraso) al post que siempre publicás sobré qué está leyendo uno y te comento (cosa acorde con este posteo también) sobre un librito que a tu pensamiento le va a encantar. Es "Diálogos sobre la naturaleza humana" de Boris Cyrunlik y Edgar Morin.

http://www.elnuevolunes.es/historico/PDF/ciencia%20y%20tecnica/1162%20cyt.pdf

Que lo disfrutes, saludos.

Anónimo dijo...

Coincido con vos. Me acuerdo cuando parte del sector rural se arrogaba la escarapela como símbolo patrio. Como una forma de demostrar falsamente que el campo es nuestra patria. Ahi me di cuenta como se usan los símbolos para el manipuleo.
Un saludo ALejandro

Marce

Unknown dijo...

Yo creo lo contrario. El símbolo es un estimulo para pensar. Tiene la capacidad de disparar asociaciones. Aunque no lo quieras, el símbolo penetra y hace mover la maquinaria mental y emocional.
Ahora, en el contexto planteado en tu artículo, que describe una formación de símbolos en función politica. Te diría que yo veo 3 movidas.
1) Durante la guerra de la Independencia. Epoca signada por el símbolo libertario contra las tiranías monárquicas. Son buenos símbolos. La Independencia fué una aventura bastante peligrosa, pero tremendamente vital, osada y audaz.
2)La Argentina propiamente dicha y exhuberante de finales del siglo 19, que canalizó la construcción de una fantastica Buenos Aires. El edificio de las Aguas en Avda Cordoba y Ayacucho, es de un esplendor arquitectónico impresionante para un edifio cuya misión era almacenar cañerías de aguas.Todo en ese período se simboliza en la grandeza y la sólidez arquitectónica.
3)El crecimiento de la población urbana en una época agitada por revoluciones obreras, siembra el símbolo del nacionalismo adjunto al concepto del uso de la fuerza para controlarla.La admisión de las fuerzas armadas en la decisión politica, parte de este concepto. La creación de símbolos de esa época construye a San Martín como padre de la Patria, por su condición heróica. El uniforme militar se convierte en la armadura del bien.
El nacionalismo militarista duró mucho tiempo. El peronismo, como una rama diferente de esta misma tendencia, produjo su simbología, trasplantando la imágen del bien, a su misma persona.
Todo momento politico tiene que tener su símbolo. Me gustaría saber cual es el de esta.

perogrullo dijo...

Epítome del símbolo:

¡Viva Perón carajo!

Una expresión así obtura el pensamiento, es sólo emoción. Las únicas respuestas que a mi se me ocurren son:

¡Andate a la mierda!

O irme a la mierda sin emitir palabra.

perogrullo dijo...

Hay una tercera alternativa ante el símbolo; ponerse a vender estampitas, banderines y demás merchandising ya que entramos en el terreno de la FE.

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